El pasado desaparecido

Localizan la fuente del Ángel, construida en el siglo XIV para abastecer al barrio de la Ribera

La monumental obra gótica barcelonesa, de más de ocho metros, se cubrió en el siglo XVIII

Las excavaciones que han sacado a la luz la Font de l'Àngel, en la plaza de Correos
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BarcelonaA finales del siglo XIII, la parte de Barcelona junto al mar no tenía mucho que ver con la ciudad de hoy. La actual plaza frente al edificio de Correos era conocida como la plaza del Vi y era un espacio prácticamente vacío. En el siglo XIV, el Consell de Cent levantó la fuente del Ángel en la parte oeste de la plaza. Era bastante espectacular: medía ocho metros de diámetro y debía abastecer el barrio de la Ribera y algunos de los barcos que atracaban en el puerto. Esta fuente se desvaneció en algún momento del siglo XVIII, porque ya no aparece en la documentación de la época. Ahora sabemos que se tapó, pero no se destruyó, porque el Servicio de Arqueología de Barcelona le ha encontrado prácticamente intacta en las obras de reforma de la Via Laietana.

"Teníamos documentación que bajo la plaza de Correos podía haber un refugio antiaéreo y la fuente del Ángel", explica el director de la intervención arqueológica, Toni Fernández. El refugio no se ha encontrado, quizás porque a pesar de que fue planificado nunca se llegó a construir. En cambio, la fuente original sí ha podido desenterrarse con toda su monumentalidad. "Primero encontramos la base, después buscamos más para intentar acotarla y hemos encontrado los límites norte, sur y este y dos tuberías", detalla Fernández. Incluso se ha encontrado el banquillo de la fuente, que tenía la singularidad de que estaba construida y trabajada para ser vista, cuando normalmente era una estructura enterrada. "No sabemos por qué se tapó, pero podría ser porque ocupaba demasiado espacio y allí se hicieron los Encants hasta el siglo XX. Es tan solo una hipótesis", afirma Fernández.

De Collserola en el interior de las murallas

Cuando se construyó la fuente gótica, Barcelona vivía una época de esplendor. La ciudad era un centro mercantil y financiero mediterráneo, junto con Venecia y Génova, con instituciones como el Consolat de Mar y la Mesa de Cambio. Entraba bastante dinero y se construyeron grandes edificios góticos. La ola de prosperidad se prolongó, a pesar de las crisis y las epidemias, hasta bien entrado el siglo XV. El Consell de Cent había intentado ir a buscar el agua a Montjuïc, pero finalmente consideró que era más efectivo llevarla de la sierra de Collserola y de la colina de la Rovira. Construidas las minas de captación, el gobierno de la ciudad condujo el agua hasta las fuentes públicas ubicadas en el interior de las murallas.

La fuente tenía por vecina, en la parte este de la plaza, la iglesia de San Sebastián, que se construyó en 1507 en agradecimiento por todo lo que se hizo durante la epidemia de peste de 1506. Después de la Guerra de Sucesión, el derribo de una parte del barrio de la Ribera para construir la Ciutadella (1715-1719) comportó la demolición de la iglesia de los Clérigos Regulares Menores, construida en el año 1685. Debido a que los monjes se habían quedado sin iglesia, en junio de 1715 Felipe V les indemnizó cediéndoles la capilla de San Sebastián y los terrenos cercanos. En 1719 se construyó el convento de San Sebastián, cuya fachada daba a la plaza, pero no tuvo una vida demasiado larga. Durante las bullangues de 1835 lo incendiaron dos veces y en 1836 pasó a manos privadas. En 1851 acogió la primera Escuela Industrial de Barcelona y, finalmente, en 1926 fue derribado.

La plaza ha tenido múltiples nombres y vidas: plaza del Vino, plaza de los Encants, plaza de San Sebastián, plaza de Antonio López y, en un nuevo capítulo que empezó hace dos años, plaza de Idrissa Diallo/plaza de Correos. Todo lo encontrado, una vez documentado, volverá a ser tapado.

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