Música

Leiva ya puede contar que ha llenado el Palau Sant Jordi con rock

El músico madrileño cierra la primera parte de la gira del disco 'Gigante' ante 17.000 personas

Barcelona"Estás en tu mejor momento", canta Leiva en el primer verso de Bajo presión, la canción con la que el sábado abrió el concierto en el Palau Sant Jordi, con las 17.000 entradas agotadas desde hacía meses. El músico madrileño también está en su mejor momento y ha podido hacer un disco como Gigante (2025), una especie de Honestidad brutal sin las catástrofes tóxicas de Andrés Calamaro pero sí con dudas, pérdidas e inseguridades emocionales y profesionales que alimentan un montón de canciones. Aun así, y a pesar de los años de carretera, estaba nervioso ante el primer Palau Sant Jordi. "Qué lujo poder está aquí, qué locura. Es alucinante. No he dormido, tengo diarrea por lo que va a pasar hoy y estoy muy ilusionado", dijo cuando llevaba ya 25 minutos de concierto.

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Justo antes de la actuación, suena Rocks, de Primal Scream, que sitúa al público donde quiere Leiva: en el rock de estribillos melódicos, guitarras de riffs familiares y un despliegue instrumental bien musculado. Aparece la banda. Salvo las pantallas, no hay distracción escénica. El pacto se firmó hace mil años: canciones y basta. Y así despacha Bajo presión, Cono lluvia en las zapatos, Gigante, Lobos, Terriblemente cruel y Superpoderes, sin apenas pausa y con el público en sintonía perfecta, aplaudiendo la armónica, interviniendo como coro y celebrando con una ovación que las expectativas queden satisfechas tan pronto gracias a canciones de discos diferentes. En algunos momentos, una sonorización mejorable perjudica la percepción, pero no estropea la comunión establecida desde el principio, y que queda reforzada cuando toma aire después de Superpoderes. "Bona nit, Barcelona. Com esteu? Us estimo molt", dice en catalán.

Leiva no se refugia nominalmente en un grupo, pero es un frontman que necesita saber que tiene a los músicos cerca. Los busca, les mira, les aplaude. Es la antítesis de lo que se ha visto en conciertos de otras bandas como Imagine Dragons. El público del Sant Jordi seguramente lo aprueba. De hecho, lo celebrará hacia el final de la actuación, cuando Leiva acabe Lady Madrid tocando en círculo con los músicos en un gesto de comunión remarcable.

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Lou Reed, Sabina y Chuck Berry

Rebajada un poco la tensión inicial, Leiva lleva el concierto al territorio de himnos de Gigante cómo El povo de los días raros, con saxo, trompeta y teclado ampliando el campo de batalla sonoro y el público respondiendo. La sabinera Ángelo muerto certifica que el último disco ha conectado mucho entre los seguidores del músico madrileño. Y Shock y adrenalina, con el riff de Sweet Jane de Lou Reed, deja claro que no son tiempos de esconder las influencias sino de mostrarlas abiertamente porque, al fin y al cabo, también eres las canciones que has vivido. Por eso a continuación toca You never can tell, de Chuck Berry, en la adaptación al castellano que hizo Santiago Auserón.

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Después, el ruido eléctrico más agrio de Cortar por la línea de puntos contrasta con el tono acústico de Vis a vis. Antes de tocarla pide que la gente la escuche en silencio y con el móvil en el bolsillo. Y justamente esto es lo que ocurre, como si todo el mundo estuviera de acuerdo en revivir un ritual antiguo al menos durante cuatro minutos y medio. "Gracias por el respeto", dice. A partir de ahí, el concierto camina encaramado en las voces de 17.000 personas que hacen suyas estrofas y estribillos: las de La llamada, con Leiva pellizcando la acústica y mostrando la mejor versión como cantante; las de No te preocupes por mí, la canción de ecos dylanianos sobre un personaje que siempre está en el peor momento; y, claro, las de las canciones de Pereza, el grupo que Leiva tuvo con Rubén Pozo: Como lo tienes tú, Estrella Polar y Lady Madrid. Siempre las coloca en el tramo final, antes del bis. Suenan a culminación nostálgica, y es innegable la potencia que preservan, pero a favor de Leiva cabe decir que su trayectoria en solitario no desmerece aquellas conquistas juveniles.

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De hecho, puede defender a Pereza con orgullo porque sabe que tiene canciones posteriores como la pletórica y primalescreamera Como si fueras a morir mañana. La sitúa en el centro de bis después de Caída libre, que en directo hace asumiendo las partes que en el disco canta Robe Iniesta. Agradece la respuesta del público de Barcelona. "Después de casa, el lugar donde más me quieren, sin duda", dice. Y con el Sant Jordi desbordado por el entusiasmo de quien sabe que se irá reconfortado y satisfecho después de dos horas, Leiva pone en juego Princesas, de Pereza, para cerrar el bis, el concierto y la gira Gigante de Leiva antes de viajar hacia América.

El concierto tenía como teloneros a los Sidonie, y Marc Ros, el cantante del grupo barcelonés, había adelantado que el del Sant Jordi era "un bolo muy importante para Leiva". Se marchó con la mejor recompensa del público.

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