Camila Sosa: "La rebeldía sentimental cuesta muy cara"
La escritora argentina carga contra la institución del matrimonio en su última novela, 'Tesis de una domesticación'
BarcelonaLa vida y la literatura son dos realidades inextricables para la escritora argentina Camila Sosa (Córdoba, 1982). En su primera novela, Las malas (Tusquets, 2019), ya demostró que sus creaciones no pueden desvincularse de lo que le pasa, y que lectores y crítica lo celebran. Con ese libro Sosa consiguió una veintena de traducciones y recibió premios como el Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria del Libro de Guadalajara y el Finestres a la mejor novela en castellano. Después de publicar en 2022 la recopilación de cuentos Soy una tonta por quererte (Tusquets), Sosa vuelve a la novela con Tesis de una domesticación (Tusquets), la historia de una actriz travesti en su momento de gloria pero enjaulada en un matrimonio convencional.
La protagonista, dice Sosa, "está atada a una esclavitud como la de los replicantes de Blade runner (1982) o la de los robots de la serie Westworld (2016)", pero ignora su domesticación hasta el final del libro. "Habita un mundo que no le es propio, que no entiende y le duele", añade la escritora. Este mundo se articula a través del matrimonio con un abogado exitoso y homosexual con quien ha reproducido el modelo de familia convencional: han adoptado todos los privilegios de la vida burguesa y ella ha abrazado ciegamente la vida doméstica.
Experiencias para ser escritas
Aunque no se trata de una novela autobiográfica, Sosa asegura que la protagonista es prácticamente clavada a ella. "Soy yo mirándome al espejo. Tiene que ver con mi miedo a enamorarme y a formar a mi propia familia", dice la autora, que, a diferencia de la protagonista, ha rehuido el matrimonio. Acostumbrada a exponerse sin pudor, lo ejemplifica con su última relación: "Cuando mi pareja me dijo que quería presentarme a sus primos, todo empezó a ir mal, porque era un gesto para convertirnos en una pareja corriente. Si una experiencia no vale la pena para escribirla, como era el caso, no me interesa".
Esto no quita, sin embargo, que mantener esta filosofía vital sea fácil. "La rebeldía sentimental cuesta muy cara porque las personas van a donde se sienten seguras, a la institución que las protege", subraya Sosa, que lamenta la ausencia de modelos familiares divergentes en el arte. Dos ejemplos que huyen de la norma son, dice, la serie La Mesías (2023) y las obras de Gabriela Wiener. "Lo mismo ocurre con los hijos. Siempre se habla de tenerlos, adoptarlos, comprarlos. No se contempla la posibilidad de renunciar a ellos", dice la escritora.
Contra el concepto de "mujer trans"
Para definirse a sí misma y a su protagonista, Sosa utiliza el término mujer travesti y explica que rechaza el concepto mujer trans. "En Latinoamérica siempre hemos sido catalogadas de travesti. Tras esa palabra hay un aparato político, te remite a la noche, el semen, la violencia. Es un término mucho más literario que mujer trans, que parece una identidad nacida de una planta", argumenta Sosa. También reivindica la presencia de estas figuras en la creación artística más allá del trámite o para blanquear una obra. "Ahora en las producciones hay una travesti, una gorda, una persona homosexual. Me genera rechazo, porque veo la falta de creatividad. En mi obra hay travestis, pero de lo que estoy más orgullosa es de que son interesantes, no solo travestis", reivindica.
Tesis sobre una domesticación apareció publicada en el 2019 en la editorial argentina Página/12 y más tarde tomó forma de película –que ya se ha rodado y está pendiente de estreno–. Tras la filmación, Sosa reescribió el libro en el manuscrito que ahora publica Tusquets y que, según la escritora, se ha enriquecido gracias a lo leído y lo vivido durante este tiempo.