Ailey II, la energía y la fisicalidad de las nuevas generaciones
Los jóvenes bailarines estadounidenses entusiasman con las coreografías de Forsythe y Baye & Asa
Ailey II
- LaFACT de Terrassa
- 19 de mayo
La energía y vitalidad de los jóvenes bailarines de la compañía Ailey II volvieron a generar gritos de entusiasmo entre el público de LaFACT de Terrassa. Una vez más, este fin de semana mostraron su técnica sin límites en unos cuerpos versátiles capaces de bailarlo todo.
Con un programa más oscuro y denso que en visitas anteriores, la noche comenzó con una coreografía de hace 35 años, Enemy in the figure, de William Forsythe. Viéndola de nuevo, la clarividencia del genial coreógrafo no ha perdido ni una brizna de actualidad. Creada para el Ballet de Frankfurt, del que Forsythe era director en 1989, Enemy in the figure marcó una época por el uso de la electrónica, los flashes de luz y los elementos arquitectónicos que delimitaban el espacio, con cuerdas en el suelo y una pared de madera ondulante donde se proyectaban las sombras de los bailarines. En Terrassa el Ailey II ofreció un extracto de 17 minutos, pero no vimos cuerdas ni pared de madera, lo que quedó en la obra el espíritu racionalista de Forsythe. Sin embargo, la técnica soberbia de estos doce bailarines recreó al milímetro estos movimientos angulosos y sincopados, a veces frenéticos, impulsados por los ritmos electrónicos y percusores del músico Thom Willems, de tonos oscuros e inquietantes.
En contraste, el lirismo de The Lark Ascending, obra de 1972 de Alvin Ailey, donde fusiona la danza clásica y la moderno dance, no resultó tan fluida y volátil como debería haber sido. Kiri Moore estaba dubitativa y sin energía: una lástima.
La novedad del programa fue John 4:20, una creación actual, moderna, vital y de una fisicalidad impactante de Baye & Asa, la sociedad coreográfica formada por Amadi Baye Washington y Sam Asa Pratt. Con música de Jack Grabow, los coreógrafos enfrentan a los seis bailarines a la cita bíblica Juan 4:20 sobre el odio y la necesidad de amar en combates de danza urbana explosivos, extremadamente imaginativos, de una corporalidad, vitalidad y energías extremas con toques de humor fino, hasta descubrir la importancia de la empatía, todo ello aderezado con luces estroboscópicas y neblina. Fue brutal.
Después de esta demostración de juventud, Freedom series, la coreografía de la actual directora de la compañía, Francesca Harper, que se recrea en acciones más teatrales en su mirada al pasado como exbailarina de la compañía de Alvin Ailey, marcó una desaceleración de ritmos y fuerza que rompió el entusiasmo del público y no logró levantar los gritos de entusiasmo de las coreografías de Forsythe y Baye & Asa, que fueron memorables.