Música clásica

Un Concierto de Año Nuevo para llevar esperanza a un mundo en guerra

El maestro italiano Riccardo Muti dirigirá la edición de 2024

ARA
y ARA

BarcelonaEl maestro alemán Christian Thielemann dirigió ayer por segunda vez el tradicional Concierto de Año nuevo de la Filarmónica de Viena, y expresó su deseo de que los valses y polcas que sonaron en la Sala Dorada del Musikverein, y que millones de personas de un centenar de países siguieron por televisión, fueran un bálsamo y una fuente de esperanza en “un mundo esbozado por guerras e intolerancia”.

Para este director de 60 años, que la próxima temporada sucederá a Daniel Barenboim al frente de la Ópera Estatal de Berlín, el legado de Johann Strauss y sus tres hijos, Johann, Josef y Eduard, y el de otros compositores de su época, es una fuente de obras muy variadas. Estas piezas son a veces “melancólicas” y otras “frenéticas”, como dijo Thielemann antes de hacer el tradicional brindis del concierto, y siempre son un contrapunto de “cosas muy feas” como las guerras. A continuación empezó a sonar el vals más icónico del programa, El Danubio azul, de Johann Strauss hijo, que fue la segunda propina imprescindible de las tres que tuvo el concierto, donde tampoco falta la Marcha Radetzky, la única pieza de Johann Strauss padre que sonó y que el público siempre compañera palmeando.

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El programa estuvo formado por quince piezas y las tres propinas. Nueve eran una novedad en el concierto, y en cuanto a la autoría siete de las dieciocho eran de Johann Strauss hijo, dos de sus hermanos Josef –como el vals Delirios– y Eduard. Entre las novedades hubo la Cuadrilla WAB 121, del compositor austríaco Anton Bruckner (1824-1896), de quien este año se celebra el segundo centenario del nacimiento. Se trata de una pieza raramente interpretada perteneciente a la juventud de Bruckner, antes de que se hiciera famoso como gran sinfonista. Entre otras piezas de otros compositores que sonaron se encuentra la polca Estudiantina, del ballet La perla de Iberia, de Joseph Hellmesberger (1828-1893). La problemática ambiental también estuvo presente en el repertorio: la polca Alta fuente, que Eduard Strauss compuso a raíz de la inauguración de un oleoducto en 1873, sirvió para llamar a la necesidad de proteger el agua y el medio ambiente.

La próxima edición del Concierto de Año Nuevo la dirigirá, el 1 de enero de 2025, el maestro italiano Riccardo Muti. Será la séptima vez que le dirige, la última de las cuales fue en 2021. La edición de 2025 coincidirá con el bicentenario de Johann Strauss hijo, considerado “el padre del vals”. La orquesta, que elige a los directores de forma democrática, todavía no ha tenido ninguna directora al frente del Concierto de Año Nuevo, una polémica que se ha cerrado de momento con el argumento de que no hay ninguna directora con suficiente experiencia para hacerlo.