Pep Sala: "El documental sobre Carlos lo encontré innecesario"
El músico de Osona publica el disco 'Filigranes en estéreo', del grupo Sau30, y actúa en el Casino la Aliança del Poblenou
BarcelonaFiligranas en estéreo (El Indio Music, 2024) es el disco de Sau30, el proyecto de Pep Sala (Vic, 1960) que nació en el 2017 para conmemorar el 30 aniversario del grupo Sau, que compartió con Carles Sabater (1962-1999). Sau30, junto al cantante Jonathan Argüelles, presentará el álbum en directo el 20 de diciembre en el Casino la Alianza del Poblenou.
¿Cómo decidió dar continuidad al proyecto Sau30 con otro disco?
— Pep Sala: Febrero cumplió 25 años de la muerte de Carlos, y dijimos que hacer algo para homenajearle. Lo que sabemos hacer mejor es música, así que hicimos una canción, Nuevos poemas y viejas promesas, ya partir de ahí entramos, como dice Jonathan, en modo disco. En septiembre ya teníamos once canciones, y ahora haremos una gira hasta la primavera para presentarlas.
Todas las composiciones son posteriores a Nuevos poemas y viejas promesas?¿No ha sacado ninguna del cajón?
— PS: No me gusta demasiado recuperar canciones del cajón, porque creo que las canciones son un reflejo de un momento de la vida del grupo, del artista o del que las hace. Si tomara una canción de hace diez años, quizás yo mismo me sentiría poco identificado con ella. Esto también nos ocurre a los artistas cuando tocamos canciones viejas. A ver, cuando tocamos Fuego en el cuerpo está muy bien, porque es una canción que fue un éxito de su momento y la gente quiere escucharla, pero no es la canción que diría "si quieres saber cómo soy, escucha esta canción".
¿Y tú, Jonathan, cuando interpretas alguna canción de él, le pides explicaciones sobre la letra o tiras por el derecho?
— PS: Sí me lo pide.
— Jonathan Argüelles: Bien, como hace mucho tiempo que lo conozco, cuando hace una letra más o menos ya ves hacia dónde tira. Además, ya tiene mucho cogido mi tono de voz.
A mí no necesito ¿es una de esas canciones que has hecho pensando en la voz de Jonathan?
— PS: Sí, ésta es la que más. Sin embargo, excepto Nuevos poemas y viejas promesas, que consideramos que tenía que cantarlo yo, y A mí no necesito, que desde el principio tenía claro que era para Jonathan, al resto hemos querido jugar a combinar nuestras voces. Y estoy muy orgulloso, porque hace muchos años que quería hacerlo. Con Carlos lo habíamos intentado hacer a veces, pero nunca hasta ese nivel. Y a mí me gusta mucho. Soy mucho fan de Simon & Garfunkel, Everly Brothers y los Beatles, que esto lo hacían en cada canción. Y creo que es cojonudo.
Y del soul también eres fan, ¿verdad?
— PS: Sí, ¿y quién no? En mi generación hay un capítulo, la película de los Blues Brothers, que marcó un antes y un después. Debía de tener 18 o 19 años, y al día siguiente de verla fui a comprar discos de Aretha Franklin y James Brown. Lo que hay en esa película es oro puro.
En Nuevos poemas y viejas promesas dices "que la vida es de verdad".
— PS: Esta es la canción que hice con motivo de los 25 años de la muerte de Carlos, y tiene muchas guiños a los fans a partir de decir frases que están en otras canciones de Sau. Una de ellas es ésta, que es de la canción Porcentajes, que dice: "He leído en algún sitio / que la vida es de verdad". Y "en algún sitio" es el libro Las personas del verbo, de Jaime Gil de Biedma, cuyo poema se llama Pandémica y celeste, que dice esto, que la vida es en serio.
¿Y cuándo se dio cuenta de que la vida iba en serio?
— PS: Hombre, durante la época de Sau ya fuimos descubriendo que la vida iba en serio y, desgraciadamente, tomamos conciencia con la muerte de Carlos.
En De mí mismo hay otra frase: "Hay heridas que no se cierran". ¿Hay alguna herida que no se haya encerrado todavía en Sau?
