"Estamos vivos de milagro": el Taller de Músics culmina el 45 aniversario

BarcelonaSolo ha faltado que alguien dijera: "Luís, te queremos, pero eres una gota malaya". Mañana de gala en el paraninfo de la Universitat de Barcelona (UB) para culminar el 45 aniversario del Taller de Músics. El hombre del día, este viernes, es Lluís Cabrera, fundador de un proyecto imprescindible para entender tantas cosas sobre la música catalana. Van desfilando los representantes institucionales. El vicerrector Agustí Alcoberro da la bienvenida a los presentes y aprovecha para recordar que el próximo año será el 575 aniversario de la UB. Pero no nos despistemos, parece que piensa, y enseguida pone el foco en el protagonista del día. Alcoberro es el primero que menciona la frase "estamos vivos de milagro", una cita de Enrique Morente que se ha convertido en una especie de lema de la celebración e incluso aparece estampada en las bolsas de tela que regalan a los asistentes. "Decía Lutero que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos, como el Taller de Músics", sentencia el vicerrector.

Cabrera (Arbuniel, Jaén, 1954) solo tenía dieciséis años cuando fundó la peña Enrique Morente en el barrio de Verdum, en Nou Barris. Así de afinada tenía el olfato, que de adolescente ya intuía que el genio de Granada protagonizaría la revolución permanente del flamenco. Con 25 años, Cabrera fundó el Taller de Músics, escuela y cantera de infinidad de artistas, y eje fundacional de una manera de hacer que se ha convertido en un rasgo esencial de la música catalana: la hibridación estilística que también han seguido otras escuelas como la Esmuc. Artistas como Sílvia Pérez Cruz y Rosalía no serían lo que son sin este contexto formativo creado en Barcelona y que hace que sea natural que colaboren con músicos como Joan Albert Amargós o Bernat Vivancos. Y músicos de fuera identifican como escuela catalana una música que reúne jazz, flamenco, canción de autor y canto coral. Esto también es mérito del Taller de Músics.

Tenaz por naturaleza, Cabrera se las ha visto con todo tipo de políticos y gestores culturales, y a ninguno ha dejado indiferente. El director del Institut d'Empresas Culturales (ICEC), Edgar Garcia, ha recordado precisamente "la tenacidad, la capacidad reivindicativa y el pensamiento crítico constante" de Cabrera. No lo quisiera al otro lado de la mesa en una negociación. Lo sabe Jordi Martí, hoy secretario de estado de Cultura en el ministerio de Ernest Urtasun, pero durante muchos años vinculado a la política municipal de Barcelona. Martí ha alabado a Cabrera con la misma sonrisa con la que ha recordado encontronazos bíblicos, como Xavier Marcé, el concejal de Cultura e Industrias Creativas, que con la misma sonrisa quizás estaba recordando algún maratón argumentativo lanzado por el fundador del Taller de Músics.

Después del parlamento del vicerrector Alcoberro, Lluís Cabrera se ha puesto tras el atril para agradecer el trabajo de las "236 personas que trabajan en el proyecto del Taller de Músics, del aula a los escenarios", y ha leído una especie de glosa que comienza con la frase "Estamos vivos de milagro". "Nos habla de la resiliencia ante la incertidumbre, del coraje necesario para soñar, incluso cuando el camino parecía desdibujarse. Es un eco de la vida artística que late en cada nota, un homenaje al espíritu creativo que Enrique Morente encarnaba y que nosotros hemos adoptado como divisa", ha dicho. Siempre con una réplica para mantener los pies en el suelo, Cabrera, que se formó en la pasión y el caos, aprendió a gestionar el orden porque sabe que las cosas no salgan adelante sin arremangarse. "A veces la disidencia es una inoperancia. A veces la irreverencia está en consonancia con la irrelevancia", ha soltado como aforismos seguramente dirigidos a alguien, quién sabe si al propio Lluís Cabrera.

Rosalía y Enrique Morente

El acto en la UB ha continuado con la conferencia Recordando a Morente y celebrando Rosalía, a cargo de Daniel Gómez Sánchez, doctor en musicología por la Universidad Complutense de Madrid y autor de la tesis doctoral Rosalía: intercambio cultural entre la cantante-compositora y su entorno formativo. La cantante Paula Domínguez y el guitarrista Marc López han acompañado a Gómez, que a lo largo de más de una hora ha sintetizado algunos de los aspectos más interesantes de la tesis. Por ejemplo, la importancia de "la centralidad de la voz" en la obra de Rosalía, "el dominio de las dinámicas", "el magnetismo escénico" y "la libertad y la búsqueda de la felicidad", tanto en el caso de Rosalía como en el de Enrique Morente, "dos artistas que decidieron ser libres y ser felices haciendo lo que quieren".

Gómez Sánchez también ha recordado la influencia que ha recibido Rosalía de maestros como Chiqui de la Línea, artistas como Sílvia Pérez Cruz y Estrella Morente y periodistas como Luis Troquel. De Chiqui de la Línea, "una enciclopedia del canto", le viene la formación y el conocimiento de los cantes antiguos, el rigor en la afinación y el compás. De Silvia Pérez Cruz, la técnica. "Me explicó Silvia que Rosalía le había dicho que había aprendido a cantar flojito imitándola —dice Gómez Sánchez—. De hecho, Silvia Pérez Cruz ha creado una escuela de técnica vocal de la que beben muchas artistas catalanas". De Estrella Morente, como de su padre, recoge la forma de hacer los melismas descendientes típica de Granada. De Luis Troquel, que ya fue fundamental para Silvia Pérez Cruz, Rosalía ha asimilado consejos de todo tipo...

La lección magistral también ha recordado que "Rosalía no tuvo que marcharse fuera a formarse, porque se ha podido formar en Barcelona, y muy bien, en el Taller de Músics y en la Esmuc". Y ha añadido un agradecimiento especial a Lluís Cabrera por "ser inspiración y crear un camino nuevo, una ruta inexplorada que permite que otras personas encuentren un camino". Pícaro por naturaleza, Cabrera no ha podido evitar llamar la atención a Gómez Sánchez para que no alargara la conferencia. Genio, figura y gota malaya. Con respeto y admiración.