Música

Marc Lloret i Oriol Roca: "El Mercado de Música Viva debe ser útil para comprar y vender"

Director artístico y asesor artístico, respectivamente, del Mercat de Música Viva de Vic

BarcelonaMarc Lloret y Oriol Roca han formado equipo al frente del Mercat de Música Viva de Vic desde 2011, como director artístico y como asesor artístico, respectivamente. Ahora toca ceder el testigo al nuevo equipo liderado por Joan Rial que ganó el concurso para dirigirlo. Lloret y Roca atienden al ARA en la Antigua Fábrica Estrella Damm para hacer balance de catorce años de trabajo.

¿Quiénes erais el 2011, antes de dirigir el Mercat de Música Viva de Vic?

Marc Lloret: Yo estaba en un momento de impasse. Había dejado su trabajo en la productora Contrabaix y estaba esperando a ver qué pasaba. Y me sucedió esto.

Oriol Roca: En aquella época era mánager: era socio de Fourni y habíamos trabajado con La Troba Kung-Fú, Muyayo Rif, Xerramecu... Con Oques Grasses la empresa aún no trabajaba... Y también estaba trabajando con el Festival In-Edit de Documental Musical, y todavía trabajo ahora.

M.Ll.: Yo también trabajé con el festival PopArb desde el principio, y tocaba con el grupo Mishima desde 1999.

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¿Y quién es ahora?

M.Ll.: Es que no sé quién soy ahora. Estoy esperando a ver quién soy después de septiembre. Me diagnosticaron un cáncer [de pulmón con metástasis en los huesos]. De hecho, soy un enfermo de cáncer, básicamente, porque dependo completamente de cómo se despierta el cáncer para decidir si voy a la playa, si me quedo en casa, si escribo, si leo, cosa que últimamente me cuesta mucho hacer. Y seré alguien que no tendrá trabajo en el Mercat, que me costará, porque han sido 14 años, y cuando te acostumbras a algo que forma parte de la vida... Necesitas separarte, pero también tienes que considerar que hay gente que puede hacerlo mejor o que puede hacer cosas distintas. Y sigo siendo miembro de Mishima, pero no estoy tocando, porque los dolores no me dejan, ahora mismo.

Llevas más de dos años de tratamiento, ¿verdad?

M.Ll.: Más de dos años, sí. Es una enfermedad crónica que no puede sanarse. Tengo que ir haciendo, pero he llegado a llevarlo muy bien. Enseguida lo asimilé como algo que iba a vivir. De hecho, he visto cosas positivas. Puedes programar cosas que si te cogen por sorpresa no puedes programar. Y también puedes acostumbrarte a pensar cuando no estarás o qué va a pasar. Y tengo dos hijos a los que también intento transmitirles lo que va a pasar. Quiero ir preparándolos poco a poco. Es decir, en mi vida, el peso de la enfermedad lo tiñe todo. Sigo teniendo música en casa, sigo tocando cuando puedo, sigo ensayando con el grupo cuando puedo y tocando cuando puedo. Pero en gran parte del tiempo ahora no puedo.

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Y tú, Oriol, ¿quién eres ahora?

O.R.: Hay que decir que yo he hecho más un trabajo de asesor de Marc durante todo este tiempo. De modo que he continuado trabajando en el In-Edit, por ejemplo, colaborando con otra gente...

Te he visto ayudando en el festival (a)phónica, por ejemplo.

ORO: Sí, trabajo bastante con la promotora Alter Sinergies, tanto en producción como en programación. Ahora que acaba mi trabajo en el Mercado, he reanudado el de relaciones internacionales del In-Edit, y me han hecho otras propuestas. Y cogeré más la bicicleta. Como dice Marc, queremos mucho el trabajo que hemos hecho en el Mercat y nos ha gustado mucho. Echaré mucho de menos poder escuchar a mil artistas cada año. Mucha gente me dice que "qué trabajo". Sí, pero lo que más me gusta de ese trabajo es tener el termómetro de una parte bastante importante de la escena musical.

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Estos años ha hecho una especie de revolución tranquila en el Mercat de Música Viva.

M.Ll.: Si lo hemos hecho, no lo hemos hecho conscientemente. Lo que hemos hecho es aprender el oficio de programar y relacionarnos con un evento público, que debe tener esa vocación de servicio público y que tiene objetivos desde el principio: promover la música de aquí, internacionalizar, dinamizar el sector. Tenemos ese horizonte, y creo que en estos catorce años sí que hemos ido hacia allí. Hemos ido consiguiendo algunos cambios, y en el ámbito económico hemos tenido que aprender a ser muy diligentes y muy cuidadosos con lo que gastábamos y por qué lo gastábamos. Y una de las cosas que me he obligado a hacer es tener respuesta a todo. ¿Por qué no contrato a un grupo? ¿Por qué no me gusta esta forma de poner el escenario? ¿Por qué me gusta estar toda la actividad junta y no separada? Muchas respuestas han dado luz a cosas que han ocurrido. En un trabajo, tener respuesta para todo es muy importante.

