Pensamiento

"Cuando el cristianismo llegó a nuestra casa también era una religión extranjera"

El antropólogo Ramon Sarró y la socióloga Mar Griera reflexionan sobre religiones foráneas en el ciclo 'Diálogos de Pedralbes'

Barcelona"¿Quién no se acuerda de cuándo una aspirina francesa curaba mejor que una catalana? Con la religión ocurre un poco lo mismo". Así ha resumido el antropólogo Ramon Sarró, con sentido del humor y perspicacia, una de las ideas centrales de la charla que la ha reunido con la socióloga Mar Griera dentro del ciclo Diálogos de Pedralbes, que se ha celebrado este jueves en el monasterio de Pedralbes, organizador del ciclo con la colaboración del ARA. Griera y Sarró han tratado de contestar a la pregunta ¿Por qué abrazamos nuevas religiones?, que daba título a la charla, misión imposible sin desplegar antes otras preguntas: ¿De qué hablamos cuando hablamos de religión? ¿Qué es una religión foránea y qué no lo es?

Sarró, profesor de antropología en Oxford –en proceso de trasladarse a Lisboa para crear la primera cátedra dedicada a la imaginación–, ha señalado la "relación paradójica" que existe entre "la religión que se liga a un territorio o unas prácticas ancestrales" y "la movilidad humana" intrínseca en la mayoría de pueblos. Y recuerda que "cuando el cristianismo llegó a nuestro país, en la cuenca mediterránea, también era una religión extranjera" que hace 2.000 años se impuso a otras "religiones mistéricas" rivales con un discurso distinto. "En la religión ocurre algo que confirma la frase de Cristo de que nadie es profeta en su casa", señala. Griera coincide y afirma que "el desconocimiento de una religión puede ser un elemento de atracción: lo doméstico suele acabar siendo enemigo de la sacralidad".

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Estudioso de las religiones africanas, Sarró destaca la continuidad entre la espiritualidad precristiana de muchos africanos que, una vez evangelizados, descubren muchos elementos familiares en el cristianismo. "La conversión no se logró a martillazo, como se ha dicho, sino gracias al ejemplo: los misioneros empezaban a orar y la gente venía y se añadía –explica–. Pero si antes no hubiera nada dentro de ellos, eso nunca habría pasado".

Un panorama religioso en transformación

"En Cataluña el panorama religioso se ha transformado en las últimas décadas", confirma Griera, profesora de sociología en la UAB, que destaca la pujanza del cristianismo evangélico venido de África y América Latina ("muy invisible públicamente" , apunta), pero también el crecimiento de una espiritualidad con elementos de budismo y de hinduismo, y asociada a prácticas como el yoga y la meditación. Sin embargo, subraya que "la idea extendida de que la secularización ha hecho estragos no es del todo cierta: cerca de un 13% de la población catalana acude a la iglesia cada semana". "Siempre se dice que el Súper 3 es el club más grande de Catalunya, pero no es exactamente así", puntualiza con cierto humor.

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Griera recuerda que el panorama religioso de Catalunya ya se transformó a principios del siglo XX, cuando existía "una gran diversidad de creencias y prácticas" que la dictadura franquista eliminó. Y aunque se confiesa incapaz de prever cómo va a evolucionar el panorama religioso, apunta la posibilidad de que surjan "nuevos movimientos capaces de vehicular la necesidad de espiritualidad de la gente en un movimiento político y social que asuma preocupaciones actuales como la emergencia climática" .

En cualquier caso, Griera intenta separar la religión "como experiencia de trascendencia" de otro elemento con el que compite: "la identidad comunitaria, más cultural y política, asociada por ejemplo a la Europa cristiana". Y remarca la importancia de la conexión que se establece entre la experiencia corporal y la espiritual: "No se puede desligar la religión del cuerpo, la creencia no es sólo algo que pensamos, sino que está vehiculada a una experiencia sensorial" .