Pau Claris y la corrupción en la Generalitat

Pau Claris (1586-1641) es conocido por haber sido presidente de la Generalitat al inicio de la Guerra de los Segadores, la revuelta contra los ejércitos del conde-duque de Olivares, y haber declarado la República Catalana bajo la protección de Francia, gracias a un acuerdo con el cardenal Richelieu. Su muerte aún no ha sido aclarada y John H. Elliot i Josep Sanabre creen que fue envenenado con agua tofana, también conocida como acqua di Napoli, una mezcla de arsénico y hierbas bastante utilizada en los siglos XVII y XVIII y entonces difícil de detectar. Parece que su secretario, Rafael Nogués, falleció con síntomas parecidos y al mismo tiempo. La corte de Madrid tenía poderosos motivos para eliminarle. Sin él, se creía plausible llegar a un acuerdo, algo que, sin embargo, no ocurrió.

Todo esto lo explica el historiador Antoni Simon en la biografía sintética –no llega a cien páginas– que conforma el número 375 de la colección de los Episodis de la història de Dalmau Editor. Pero más allá del misterio de la muerte, merece la pena destacar dos detalles políticos interesantes.

Cargando
No hay anuncios

Pau Claris, miembro de una estirpe de juristas —los juristas eran entonces puntales de las instituciones catalanas—, había estudiado leyes en Roma y Pisa, y tuvo un ascenso rápido en la carrera eclesiástica, de modo que a los 26 años, en 1612, era nombrado para el relevante cargo de canónigo de la Seu d'Urgell, y aquel mismo año obtenía un beneficio de la catedral de Barcelona, ciudad donde residiría de manera definitiva a partir de 1621 y donde ejercería de síndico y abogado del capítulo urgellense. A partir de 1622 comienza a implicarse directamente en asuntos de la Diputación del General o Generalitat.

En 1626, cuando las tensiones político-institucionales con Olivares ya están al orden del día, llega la cuestión de que quería hablar: una vez disueltas las Cortes de aquel año por el choque irresuelto con la corona española, Claris es nombrado miembro de la Visita, ente creado en 1599 para fiscalizar los abusos y corruptelas en el seno de la Generalitat. Para que nos entendamos, un tipo de Oficina Antifraude. A cada caso le dedicaba tres meses en tres fases: ofensa, defensa y sentencia. La Visita de los años 1626-1627, liderada por Claris, dictó 144 sentencias e impuso multas por valor de 17.418 libras. Y por primera vez publicó un sumario de 136 páginas como ejercicio de transparencia de lo que había hecho esta institución fiscalizadora

Cargando
No hay anuncios

Claris cogió cada vez más relieve político, cultivando amigos y enemigos notorios. En el marco de la guerra de España con Francia, el rechazo de los alojamientos para el ejército español —y también del aumento de la presión fiscal y del reclutamiento de hombres— iba envenenando cada vez más el ambiente en Cataluña. Es en este punto cuando en 1638, por el tradicional sistema de insaculación (se ponían papelitos con los nombres elegibles en un saco, en aquella ocasión 524, y una mano inocente sacaba el número acordado), cuando fueren elegidos diputados de la Generalitat Pau Claris, Tamarit y Josep Miquel Quintana. Los tres eran personalidades que habían destacado en la defensa del constitucionalismo catalán.

El historiador Antoni Rovira y Virgili cree que la extracción a suerte de Pau Claris fue manipulada. Me inclino a darle la razón, a pesar de que, claro, no existan pruebas de ello. Así, pues, tenemos que Claris fue ejemplar en su tarea de transparencia administrativa, pero que, al mismo tiempo, se habría prestado a una elección digamos fraudulenta que, por otra parte, debía de ser una práctica no excepcional. En todo caso, Simon, en esta breve biografía, incluye por primera vez el testamento del personaje, que va fue redactado en 1637, poco después de superar la raya de los cincuenta años y viendo su protagonismo político creciente y la deriva peligrosa que iban cogiendo las cosas. Hizo heredera universal a su madre y, en caso de que faltara, a su hermano Francesc, que en 1638 era consejero segundo del Consejo de Ciento de Barcelona, institución que participó activamente en la revuelta junto a la Generalitat. Sin duda, los hermanos formaban equipo. Pau Claris lo pagó con su vida.