Comisaría de Via Laietana

"Siempre me he preguntado cómo eran los torturadores en su casa"

Blanca Serra denuncia ante la fiscala las torturas que sufrió en Via Laietana entre 1977 y 1982

Barcelona"Pasó mucho tiempo antes no pude hablar de las detenciones. Y durante muchos años, cuando paseaba, esquivaba la comisaría de Via Laietana", explica la filóloga Blanca Serra, que junto a su hermana, la historiadora Eva Serra (fallece el 2018), pasó cuatro veces por la comisaría de Via Laietana: en febrero de 1977, en julio de 1980, diciembre de 1981 y marzo de 1982. Ahora Blanca ha decidido poner una denuncia a la fiscal delegada de Derechos Humanos y Memoria Democrática de Barcelona, ​​Sara Gómez Expósito.

"Es la primera que se pone ante la Fiscalía de Barcelona, ​​y la ponemos porque ha sido imposible acceder a los atestados policiales ya la documentación judicial, y queremos que se investigue", explica el abogado de Irídia Brian Ventura. "De forma reiterada se nos deniega acceder a la documentación por la ley de protección de datos o por la ley de patrimonio histórico español", añade Ventura. La ley de memoria española explicita que las víctimas tienen derecho a la justicia, que debe garantizarse a través de investigaciones públicas que aclaren las violaciones de derechos humanos. Pero cuando se pide la documentación policial, esto queda en papel mojado.

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"Durante muchos años fui profesora de jóvenes de 15 años y me acabé dando cuenta de que nuestra historia prácticamente ha desaparecido del mapa. La desmemoria es muy bestia y vale la pena que se sepa que luchamos y que seguimos luchando" , dice Serra, que mientras estuvo detenida nunca tuvo derecho a un abogado. "Les dije que quería un abogado. El policía me contestó gritando que él era mi abogado y me dio un guantazo tan fuerte que me envió a la otra punta de la habitación", recuerda. Lamenta que las mujeres sufrían especiales vejaciones y que las humillaciones y la violencia fueron peores con los años. "Ya no se creían que nosotros tuviéramos un papel secundario y de manera sistemática nos humillaban. Me hicieron desnudar y hacían comentarios sobre mi cuerpo. Siempre me he preguntado cómo eran estos torturadores en su casa, cómo trataban a la madre oa la hermana . Yo creo que no las debían tratar muy bien", dice Serra.

"Sigo luchando porque, si queremos vivir en democracia, la persecución de ideologías es inadmisible", dice. "Si hago esta denuncia es también por mi hermana y por Maite Carrasco, que también murió. Muchos han desaparecido sin tener tiempo de hablar", añade.