Concierto

Gracie Abrams entrega el alma a las fans en el primer día del Cruïlla

La cantante estadounidense desplegó su repertorio intimista y romántico ante un público mayoritariamente femenino

Barcelona[La cantante Gracie Abrams no ha permitido que los fotoperiodistas fotografíaran su concierto y, por eso, las imágenes de esta crónica son escenas de ambiente.]

Gracie Abrams abría el festival Cruïlla este miércoles sin permitir que los fotógrafos profesionales hicieran fotos del concierto. Toda la generosidad que no tuvo con los medios de comunicación, en cambio, sí la tuvo con sus fans. Durante la hora y diez minutos que duró el espectáculo cogió móviles de sus fans para hacerse selfies e, incluso, aceptó tomar una foto con una cámara Polaroid. Las receptoras de estas fotos tendrán un recuerdo inolvidable de una noche en la que Gracie Abrams se mostró constantemente pendiente de su público hasta el punto de que parecía una velada entre amigas.

"Reconozco algunas caras de otros conciertos que hemos hecho, antes de que pasara todo", decía Abrams nada más empezar el concierto. Este todo al que se refería es su estallido de fama, que se ha producido en un tiempo récord y que le ha llevado a actuar hace pocas semanas en Glastonbury, donde, por cierto, sí se pudieron fotos del concierto. Mudada con un vestido largo de noche y descalza, la estadounidense desgranó su repertorio intimista que arrancó con Risk, uno de los hits de su último disco, The secret of us. En las primeras filas, muchas chicas llorando y mirándola con devoción. Más adentro, era fácil detectar que la cantante ha hecho mella entre el público femenino más joven: muchas niñas, acompañadas de sus madres, recitaban las letras como si fueran las páginas de un diario lleno de experiencias que aún no han tenido tiempo de vivir. Nada más arrancar el concierto, se oían gritos de "guapa" y "reina" mientras ella se paseaba por el escenario con la guitarra y una sonrisa cálida.

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Abrams no escatimó a sus fans –el público era mayoritariamente femenino– ninguno de sus logros, como por ejemplo Y miss you, I'm sorry y su continuación no oficial I love you, I'm sorry, o Where do we go now. Tocó la guitarra, el piano y caminó de forma etérea como una ninfa en el bosque, pero sobre todo habló con sus fans. "A veces la magia es tangible y es así", aseguraba. También recurrió a tópicos y confesó que había pasado un día maravilloso en Barcelona "bebiendo vino y comiendo jamón". "Me gustaría poder quedarme más días aquí", decía. Los fans respondieron a sus palabras regalándole un ramo de margaritas y una bandera llena de firmas que colocó sobre el mismo piano desde donde tocó algunos de los temas más emotivos de la noche.

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Pero el amor de Abrams excedía a su público. Durante un momento de la noche, la cantante aprovechó para alabar el concierto de la noruega Girl in Red, que había actuado en el mismo escenario un par de horas antes. El reconocimiento no sólo se quedó en palabras y le dedicó Two people, la primera pieza tocada en el piano.

Para el tramo final del concierto, Abrams abandonó su versión más intimista y regresó al formato en el que más luce, el de la cantautora energética con guitarra en sus manos. Fue así como interpretó las dos últimas, y más celebradas, canciones de la noche, That's so true y Close to you, tema que el público bailó con euforia pese a no ser una canción que invite precisamente a ella.