Una novela iniciática con tablas de surf
'Exhalación', de Tim Winton, está llena de sensorialidad, vigor, drama y emociones
'Exhalación'
- Tim Winton
- La Otra Editorial / Libros del Asteroide
- Traducción de Joana Castells Savall
- 264 páginas / 20,90 euros
Exhalación, de Tim Winton (Perth, 1960), "seguramente el escritor vivo –según el texto de la solapa de esta edición de L'Otra– más importante de Australia", tiene todos los elementos de las clásicas novelas de formación: un protagonista tímido y reprimido, hijo único y "solitario por naturaleza", que descubre por primera vez la excitación y los desengaños del mundo adulto; una amistad nueva que libera y duele; el ejemplo modélico, pero también lleno de sombras, de un mentor misterioso e idolatrado; la relación maravillosa y terrible y fundacional con una mujer herida; los primeros éxtasis y las primeras epifanías existenciales (la libertad, la aventura); las primeras decepciones y desgracias...
Que Winton coja el patrón del subgénero y le siga o replique al pie de la letra –sin sofisticaciones autoconscientes, sin subversiones posmodernas– podría haber dado como resultado una novela previsible y sin alma. Sin embargo, las novelas son mucho más que unos motivos y unos personajes más o menos arquetípicos argamasados por un argumento. Las novelas son palabras y la experiencia humana –moral, emotiva, intelectual, física, ética– que son capaces de recrear o convocar. Es en estos aspectos que Winton demuestra ser un novelista seguro y destrísimo, un prosista preciso y expresivo –la traducción al catalán es de Joana Castells–, un narrador natural y enérgico con pasajes de un lirismo plástico y matérico bastante imponente. Y es por todo esto que Exhalación, publicada originariamente en 2008, no sólo no es previsible y exánime sino que es una novela llena de sensorialidad, vigor, drama y emociones. Otra novela de formación sí, pero una novela de formación muy notable.
El surf, entre el deporte de riesgo y la experiencia religiosa
Ambientada en un pueblo de costa de Australia de principios de los años 70, Exhalación está narrada en primera persona por el protagonista, Bruce Pike, Pikelet, que recuerda su adolescencia desde su presente de hombre adulto y gastado que debe cargar con un número no despreciable de derrotas y heridas. Uno de los puntos fuertes de la novela es que el tono evocador, entre melancólico y elegíaco, de la voz narradora contrasta violentamente con la vitalidad temeraria con la que el propio Pikelet, su amigo Loonie y su mentor Sando se dedicaban en el pasado a su actividad preferida: el surf. Aunque llamarle "actividad" es casi ofensivo, una inexactitud que minimiza el riesgo, rebaja la valentía y diluye la trascendencia primitiva que sentían los surfistas pioneros y que siente el trío protagonista de la novela.
La forma en que Winton narrativiza el mundo del surf –entre el deporte de riesgo y la experiencia religiosa– es el otro punto fuerte de la novela. Lo hace tan bien, con una fuerza tan persuasiva, que da igual si al lector el surf le resulta apasionante o no le interesa lo más mínimo. Porque la actividad concreta del surf –saber leer los movimientos del mar, esperar la ola adecuada, intentar subirte y cabalgar la cresta durante tantos segundos como puedas–, y la experiencia que va asociada a ella –la superación del miedo, la proeza gimnasia y equilibrista de ser todo uno con la muela móvil del mar–, no son más, naturalmente, que una forma de hablar de la vida y del tiempo que pasa y de la muerte, de los errores que cometemos, de las vergüenzas y las culpas que arrastramos y, también, de esos instantes pletóricos y triunfales que quizás no justifican nada pero lo compensan todo.