Literatura

Un decepcionante 'road trip' por el Berguedà

La primera novela de Patricia Martínez del Hoyo Guri es una historia de amor y amistad intergeneracional

'Nos hemos perdido'

  • Patricia Martínez del Hoyo Guri
  • La Campana
  • 272 páginas / 21,90 euros

Patricia Martínez del Hoyo Guri estudió humanidades. Guionista y creativa multifacética, actualmente es la jefa de EVA, el canal para la generación Z de 3Cat. La novela Nos hemos perdido es su debut literario. Un debut que, desgraciadamente, enseña demasiado las fisuras de muchas opera prima: el desarrollo migrado de los personajes, una trama poco estructurada, un ritmo irregular, la exposición excesiva de información y de temática demasiado heterogénea, la falta de revisión y edición que afectan a la coherencia y, sobre todo, un lenguaje poco elaborado a nivel literario.

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La trama deNos hemos perdido es sencilla: en 2024 Marc desaparece de San José (San Francisco) y todo el mundo piensa que ha huido en busca de "la chica". Xavi, amigo de adolescencia con quien compartió piso en Gràcia y quien recibe la llamada de la mujer esnob de Marc, inicia un viaje desde Sabadell hacia Berga, donde está Julia, el amor de juventud de Marc. De ella sabe poco, sólo que vive en una casa en compañía de una cabra. En el coche también está Blanca, novia de Marc, diez años más joven y estudiante de psicología clínica, y Txell, la vecina depresiva (ahora sólo escucha El Pot Petit y necesita huir como sea) con un bebé de medio año llamado Gala. La misión de éste road trip rocambolesco y poco bien trabado en terreno estético es encontrar a Marc, pero en un segundo nivel de lectura, de carácter más psicológico, todos buscan un sentido a la vida, quiénes eran, quiénes querían ser y en quiénes se han acabado convirtiendo. En este caso, la novela no cava lo suficientemente abajo.

Tierna, cómica y tópica

Barcelona, ​​San Francisco, Santiago de Chile, Formentera o Berga son los escenarios de esta historia de amor y amistad generacional clónica que se construye a base de tópicos que hemos visto hasta la saciedad en series adolescentes o comedias americanas. Con una narración coral, entramos en el interior de cada personaje y de su crisis vital, que es tierna y cómica a partes iguales, como la realidad que nos plantea la autora. Desde una pretendida ficción humorística bastante básica, el lenguaje oral actual de los jóvenes (grosero, con tacos, emoticonos, anglicismos, etc.), sin florituras ni pretensiones literarias, con algunos errores ortográficos y gramaticales, y con un estilo fundamentalmente dialogado y poco meticuloso. ión en un mundo cada vez más fragmentado. Lo hace a través de varios puntos de vista siempre en primera persona, y esto es interesante para redondear el rompecabezas: una sola historia, muchas maneras de estar ahí. Lo mismo ocurre con los saltos temporales: del 2024 atrás hasta 1995 y adelante hasta el 2032. Pero quizás no era necesario estructurar el libro en cuatro partes y un epílogo. Se hace largo.

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El problema es que todo es demasiado evidente, demasiado previsible y, pese a la intriga mínima, la autora no acaba de redondear a los personajes ni las relaciones entre ellos. Sencillamente, presenta una historia que combina elementos dramáticos con una prosa ágil que entretiene, eso sí. A medida que los personajes avanzan en su viaje, se ven obligados a enfrentar sus miedos, sus decisiones pasadas y las consecuencias que éstas han tenido en sus vidas. Se encuentran en un estado constante de búsqueda. Y aquí es donde la novela podría haber rascado mucho más. La investigación como tema literario clásico queda muy pequeño en Nos hemos perdido, una novela de título bifocal que pudo dar más de sí en este sentido y no vaguear tanto por los tópicos y por un lenguaje que, a cierta edad, ya no muela.