Uso y abuso del poder: manual de instrucciones
'En carne y hueso', de Núria Cadenes, arranca en la Edad Media y llega hasta la DANA al País Valenciano, y todo lo que se cuenta tiene que ver con dar voz a quienes van a la contra
'En carne y hueso'
- Núria Cadenas
- Ahora Libros
- 192 páginas / 19,95 euros
Con un subtítulo que dice "Hechos reales o casi", Núria Cadenes ha logrado encontrar el hilo que religa los trece cuentos que nos regala a En carne y hueso (Ahora Libros, 2025). Cadenas no hace trampa ni se envuelve con terminologías engañosas: presenta los cuentos como lo que son, libres elaboraciones literarias a partir de hechos reales, que tanto pueden ser testigos orales como estudios históricos o crónicas antiguas o recientes. Que existe una base de realidad, pero que la escritora la manipula y la trabaja y la sirve como una obra de ficción. Ha colocado los cuentos en orden cronológico: primero leemos historias situadas en la Edad Media (sobre la peste, sobre Artemisia Gentileschi, sobre princesas y novicios), y vamos avanzando entre bandoleros saltamárgenes hasta guerras del siglo XX (como el impresionante relato del bombardeo fascista italiano de la ciudad de Xàtiva), dictaduras de aquí y de todas partes, para acabar anteayer: el último relato está inspirado en los terribles efectos de la DANA. de todo ello, existe la excepción que confirma la norma: un cuento que se titula "Los dados" y que remite al universo de Víctor Catalán y el paisaje del Empordà. Una voz disidente, dice la autora en el epílogo, donde explica las diversas procedencias de los materiales: exactamente lo que a ella le interesa, como autora, dar voz a quienes van a la contra. Hacerles respirar, darles un marco de palabras dentro del cual se convierten en personas y dejan de ser números o datos históricos.
Una de las cosas que saltan más a la vista es que la práctica totalidad de los hechos que ha elegido la autora como base para los relatos gira en torno a la injusticia, la violencia evidente o enterrada, la dinámica criminal del poder y las víctimas, siempre las víctimas. Pueden ser mujeres, extranjeros o disidentes: por lo general es gente que intenta luchar contra la asfixia de una dictadura política, contra una rodilla que inmoviliza un cuerpo de chica o contra una ola que entra por la ventana y se lo lleva todo. Lo que late bajo un cuento que narra algo tan crudo como la violación de la pintora Artemisia Gentileschi con un lujo de frases y de lengua abarrocada es lo mismo que hay bajo las descripciones frías y asépticas de unos vídeos donde varios asesores del expresidente peruano Alberto Fujimori hablan de tal modo que se pueden confundir.
Todos (o casi todos) hablan de la impunidad de quienes abusan del poder. Por no hablar del último cuento, el que trata de seguir, minuto a minuto, lo que pasó la tarde del desbordamiento de los ríos en paralelo a las actividades más o menos confesables del presidente del País Valenciano, al que la autora no concede ni el nombre, por no darle relevancia alguna. Cadenas se limita a escribir algunos versos de las canciones que el asesor de comunicación del presidente decidió colgar ese día en las redes sociales, y así podemos leer que, mientras el desastre asolaba el territorio, alguien pinchaba una canción que se titula Don't you realize how lucky we are: la fortuna de los escogidos contra el hado de los condenados. Para Cadenas, no es el azar lo que determina el destino de las personas, sino la forma en que estas personas se organizan para ceder temporalmente el poder a otras personas que, desgraciadamente, deciden hacer uso de ellas de forma abusiva o psicótica, nunca empática. La empatía debe ponerla la escritura, ya fe que lo hace.