El espectáculo más difícil para Pere Arquillué
El actor protagoniza 'El cos més bonic que s'ha trobat mai en aquest lloc', un monólogo de Josep Maria Miró dirigido por Xavier Albertí
Barcelona"Es el viaje más bestia y más importante que he hecho en la vida. Y esta vez lo digo de verdad", afirma el actor Pere Arquillué a la hora de hablar del proceso que está viviendo con su próximo espectáculo. Se trata de un monólogo escrito por Josep Maria Miró, dirigido por Xavier Albertí y titulado El cos més bonic que s'ha trobat mai en aquest lloc. Miró empezó a construirlo en pleno confinamiento, durante "unos momentos de dolor" después de la muerte de dos personas queridas, y le salió un monólogo –el primero que hace de autoría propia– que hará sufrir a los espectadores. "Cuando lo leí me quedé estupefacto, me trastornó muchísimo. No había pasado nunca tantas horas pensando sobre un trabajo", dice Arquillué. El espectáculo –ganador del 45º Premi Born de Teatre– se representará este viernes, sábado y domingo en el Teatre de Salt dentro del festival Temporada Alta y después hará temporada en Barcelona (a pesar de que todavía no tiene las fechas ni el teatro ligados).
El texto arranca con el cadáver de un joven de 17 años con los genitales amputados en un campo de forraje. A través de su voz y la de cuatro personajes más, Josep Maria Miró despliega una historia sobre los secretos de una comunidad pequeña, los pecados conocidos y silenciados por un grupo, la fuerza destructora del deseo, la culpa y la redención. Con solo un foco iluminando el escenario, Arquillué da forma a siete personajes –el joven asesinado, el padre, la madre, la directora de un instituto, el propietario de una serrería, un cura y un personaje en tránsito, entre otros– que ponen palabras a "la herida" que afecta a todo el pueblo. "La muerte del chico hace desenterrar el suicidio del padre unos años antes, y a través de ellos se empiezan a ver las pulsiones que ordenan los deseos silenciados, los secretos mal gestionados de los ciudadanos del pueblo", señala Albertí.
Dolor y heridas provocados por el deseo
Los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia son uno de los epicentros de la obra. Miró explica que quería abordar "la mancha dentro de una comunidad" y "su radio de extensión", que implica consecuencias "para los que los practican, los que los han sufrido y la comunidad que los ha silenciado". En este sentido, Albertí añade que el monólogo "enseña como un deseo coartado, mal leído, genera solo dolor" y que "cabe ser consecuentes al ordenar la pulsión desde una perspectiva de honestidad exterior e interior" porque "una sociedad con una relación sana con el mismo deseo será una sociedad mejor".
Como el texto es coral, Miró lo escribió para que lo pudiera interpretar tanto un actor como una actriz y sin condicionantes de edad. "Pero la dimensión técnica es de una dificultad extrema, hacía falta un actor de la madurez de Arquillué", precisa Albertí. Para dar forma a los diferentes personajes –que Arquillué denomina almas– no utilizan disfraces ni cambios en la voz. "Hemos rehuido las máscaras completamente, actúa sin imitar las voces ni los movimientos", dice el director. Cada personaje se identifica por la lengua, porque Miró ha usado técnicas de escritura diferentes. El cos més bonic que s'ha trobat mai en aquest lloc es la primera pieza del Tríptic de l'epifania que Miró está elaborando y que girará alrededor de la idea de la destrucción de la belleza. La segunda parte será un texto para una actriz que ya tiene escrito y la tercera un texto para un actor.