Vincent Lacoste, el eterno adolescente del cine francés y protagonista de un cómic
El actor francés estrena el drama educativo 'Los buenos profesores' y Riad Sattouf dibuja su biografía en viñetas
BarcelonaEn Los buenos profesores, que llega el viernes a los cines, el director francés Thomas Lilti retrata el oficio de maestro a través de un drama con toques de humor que sigue el curso escolar de un instituto de París a través de los ojos de un profesor recién llegado, Benjamin, estudiante de doctorado sin beca que ha aceptado el trabajo por motivos estrictamente económicos. El filme, que captura con rigor y empatía las dificultades y dilemas de los docentes, tiene uno de sus principales activos en su protagonista, Vincent Lacoste. Con sólo 30 años, el actor es ya un veterano del Festival de Cannes y un nombre habitual del mejor cine francés actual, pedido constantemente por directores como Christoph Honoré, Quentin Dupieux o el propio Lilti, con quien ya había trabajado en sus filmes anteriores sobre el mundo de la medicina, Hipócrates (2014) y Mentes brillantes (2018). Con el pelo siempre despeinado y un aire de adolescente eterno, Lacoste ha construido una carrera espléndida con grandes películas como el drama sobre el duelo Mi vida con Amanda,el fresco históricoLas ilusiones perdidaso la comedia de Justine Triet Los casos de Victoria.
Pero el hito más sorprendente de su trayectoria seguramente es haber protagonizado su propio cómic: Le jeune acteur. Aventuras de Vincent Lacoste en el cine (2021), que relata sus inicios en el cine. Y el autor es uno de los grandes dibujantes del cómic francés de las últimas décadas, Riad Sattouf, creador de la aclamada saga autobiográfica a caballo entre el mundo islámico y Occidente El árabe del futuro. Si un autor como Sattouf dedica una obra –la primera de una futura trilogía– a un actor todavía joven y no excesivamente popular es porque el dibujante es el responsable de la carrera de Lacoste, pues lo descubrió cuando era solo un adolescente inseguro de París sin ninguna ambición de ser actor y le convirtió en protagonista de su opera prima como director, Los guapos (Las beaux perras, 2009), una magnífica comedia sobre el mundo adolescente que Sattouf retrata con frescura, mala leche y autenticidad.
Un hermano mayor
"Cuando nos conocimos yo tenía 14 años y Riad se convirtió en un hermano mayor para mí –explicaba Lacoste durante el último Festival de San Sebastián, donde presentó Los buenos profesores–. El cine era un mundo completamente desconocido para mí, en mi familia no había nadie que tuviera nada que ver, y él me ayudó mucho. Ahora ya no es un mentor y nuestra amistad es de igual a igual, tenemos una relación muy familiar y estamos muy unidos, incluso cuando no hacemos películas. Y fue muy divertido poder colaborar también en un cómic". El proyecto, sin embargo, nació hace una década: Lacoste tenía 19 años y había estrenado Hipócrates, que fue un gran éxito en Francia, mientras que su segunda película con Sattouf como director, Jacky au royaum des hijas (2014), pasó sin pena ni gloria. "Él se dio cuenta de que yo me estaba convirtiendo en un actor de verdad y le fascinaba que la gente me reconociera por la calle y me pidieran autógrafos y fotos. Pero le dije que esperara un poco, porque con 19 años no quería hacer mi biografía". Sattouf esperó y cuando estalló la pandemia Lacoste lo aceptó y empezaron a trabajar: "Él me enviaba preguntas sobre mi vida y yo le respondía con detalles –dice el actor–. Yo escribí mis recuerdos y opiniones y él los transformó en dibujos”.
Aún inédito aquí, Le jeune acteur retrata el mundo del cine desde la mirada inocente y entusiasta de un adolescente sin éxito con las chicas que espera que la película le convierta en un sex symbol y llora como un niño cuando ve el peine de pardillo con el que sale en pantalla o cuando una lesión de rodilla está a punto de impedirle hacer la película. En Los guapos no sólo aprendió a actuar, sino que dio su primer beso; eso sí, ante la cámara y todo el equipo de la película: "A la gente le sorprende, pero ocurre a menudo –dice Lacoste–. Cuando ves a niños actores besándose en el cine, muchas veces es la primera vez. Pero yo no siento que aquél fuera mi primer beso, sino mi primer beso en el cine. La vida real es otra cosa". Hacia el final del cómic, Sattouf se encuentra en una fiesta Jean-Pierre Léaud, el actor fetiche de François Truffaut. El dibujante quisiera tener con Lacoste una asociación creativa similar a la de Truffaut y Léaud: crecer juntos como director y actor, compartiendo proyectos y amistad. Y el sentimiento es mutuo. "Me encantaría seguir trabajando con él, y de hecho ya estamos pensando en nuevas películas –dice Lacoste–. El problema es que, a diferencia de Truffaut, el Riad también hace cómics y tarda más en hacer cine. Pero estoy seguro que haremos más películas".