Jessica Chastain brilla como telepredicadora caída en desgracia
La actriz presenta en San Sebastián 'The eyes of Tammy Faye' y Amenábar estrena su primera serie
San SebastiánJessica Chastain ya tiene medio Oscar en el bolsillo. Al menos el de mejor maquillaje, elemento clave del personaje que interpreta la actriz en The eyes of Tammy Faye, biopic sobre el auge y caída de una pareja de telepredicadores norteamericanos que se ha presentado este viernes en el Festival de San Sebastián. Para Tammy Faye Bakker el maquillaje era tan importante para definir su identidad que se dibujó permanentemente la línea de los labios y la de los ojos en un intento de fijar su imagen ideal. Es lo mismo que hacían ella y su marido en la televisión, presentarse como el perfecto matrimonio cristiano mientras detrás las cámaras la relación hacía aguas y su imperio televisivo se desangraba por las deudas y la mala gestión.
Una Chastain más próxima a los fans que la mayoría de estrellas del festival –sin perder su carisma pelirrojo de realeza hollywoodiense, eso sí– ha explicado que compró los derechos de la historia de Tammy Faye después de ver un documental sobre el personaje: "Me sentí culpable. Todo lo que sabía de ella era lo que había visto en los sketch que la ridiculizaban y en las portadas de los tabloides. Los medios no fueron justos con ella, la convirtieron en un payaso y yo sentía que había que explicar bien su historia". Que se tratara de una mujer no era un factor irrelevante. "Durante muchos años los medios nos han tratado de manera muy injusta poniendo el foco en nuestra apariencia física o nuestra sexualidad en lugar de hablar de lo que hacíamos. Solo hay que ver el documental sobre Britney Spears. Por suerte, el papel de la mujer en el cine y en los medios está cambiando".
The eyes of Tammy Faye cierra la competición del festival con un regusto amargo. Como tantos biopics de personajes al límite, la película se recrea en los aspectos más estridentes y se aproxima peligrosamente al esperpento sin profundizar en las conexiones de la derecha norteamericana y el cristianismo evangélico, que juega un papel clave en el acto final del vía crucis de los Bakker. La dirección efectista de Michael Showalter potencia la dimensión kitsch del recital de Chastain, en una nueva exhibición de su talento superlativo. "Hay papeles que me han obligado a explorar emociones más oscuras, pero este es el más exigente en términos de técnica: he tenido que cantar, de hablar en un tono más agudo y en un acento muy particular, ser caricaturesca pero no una parodia, interpretar a un personaje a lo largo de varias décadas... He necesitado todos los recursos que tengo", ha explicado.
La (poca) 'Fortuna' de Amenábar
José Luis Rebordinos, director del festival, había asegurado que la próxima gran serie española que apareciera participaría en la competición del festival. No se ha atrevido con La fortuna, primera serie que dirige Alejandro Amenábar, y es comprensible: se trata de un trabajo rutinario y fallido como entretenimiento, que no evoca en ningún momento el espíritu aventurero que sí que conseguía transmitir el cómic de Paco Roca y Guillermo Corral en la que se basa. La historia se inspira en el conflicto diplomático real que en 2005 enfrentó al gobierno español con la empresa norteamericana de recuperación de tesoros Odissey, que extrajo del fondo marino cerca de 500.000 monedas de plata de los restos del galeón español Mercedes, hundido en el estrecho de Gibraltar en 1804 por naves inglesas. Corral, diplomático de carrera, fue testigo directo del caso y Roca transformó su relato –con licencias dramáticas– en una historia moderna de piratas añadiéndole elementos de intriga, espionaje y romanticismo.
Amenábar, en cambio, se limita a reseguir la trama y expandirla a través de unos personajes hinchados de peso dramático, una estrategia que solo se sostiene en el abogado que interpreta Clarke Peters, y solo gracias al carisma del mítico Lester Freamon de The wire . El contraste entre su interpretación o la de Stanley Tucci –el empresario recuperador de tesoros– y las del casting español es notable y a veces parece que en La fortuna convivan dos series con tonos y registros diferentes. Quizás el toque más personal de Amenábar es convertir la trama sentimental en una versión del conflicto entre las dos Españas que ya vertebraba Mientras dure la guerra,ahora en clave de comedia romántica. “Creo en la mezcla; no es bueno que cada uno se atrinchere en su burbuja y me apetecía ver cómo dos personajes de ideas opuestas se enamoran”, ha explicado el director.