¿Por qué tiene tanto éxito la historia de un hombre dentro de un pozo?
BarcelonaAntes de convertirse en un escritor conocido y admirado en todas partes, Kurt Vonnegut empezó a estudiar antropología en la Universidad de Chicago. Tuvo una idea de tesis que, a pesar de que él la consideró como su gran contribución, fue rechazada por su departamento porque, según ellos, era simple y, cuidado, demasiado divertida: Vonnegut pensaba que las historias tienen formas que se pueden dibujar en forma de gráfica y él pretendía estudiar si las historias contadas por diferentes culturas tienen formas distintas, o no. Vonnegut, desanimado, dejó la carrera, pero empezó a escribir, así que su propia historia acabó teniendo un buen fin.
Aunque ha habido autores que han desarrollado diferentes clasificaciones de las historias según el argumento (desde los tres de Foster-Harris: final feliz, final infeliz y tragedia; pasando por las siete tramas de C. Booker: vencer al monstruo, de la pobreza a la riqueza, la búsqueda, viaje y retorno, comedia, tragedia y renacimiento; hasta otros que defienden veinte o, incluso, treinta y seis tipos de argumentos), la clasificación de qué hablaba Vonnegut se focaliza en su arco emocional, es decir, la progresión de las emociones del protagonista (o la audiencia) a través de la historia. Así, el argumento sería la columna vertebral de una narración y responde a la pregunta: ¿Qué ocurre?, y el arco emocional sería el alma y respondería a: ¿Cómo nos hace sentir esta historia?
Cogiendo el testimonio de Vonnegut, un grupo de investigadores liderado por AJ Reagan, de la Universidad de Vermont, decidió comprobar su hipótesis. Con tres herramientas de análisis del área de las matemáticas, la ciencia de datos y el aprendizaje automático, analizaron 1.327 historias de la colección digital Proyecto Gutenberg y encontraron un conjunto de seis arcos emocionales básicos:
1) “De la pobreza a la riqueza” (ascenso): el/la protagonista experimenta un aumento progresivo de fortuna o éxito, como Cuento de invierno.
2) “Tragedia” o “De la riqueza a la pobreza” (descenso): un descenso emocional constante, que termina en tragedia, como Romeo y Julieta.
3) “Hombre dentro de un pozo” (descenso-ascenso): caída en desgracia seguida de una recuperación, como El maravilloso hechicero de Oz.
4) “Ícaro” (ascenso-descenso): una gran ascensión seguida de una caída catastrófica, como Hamlet.
5) Cenicienta (ascenso-descenso-ascenso): el/la protagonista tiene la suerte de lado, entonces debe afrontar retos importantes, pero al final triunfa, como La isla del tesoro.
6) “Edipo” (descenso-ascenso-descenso): caída en desgracia, recuperación y final trágico, al igual que ocurre en Frankenstein.
Los autores también analizaron el número de descargas de cada una de las obras incluidas dentro del estudio y los arcos emocionales que hacen templar a más lectores, siguiendo este baremo, son “Ícaro” y “Edipo”. Al parecer, las historias con las que conectamos más son las que se reflejan en los vaivenes de la vida y al mismo tiempo nos recuerdan los límites de la ambición y la fragilidad humana. Aún así, también nos gusta compensar tanta desgracia con narraciones que acaben bien, ya que el tercer arco emocional más exitoso corresponde a ”Hombre dentro de un pozo”; como la historia del propio Vonnegut que, gracias a su lucidez y capacidad de recuperación después del rechazo, hoy nos hace disfrutar, aprender y transformarnos, como las mejores historias de ficción.