Premio Cervantes para el prolífico y singular Álvaro Pombo
El narrador y poeta, de 85 años, es conocido por libros como 'El héroe de las mansardas de Mansard' y 'El metro de platino iridiado'
BarcelonaLa efusividad, el entusiasmo y la irreverencia que acompañan Álvaro Pombo (Santander, 1939) desde hace décadas contrastan con su trayectoria, reconocida con casi todos los premios de las letras españolas, a los que ahora se añade el más importante y prestigioso de todos, el Cervantes, dotado con 125.000 euros, y que en anteriores ocasiones ha recompensado la obra de autores como Jorge Luis Borges, Juan Margarit, Ana María Matute, Cristina Peri Rossi y Francisco Umbral. El jurado ha decidido otorgarle –el año en que también sonaban Enrique Vila-Matas, Gioconda Belli y César Aira– por su "extraordinaria personalidad creadora, la singular lírica que ha escrito y la original forma de narrar". Y añade: "A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista está el de ser uno de los grandes novelistas en lengua castellana que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios".
El veterano y prolífico autor cántabro, de 85 años –y todavía en plena actividad creativa–, es conocido por novelas como El héroe de las mansardas de Mansard (1983), El metro de platino iridiado (1990) y Donde las mujeres (1996). Por la primera recibió el primer premio Herralde e inauguró la emblemática colección Narrativas hispánicas de la editorial Anagrama. Por la segunda, mereció el premio Nacional de la Crítica. Por la tercera, el Nacional de Narrativa.
"Se ha dicho muchas veces que en mis novelas todo el mundo se acaba tirando por la ventana. En toda la vida quizás sólo podemos hacer una o dos buenas acciones, pero son valiosísimas, tanto como el oro" , comentaba en 2012, pocas horas después de recibir el premio Nadal por El temblor del héroe, con la que abrió una prolífica etapa en la editorial Destino que se cerró después deEl destino de un gato común. Desde entonces, Pombo volvió a la editorial que le hizo crecer como autor, Anagrama, con las novelas Santander, 1936 (2023) y El exclaustrado (2024).
Un pionero a la hora de abordar la homosexualidad
Poco después de licenciarse en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y de obtener el Bachelor of Arts por el Birkbeck College de Londres, ciudad en la que vivió entre 1966 y 1977, Pombo debutó como poeta con Protocolos (Biblioteca Nueva, 1973), género que desde Variaciones (Lumen, 1978) ha cultivado escaso. Con Relatos sobre la falta de substancia (La Gaya Ciencia, 1977) se convirtió en uno de los pioneros a la hora de abordar la homosexualidad desde la literatura castellana, tema que exploró a fondo en una de sus mejores novelas, Contra naturaleza (Anagrama, 2005), publicada un año antes de recibir el premio Planeta por La fortuna de Matilda Turpin.
Según el jurado del premio Cervantes, Álvaro Pombo ha logrado crear "lo que define a los grandes escritores, un mundo literario propio inmortal e imprescindible que conmueve y duele". El escritor, de salud precaria, apenas sale de su apartamento madrileño, con la cabeza ocupada en el próximo libro, aunque de vez en cuando todavía ofrece alguna opinión controvertida: "La gente de mi edad estamos encerrados en las nuestras convicciones y sin querer quedamos atrapados –decía con motivo de la publicación deEl exclaustrado–. Creemos que tenemos razón y es muy complicado tenerla. Para tener una actitud elástica y comprensiva hay que ser algo más que un erudito, hay que tener cierta actitud, ser místico o creador, o quizás un filósofo como Ortega, que inventaba teorías cada cinco minutos".