Ha cabalgado varias olas de la música catalana: de la época del pop maneliano y de la escena mestiza al presente dominado por las llamadas músicas urbanas.

O.R.: Con las músicas urbanas noté que no las controlaba. Una de las cosas buenas de trabajar en el Mercat es que el criterio sirve para determinar si un proyecto musical puede funcionar, si puede interesar a los programadores, y con las músicas urbanas me costaba más que con otros estilos. En los primeros años teníamos muchas dudas sobre programar músicas urbanas o no, y sobre cómo programarlas.

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Recuerdo el concierto de Pxxr Gvng en el Sucre en 2015, con cerca de 5.000 personas.

M.Ll.: Fue un concierto que generó una demanda de organizaciones cívicas contra el director artístico. Cuando nosotros teníamos 20 años éramos de unos o de otros; en los últimos años esto ha pasado cada vez menos.

O.R.: Todo es más desacomplejado.

M.Ll.: También tienen mayor formación. Hace treinta o cuarenta años, los músicos empezábamos con mucha actitud porque el instrumento no lo controlábamos demasiado. Después empezaron a salir más escuelas de música, y más adelante las escuelas superiores, que han ofrecido muchas posibilidades a los músicos. Y ahora gran parte de los músicos que salen sobre todo del Esmuc juegan también con la música urbana, la electrónica, el autotune... Y eso es lo que nos ha pasado en el Mercat, que hemos ido recibiendo propuestas que al principio nos costaba entender, que después entendíamos por que veíamos que funcionaban, y más adelante esta manera de decir las cosas se ha ido haciendo más accesible para todos los públicos. El jazz y el pop han tenido salpicaduras, y la música electrónica y la música urbana han partido a veces del jazz, del pop y de la world music. Ahora mismo gran parte de la música que hemos escuchado tiene un acento de electrónica o de música urbana.

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¿Un reto ha sido explicar a los programadores, sobre todo a los programadores de equipamientos municipales, que aquellas músicas urbanas podían programarse?

O.R.: Sí. Mucho trabajo que se ha hecho es este: hacer que el Mercat fuera eficaz para los compradores que venían al Mercat, lo que es útil para los grupos que se están presentando. El Mercado es un servicio público, y debe ser útil para comprar y vender.

M.Ll.: El Mercat no marca la línea, ni el Mercat ni ningún festival. Son los artistas, los que influyen e inspiran a otros artistas, como cuando Oques Grasses se fueron marchando de la música más festiva e introdujeron la electrónica.

El Mercat también ha dado espacio a proyectos que seguramente no tendrían mucho recorrido. ¿Hablabais de esto con los artistas?

O.R.: A veces hemos comentado con los mánagers y con los artistas: haga proyectos que sean posibilistas, si su circuito es el de técnicos municipales mira a qué teatros irá; no haga en el Mercat un espectáculo con un despropósito de iluminación, porque cuando lo vea un técnico se acojonará porque no podrá pagarlo. Esto lo hemos intentado transmitir, pero nunca nos pondremos en la libertad creativa de nadie.

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M.Ll.: También ha habido veces que hemos apostado por cosas que sospechábamos que no funcionarían, porque el Mercat también debe tener en cuenta apuestas de mucho riesgo.

O.R.: Es I+D. Si no inviertes en investigación, no tendrás resultados. Se trata de potenciar la creación, ya veces salen cosas bien, a veces no tan bien, ya veces de ese proceso ha salido una reflexión que puede servir al artista para encaminar su trabajo.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de esta época en el Mercat?

O.R.: El mío, haber trabajado con Marc.

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M.Ll.: Haberlo conocido, porque nos conocíamos de vista.

¿Fue el momento más delicado la edición pandémica del 2020?

M.Ll.: Para mí no lo fue. Generó mucho trabajo, sobre todo de cabeza, pero el esfuerzo por hacer todas aquellas grabaciones valió la pena. La forma en que trabajamos durante la pandemia es uno de los buenos recuerdos que tengo.

¿Qué me recomiendan de este mercado?

O.R.: Ostras, no podemos recomendar unas cosas y no otras. Te diremos que vayas al concierto inaugural de Lucia Fumero. Tengo muchas expectativas, y pienso que para ella y su carrera hacer una actuación así es todo un qué.