Música

Un paseo por el jardín perdido con Xavier Sabata y Rafael R. Villalobos

El Festival de Perelada estrena 'Genius Loci', una producción propia a partir del libro 'El jardí perdut'

Barcelona"Es un espectáculo difícil de definir", señala el contratenor Xavier Sabata. Él es uno de los protagonistas de Genius Loci, el espectáculo que coproduce con Rafael R. Villalobos y que se estrenará el sábado 5 de julio en el Festival de Perelada. La propuesta hibrida poesía, música, danza y espacios sonoros tomando como referencia el libro El jardín perdido de Jorn de Précy, un heterónimo del escritor y jardinero italiano Marco Martella. "Son las palabras de alguien con quien conecté enseguida", dice Villalobos para explicar que el protagonista está obsesionado por cuidar un jardín porque tiene mucho miedo al mundo exterior. El espectáculo no es lineal, sino que es un diálogo entre los protagonistas que lo tejen: Xavier Sabata (contratenor y actor), Jonas Nordberg (archilaúd y actor), Liam Byrne (viola de gamba y electrónica) y Cachito Vallés (artista visual), todos dirigidos por Rafael R. Vilallobos , que también dirigidos por Rafael R. Vilallobos , iluminación y la escenografía.

"Hay un punto de pudor al adaptar un texto que admiro tanto", confiesa Villalobos. El libro le llegó gracias al comisario de arte Joaquín García y la idea de llevarlo a escena surgió a mediados del 2023 en una conversación donde también estaba Xavier Sabata, que conectó enseguida. El proceso de creación ha puesto en el centro respetar la esencia del libro, tanto en la construcción del espectáculo como en el producto final. Para conseguirlo han tenido que trabajar de forma diferente a cómo estaban acostumbrados. "Rafael ha destilado el texto de una manera tan poética que conserva los puntos más esenciales del libro", dice Sabata. A partir del libro, los cinco han puesto de su parte. "En realidad es una cocreación de los cinco", asegura Villalobos.

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Villalobos y Sabata han trabajado juntos en otros proyectos y producciones del festival; en cambio, Nordberg, Byrne y Vallés debutan en ella. "Cuando me pidieron añadirme al proyecto fui plenamente consciente de que no sólo tendría el rol de estar en el escenario tocando", explica Nordberg. Recuerda que tuvo una especie de choque cuando recibió el texto y que todo el proceso ha sido de descubrimiento constante de su papel: "Ha sido muy importante que me dieran esa confianza", dice. Cuando Byrne se incorporó, los demás llevaban tres días ensayando. Dice que no terminó de entender cómo se relacionaba todo hasta que vio cómo habían trabajado los materiales. Explica que en algunos momentos está tocando la viola de gamba y otros está construyendo nuevos sonidos manipulando lo que va grabando con el ordenador. "Yo no estoy en el escenario, estoy al lado", añade.

La estética de la escenografía ha corrido a cargo de Cachito Vallés, que ha conseguido crear un espacio escénico vivo y que se comporta como un cuerpo más. La instalación está hecha a partir de materiales industriales que se relacionan entre sí en directo. "Todo se va generando y entrelazando", explica. "Es un espacio, aunque apocalíptico, muy poético y realista", añade Sabata, quien asegura que, sin embargo, el espectáculo es totalmente contemporáneo. El objetivo no es contar una historia lineal, es una invitación a perderse, como hace el protagonista que interpreta a Sabata: "Mi personaje es el que vive perdido en este momento".