Exilios con nombre de mujer: de Antònia Adroher a Enriqueta Gallinat
El MUME de La Jonquera incorpora una veintena de nuevos paneles explicativos sobre mujeres exiliadas durante la Guerra Civil
Gerona48 hombres contra 7 mujeres. Ésta era, hasta ahora, la desequilibrada proporción de género de la sala El Legado del Museo Memorial del Exilio (MUME) de La Jonquera. De todas las biografías de exiliados que se explicaban, entre la mayoría abrumadora de personajes masculinos, los paneles sólo destacaban las figuras de Neus Català, María Zambrano, Frederica Montseny, Mercè Rodoreda, Teresa Pàmies, Margarita Xirgu y Victoria Kent. Ninguna más. Sin embargo, desde hace unas semanas, el MUME ha querido corregir este agravio comparativo y ha añadido nuevos paneles en la sala sobre la vida y obra de otras 23 exiliadas.
“La cuestión del exilio, como tantas otras, se ha enfocado siempre desde el papel de los hombres, así que es necesario incorporar la perspectiva de género a la historia, ya que sin esta mirada global se desciende una parte importante de la fotografía”, argumenta Miquel Aguirre, director del MUME. Y termina: “Las mujeres vivieron un triple sufrimiento –como perseguidas, exiliadas y mujeres– y, por su condición, muchas tuvieron que renunciar a su trabajo y carrera”. La remodelación de la sala incorpora nombres de mucha relevancia, que inexplicablemente no habían sido antes referenciados, como las escritoras Montserrat Abelló, Aurora Bertrana o Anna Murià, además de la actriz María Casares o la política Dolores Ibárruri, conocida como la Pasionaria. También otras menos mediáticas pero relevantes, como la periodista Irene Polo, la médica Aurelia Pijoan o el activista Conxita Grangé. A continuación destacamos otros cuatro nombres, que no son de los más conocidos pero que igualmente son interesantes.
Maestra y activista (Girona, 1913 – Banyuls de la Marenda, 2007)
Maestra de profesión, durante toda su vida, combinó la vocación pedagógica con un activismo obrero comprometido con los derechos de los trabajadores. Fundadora del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), impartió clases en las comarcas gerundenses hasta que, una vez empezó la Guerra Civil, se alistó a las Milicias Antifascistas para luchar en el frente junto con su marido, fallecido en combate. Durante el conflicto bélico, de 1936 a 1937, con tan sólo 23 años, se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de concejala de Cultura y Propaganda del Ayuntamiento de Girona, desde donde puso en práctica un sistema educativo progresista, basado en los principios de la escuela pública, gratuita y en catalán. Con la victoria de las tropas franquistas, se vio obligada a exiliarse hacia Francia. Tras pasar por los campos de concentración fronterizos, logró establecerse en Toulouse y, más tarde, en Perpiñán. Tras la muerte de Franco, junto a antiguos militantes del POUM, ingresó en el nuevo Partit Socialista Català (PSC) y regresó a Catalunya. El alcalde de Girona, Lluc Salellas, la citó en su discurso de investidura.
Bióloga, pedagoga y profesora (Alaior, 1892 – Exeter, 1973)
Margalida Comas fue una de las científicas más importantes de la primera mitad del siglo XX en España, con larga trayectoria acreditada en múltiples revistas académicas y en la Real Sociedad Española de Historia Natural. Cuando estalló la Guerra Civil estaba en Madrid por trabajo, quedó aislada de la familia y le costó mucho llegar a Barcelona. Una vez en la capital catalana, en 1937, gracias a la Universidad de Barcelona, donde impartía clases de biología, pudo viajar comisionada para realizar tareas de propaganda antifascista en Reino Unido. Allí se convirtió en delegada del gobierno español republicano y se dedicó a ayudar a los miles de niños vascos refugiados de los bombardeos en Inglaterra, a través del National Joint Comittee for Spanish Relief. En 1939 regresó a Barcelona y, acorralada por el frente franquista, huyó por la frontera francesa hasta regresar al Reino Unido en condición de refugiada. Pasó sus primeros años de dictadura en Inglaterra, trabajando en la escuela Dartington Hall, famosa por sus métodos avanzados en la enseñanza de la ciencia, hasta que, en 1955, regresó a Mallorca y pasó los últimos años de vida entre ambos países.
Pintora (Inglés, 1908 - Ciudad de México, 1963)
Durante su estancia en México como exiliada, consolidó un estilo artístico muy singular, pintando siempre a mujeres seguras y seductoras, con colores vivos y símbolos metafísicos. Interesada en las ciencias ocultas, la brujería y las alucinaciones, su obra recuerda a los cuadros místicos de maestros españoles como Bosco, Greco o Goya. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, pasó por París y, en 1932, se estableció en Barcelona para trabajar como publicista. Durante todo ese tiempo tuvo contacto con la vanguardia catalana de los Amigos del Art Nou (ADLAN) y el círculo surrealista parisino de André Breton. En 1936, con el estallido de la guerra, y aprovechando sus contactos, se marchó a París, hasta que en 1940, cuando la capital francesa fue ocupada por las fuerzas nazis, huyó a Marsella, desde donde viajó hacia Argelia y Casablanca. Finalmente atravesó el Atlántico hasta México, donde consolidó su vocación artística e hizo mucha relación con otros europeos exiliados, como Leonora Carrington. En 1963 murió repentinamente por circunstancias que se desconocen, bajo la sospecha de suicidio.
Política y activista feminista (Barcelona, 1909-2006)
Enriqueta Gallinat, por proximidad familiar, desde pequeña, tuvo contacto directo con la política. En 1931, con 22 años, se afilió al movimiento femenino de Esquerra Republicana de Catalunya y participó activamente en la campaña de recogida de firmas a favor del sufragio femenino y por el Estatuto de Autonomía. Poco después fue la secretaria personal de Hilari Salvadó, último alcalde republicano de Barcelona. En 1936, junto con otras mujeres de diferentes partidos y organizaciones, fundó la Unió de Dones de Catalunya, hasta que, con la victoria del bando franquista en 1939, emprendió el camino del exilio. Una vez en Francia, colaboró con la Resistencia participando en las redes de evasión de refugiados catalanes y españoles que huían de la ocupación nazi. Entonces, en 1943, como temía ser deportada a los campos nazis, decidió regresar a Barcelona, donde fue detenida por la policía franquista y encarcelada durante un año en Les Corts. Al salir de prisión, pese a que fue constantemente vigilada por el régimen, continuó la lucha clandestina. En tiempos de democracia siguió estrechamente vinculada al partido republicano y se dedicó intensamente a la difusión de la memoria de las mujeres exiliadas.