— PS: Sí, seguramente sí. Muchas, muchas. Más que cerrar, cosas que no puedes olvidar. Por ejemplo: hicimos un concierto en la Monumental que logramos que participaran músicos como Robbie Robertson, de The Band, y Phil Manzanera. Fue un concierto cojonudo, y al día siguiente salió una crítica muy personal hacia Carlos a La Vanguardia [firmada por Karles Torra, decía: "Caso curioso, el de este chico, para quien cantar supone una misión imposible [...] A Sabater le habrían echado a hostias de cualquier escenario europeo"]. cosas que no olvides. Son cosas personales que nada tienen que ver con una crítica de música.
Justamente hablabas en el documental Carlos Sabater. No espere nada de mí.
— Nosotros triunfamos un poco sin el permiso de la prensa. Actuamos en Zeleste [la actual Razzmatazz]. ¡La prensa fue a ver qué hacían estos chicos, y se encontraron que quedaron 500 personas en la calle! Empezamos el concierto y cuando íbamos a hacer la canción Perestroika, marchó la luz del escenario y de los instrumentos. Y Carlos dice: "No podemos tocarla, hágala vosotros". Y la cantó el público. Entonces, alguien que no sabía nada de ese grupo debió pensar: "Todo el mundo sabe quiénes son esa gente, menos nosotros". Y eso nunca nos lo perdonaron.
¿Pasó especialmente con la crítica barcelonesa?
— PS: Con la prensa diaria. En cambio, con la gente de la revista Popular 1 teníamos una relación extraordinaria. No porque nos trataran bien; yo acepto que alguien me diga "En este disco quizás no has sido lo suficientemente acertado". Lo acepto bien. Lo que no entiendo son aquellas críticas a Carlos.
¿Qué le pareció documental sobre Carlos?
— PS: Lo encontré innecesario. No hacía falta Carlos siempre habíamos preservado nuestra intimidad. problemas, sus defectos. Un tío que lo importante que hizo no era drogarse. increíble, un actor brutal, un tío con una presencia y con una visión del espectáculo acojonante. Y pienso que es eso lo que tenemos que recordar. cosas.
Y tú, Jonathan, que no viviste ese momento de los años 90 con el grupo, ¿cómo viste el documental?
— YA: Me pareció asombroso. Para mí, el documental era como poner imágenes en el libro de Pep Blay [Corazón roto. Muerte y vida de Carlos Sabater(Navona, 2024)]. Por lo que cuenta gente que le conoció muy de cerca, parece que Carlos era una persona muy reservada con sus cosas, y que ahora salgan aquellas imágenes tan íntimas filmadas con su cámara en casa, en la cocina, en la habitación ... Nadie le ha podido preguntar a Carlos qué le parecía.
— PS: Habría que preguntarse qué pensaría él.
¿Cómo ve la música catalana actual?
— YA: Hay muchas cosas. Algunas son interesantes. Por ejemplo, me parece fantástico que un grupo como The Tyets esté funcionando superbien. Pero en torno al movimiento de la música urbana hay toda una serie de grupos y propuestas que no sé si todas son suficientemente válidas para darles el eco que se les está dando. Y lo que ocurre en Catalunya es que, como somos un país muy pequeño, no hemos sido capaces de entender que hay muchos estilos diferentes. Que está muy bien que haya ese movimiento, pero también está muy bien que haya bandas de folk o de rock o de tal. Y ahora señalo los medios: normalmente nos centramos mucho en las movidas que hay en un momento determinado, y como ahora es el momento de la música urbana, lo que esté fuera de esto a veces cuesta que pueda asomarse a que no se le da voz.
— PS: Yo lo veo distinto. Bien, tengo otro punto de vista: el mundo del rock está muerto. Se acabó. Adiós.
— YA: Se acabó, pero hay grupos que podrían hacer rock y podrían funcionar.
— PS: Pero como movimiento ha terminado. Es decir, el rock nació como una forma de protesta, de rebeldía. En el fondo, eran los antisistema de esa época. Actualmente, el rock lo realiza el sistema. Entonces, como concepto, se ha muerto. Hay un negocio que el sistema crea, desde Adele hasta Rosalía, que son artistas brutales, pero no es eso.
Eso que explicaba Jonathan, esa sensación de que hay cuatro o cinco grupos que son válidos y que funcionan y que alrededor hay mucho grupo que no es tan bueno pero que igualmente tiene mucho eco, ¿esto no pasaba también en los 90?
— PS: Sí, creo que esto ha pasado siempre.