Muere la lingüista Carme Junyent, toda una institución en defensa del catalán

BarcelonaGran experta en el estudio de la diversidad lingüística y pilar insobornable en la defensa de la lengua catalana, maestra de maestros y divulgadora incansable, la filóloga Carme Junyent Figueras (Masquefa, Anoia, 1955) ha fallecido este domingo a los 68 años a causa de un cáncer. La ceremonia de despedida pública será el próximo sábado en la Sala Polivalente de Masquefa.

Junyent era experta en lenguas africanas y se especializó en idiomas amenazados. Esto le sirvió para poder explicar la diversidad lingüística de Cataluña, para entender las lenguas de la inmigración y para alertar del peligro de sustitución lingüística del catalán si no se actuaba de inmediato desde todos los frentes, como defendió a su polémico El futur del català depèn de tu, coescrito con Bel Zaballa (La Campana, 2020). Aquí la Junyent científica hacía también de activista del catalán, que en realidad son las dos facetas que definen su vida y obra. Por eso recibió en 2019 la Creu de Sant Jordi, por "la defensa de la diversidad lingüística en Cataluña y en el mundo". También estaba en proceso de ingresar en el Institut d'Estudis Catalans.

Carme Junyent ejerció de lingüista y profesora de la Universidad de Barcelona después de forjarse como filóloga también en Alemania y Estados Unidos. Sus investigaciones han ido vinculadas sobre todo a la antropología lingüística, con la creación del Grupo de Estudio de Lenguas Amenazadas (GELA), que trae un inventario de las lenguas que se hablan en Cataluña, y títulos como Les llengües del món (1989) i Vida i mort de les llengües (1992).

Sobre todo en las últimas dos décadas, la profesora decidió salir de la universidad y ha tenido una gran presencia en el debate público sobre los principales temas candentes que afectan a la lengua. Una muestra de ello es su artículo póstumo, publicado en Vilaweb, medio donde realizaba colaboraciones periódicas. Se titula Morir-se en català y explica cómo ha vivido la atención hospitalaria mientras estaba enferma. "Toda la vida he luchado para que la gente pudiera morir en catalán y ahora que me tocaba a mí debo ser consecuente", afirma. "La primera reflexión ética: ¿qué lengua debe emplearse preferentemente, la del paciente o la del médico?", plantea. "Los profesionales de la medicina, y muy especialmente los formadores, deberían tener claro que la lengua forma parte del tratamiento", avisa a las autoridades. Solía poner deberes.

Comprometida y a contracorriente

Persona sabia y con gran capacidad oratoria, Junyent defendió siempre opiniones firmes e incómodas, a menudo a contracorriente. Desde los años 90 alertó que la enseñanza de catalán en las escuelas estaba dejando de dar buen rendimiento cuando la inmersión parecía un sistema incuestionable: "Todos los esfuerzos que se hicieron en la enseñanza primaria con la inmersión, en secundaria no se hicieron igual, y la lengua de la enseñanza sigue siendo una opción del profesor", decía. "No es que la inmersión no funcione, es que el sistema funciona como si no hubiera inmersión", afirmó al ARA. Era lúcida y vehemente sin levantar nunca la voz.

También fue directa al asumir la sentencia del 25% de castellano en las aulas: "Me acogería al 25% del castellano para salvar el catalán", decía. Después de años de denunciar la falta de reacción política, cuando se le pidió ayuda para mejorar el catalán en la enseñanza se arremangó: en marzo del 2022 fue nombrada presidenta del Consejo Lingüístico Asesor del Gobierno, con el que idearon hasta 50 medidas para revertir la situación del catalán en las aulas, algunas de las cuales se han aplicado, como las pruebas de nivel al profesorado.

Lenguaje inclusivo

Otra posición singular fue, en el período del Proceso, defender que no haría falta que una Cataluña independiente tuviera ninguna lengua oficial, ni catalán ni castellano. Ella quería romper la idea monolítica de que a un estado le toca una sola lengua, porque "hoy en todo el mundo hay gente que tiene como primera lengua una que no es la oficial", decía para ejemplificar que hay otras medidas para garantizar que se hable un idioma. Su capacidad de suscitar debate y contraponer ideas también la trasladaba a los libros, con títulos como El català, la llengua efervescent: 77 visions sobre el terreny (Viena, 2021).

En los últimos años se posicionó de forma contundente sobre el lenguaje inclusivo. En 2010 organizó la jornada Visibilitzar o marcar: repensar el gènere en la llengua catalana para debatir sobre los desdoblamientos masculinos y femeninos que empezaban a invadir la lengua. Aquello fue el origen del libro colectivo Visibilitzar o marcar (Empúries, 2013). Ella defendía el masculino genérico como inclusivo del femenino. Más recientemente volvió a reabrir la polémica sobre el lenguaje inclusivo y feminista con el libro Som dones, som lingüistes, som moltes i diem prou (Eumo, 2021), en la que afirmaba que "la idea de que si cambiamos la lengua cambiará el mundo es una falacia".

Y, sin embargo, Carme Junyent vivía como si pudiera cambiarlo: "Yo no me siento angustiada, porque todavía estamos a tiempo de revertir la situación [del catalán]. De hecho, por eso trabajo". Junyent pretendía convencer "el 70% de indiferentes" para poder mejorar el uso del catalán, contando que ya hay un "15% de militantes" y el "15% de hostiles" con los que no hace falta perder el tiempo: "Un 70% es mucha gente y con ésta sí puedes conseguir cambios. Tenemos mucho campo por correr", aseguraba. Y así, con su ejemplo de franqueza, compromiso y convicción, tal y como ella ha ganado la batalla de poder morirse en catalán, es como pretendía recuperar el esplendor de una de las lenguas que tanto amaba, la que más amaba.

Maestra e influyente

Las muestras de pésame han sido inmediatas por parte de personalidades de todos los campos, que destacan su libertad de pensamiento, sus principios y su capacidad de lucha.