Al hombre que intentó matar a Ronald Reagan no le va bien como cantante
John Hinckley, de 67 años, ha pasado más de tres décadas encerrado en un psiquiátrico y ahora intenta abrirse camino como cantautor
BarcelonaEl 30 de marzo de 1981, 70 días después de asumir la presidencia de Estados Unidos, Ronald Reagan fue víctima de un ataque que habría podido acabar con su vida. Una bala le perforó el pulmón, pero la rápida asistencia médica evitó el peor de los desenlaces y Reagan no solo acabó el mandato, sino que lo renovó cuatro años más, hasta que en 1989 sería sustituido por George W. Bush. El hombre que disparó contra el presidente era John Hinckley, que en aquellos momentos tenía 25 años.
Declaró que había atacado a Reagan con un único motivo: intentar impresionar a Jodie Foster. Hinckley estaba obsesionado con la actriz desde que vio la película Tase driver, de Martin Scorsese, donde un taxista protegía a una prostituta de 12 años, interpretada por Foster, y al final de la película intentaba asesinar a un senador de Estados Unidos que pretendía llegar a presidir el país.
Un músico amenazado
A raíz del intento de asesinato, John Hinckley fue diagnosticado de esquizofrenia y pasó más de tres décadas en un hospital psiquiátrico, donde se dedicó a componer música. Actualmente, el norteamericano tiene más de 30.000 seguidores en su canal de YouTube y una media de 16.000 oyentes mensuales en Spotify. En el mes de junio recuperó totalmente la libertad y se propuso presentar su música en directo sin esconder la identidad. Desde entonces, todos los conciertos que ha anunciado –en Chicago, Hamden (Connecticut), Williamsburg (Virginia) y Brooklyn (Nueva York)– han acabado cancelados. "En muchos de estos escenarios, las entradas estaban agotadas –explica Hinckley a la agencia Efe–. Es muy frustrante. Con suerte, encontraré pronto un lugar que no se eche atrás cuando haya una reacción violenta". En el caso de Brooklyn, el hotel donde John Hinckley tenía que actuar canceló la actuación después de recibir varias amenazas. "Hubo un tiempo en el que se podían programar conciertos así. Quizás alguien se habría molestado, pero este era un país libre –se podía leer en el comunicado del hotel–. Ya no vivimos en este tipo de país, para bien o para mal".
"Tendría que poder actuar públicamente –continúa Hinckley–. Soy una persona totalmente diferente a la de la de 1981". El norteamericano asegura que el mensaje de sus canciones es "de paz y amor". "La pasión por la música me ha guiado desde que los Beatles actuaron en Estados Unidos en 1964", añade. Hinckley, que también pinta cuadros –y los vende a un precio de 440 euros a través de la plataforma eBay–, dice que a través del arte y las canciones paga "la deuda que tiene con la sociedad". La Fundación Ronald Reagan, en cambio, sigue "oponiéndose con firmeza a su liberación". "Intenta ganar dinero a partir de su infamia", afirman.