Tres sopranos y tres tenores para 'Madama Butterfly' en el Liceu
La producción de la ópera de Puccini con dirección escénica de Moshe Leiser y Patrice Caurier vuelve por cuarta vez a Barcelona
BarcelonaEn el Liceu, Puccini hace Navidad, aunque la ópera Madama Butterfly sería más adecuado para jornadas de pasión y tragedia que por vísperas de bonhomía navideña. En cualquier caso, se trata de uno de los títulos primordiales de la obra del compositor italiano, exigente con las voces y lleno de momentos que han trascendido el ámbito lírico para insertarse en la cultura popular.
El montaje que llega a Barcelona es la coproducción del Liceu y la Royal Opera House, con dirección escénica de Moshe Leiser y Patrice Caurier, que se estrenó en Londres en el 2023 y que ya se ha representado en el teatro de la Rambla en las temporadas 2005-06, 2012-13 y 2018-19. Ahora se realizarán quince funciones del 8 al 28 de diciembre. "La ocupación media ya está en el 85%", dice el director artístico del Liceu, Víctor García de Gomar. Ninguna sorpresa: Madama Butterfly es un reclamo infalible, y más aún este año que se conmemora el centenario de la muerte de Puccini.
Uno de los atractivos de esta reposición, de la que se encarga Daisy Evans, es el despliegue de tres repartos en los papeles principales de esta tragedia ambientada en Japón de finales del siglo XIX en que una japonesa enamorada es humillada por un militar estadounidense, en Pinkerton. La dramática existencia de Cio-Cio-San, la Butterfly, la cantarán tres sopranos: la búlgara Sonya Yoncheva, que regresa al Liceu dos años después de hacer Norma; la madrileña Saioa Hernández, que nada estaba cantando La fuerza del destino en Barcelona, y la estadounidense Ailyn Pérez, que debuta en el Liceu. "Me siento una privilegiada para cantar en esta producción", dice Yoncheva, que en rueda de prensa dedica florecillas a los compañeros de reparto y al director chileno Paolo Bortolameolli.
"La pasión de los cantantes"
La soprano búlgara también elogia a Daisy Evans, porque le ha permitido trabajar "mucha entrega". Evans mantiene el esquematismo escénico de Leiser y Caurier que, de hecho, deja todo el desarrollo dramático a manos de los cantantes. "Para los directores de escena es una tentación cargar las producciones de Madama Butterfly, pero aquí sólo vemos la belleza de la historia ya la pasión de los cantantes", explica Evans.
El machismo, el racismo y en general el abuso de poder que ejerce el militar norteamericano Pinkerton le asumirán tres tenores: el estadounidense Matthew Polenzani, que no visitaba el Liceu desde que cantó en La Bohème en 2016; el italiano Fabio Sartori, que aquí ya participó en Simon Boccanegra en 2016 y en Un ballo in maschera en el 2017, y el canario Celso Albelo, que el pasado año fue Macduff en la ópera Macbeth de Verdi con puesta en escena de Jaume Plensa. "El problema de Cio-Cio-San es que es una geisha que se enamora del cliente. Este es el drama, porque para los hombres ella es solo una especie de fetiche", dice Yoncheva. "Tengo tres hijos y ya les he dicho que si se comportan como Pinkerton tendrán que pagar unas consecuencias muy graves, porque actuar de forma tan innoble sólo lleva a la tragedia", asegura Polenzani.
El reparto también es triple en el papel de las mezzosopranos que interpretan Suzuki, la criada de Cio-Cio-San: las italianas Annalisa Stroppa y Teresa Iervolino, y la gerundense Gemma Coma-Alabert.