Arte

El MNAC hace justicia al arte de las artistas embarazadas

La exposición 'Maternasis' incluye los originales de Núria Pompeia y obras de Roser Bru, Mari Chordà y Parvine Curie

BarcelonaLa dibujante Núria Pompeia (Barcelona, 1931-2016) tuvo una familia numerosa: estuvo embarazada seis veces y sobrevivieron cinco de sus hijos. Así que no es de extrañar, como recuerda su hija, Anna Pániker, que hablara en su obra y que expresara la “espanto” que le producía la transformación incontrolable de su cuerpo durante aquellos nueve meses. “El cuerpo, la biología, tienen su vida, su historia y su trazado, y para ella el problema no era como tratar a los hijos, porque era trabajo de madre, sino la gestación”, explica Pániker. Habla sobre ello en la presentación de la exposición sobre el embarazo y la maternidad del Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), donde se pueden ver los 78 originales del libro de Pompeia Maternasis (Kairós, 1967 y 2022) comprados por la Generalitat y otras adquisiciones recientes de Roser Bru, Mari Chordà y de la etapa barcelonesa de la escultora Parvine Curie. Esta última tiene previsto hacer una donación de dibujos de aquel mismo momento al museo.

“El embarazo es un proceso donde la mujer está sola”, subraya Pániker. Precisamente en el único momento de Maternasis donde aparece, el hombre es una presencia inquietante y controladora que pone la mano encima del vientre de la mujer embarazada. “El libro debió de ser una bomba atómica en su momento, porque incluso ahora conserva toda la vigencia, todo el humor y toda la ternura”, afirma el director del MNAC, Pepe Serra.

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La exposición toma precisamente el título de Maternasis y se puede ver en la última sala de la colección permanente hasta el 25 de septiembre. “La exposición es una pieza más de un trabajo que está siendo lenta y laboriosa: la revisión del relato del arte de posguerra en Catalunya sobre una cosa que ha sido negada, que es la presencia de las mujeres artistas”, advierte Serra. “La adquisición de obras de artistas que han quedado fuera del relato, que casi siempre coincide con el hecho de que son mujeres, es una prioridad”, subraya el director.

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Mientras que el disparo más distintivo de la mujer de Maternasis es la sencillez y muy a menudo aparece con los ojos muy abiertos y tapándose la boca, las mujeres embarazadas del cuadro Mujer con sus partes, de Roser Bru, que está considerada como un artista de referencia en Chile, donde se exilió en 1939, y las esculturas de Parvine Curie Mère, Déesse y Mère (L'attente de l'enfant) tienen un punto arcaico, como si fueran divinidades antiguas de la fertilidad. Los autorretratos de Mari Chordà embarazada, la más conocida de todas ellas por la atención que ha recibido en los últimos años, entran de lleno dentro de la abstracción y, como los de Pompeia, son fruto de cómo inmortalizó los cambios que iba experimentado su cuerpo. 

Maternasis fue un libro modernísimo. Es una obra innovadora y transgresora, no solo en el contexto de la España franquista”, dice Àlex Mitrani, conservador de arte moderno y contemporáneo del MNAC y el comisario de la muestra. “También es un ejercicio de militancia feminista muy avanzado para su época y un hito en la historia del cómic y la ilustración en nuestro país”, explica. De las esculturas de Curie recuerda que las hizo cuando estaba embarazada de su hijo David Martí y que son “primitivas”. “Estas figuras muestran el interés de Parvine Curie de aproximarse a la cuestión del embarazo desde un punto de vista poético y lírico”, dice Mitrani.

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Como contrapunto de las obras de estas artistas se puede ver a una Virgen de la Buena Esperanza del primer cuarto del siglo XVI del círculo de los Osona, con un sol pintado en el vientre dentro del que hay una pequeña criatura, para ratificar que la iconografía de la mujer embarazada es poco habitual.