La Roma de esclavas, legionarios y gladiadores toma la palabra
El Museo Arqueológico explica qué significa ser romano con más de 200 piezas y numerosos recursos audiovisuales
Barcelona"Si tuviera que volver a nacer, quisiera volver a ser romano", explica el ciudadano Titus Valerius Paternus. Su mujer, Cornelia Paulina, más cínica y más crítica, le mira escéptica y le responde: "Votas quienes te dicen que tienes que votar y estás orgulloso. En esta ciudad hay ratas, enfermedades y miserias. Y tú, si alguna vez lucharas, lucharías para que nada cambie". Este matrimonio de clase media es uno de los once personajes que explican cómo era la vida en la Antigua Roma en Imperium. Historias romanas, la exposición permanente que se podrá ver en el Museu Arqueològic de Catalunya (MAC) a partir de este jueves.
Roma sigue fascinando por su expansión política y territorial y por cómo impuso su cultura ante aquellas otras que anexionaba. Sin embargo, el MAC se aleja bastante de la visión de una ciudad de mármol, destinada a ser la sede de desfiles de ejércitos triunfadores y con interminables banquetes aderezados con bailarinas exóticas. Hay, por ejemplo, un legionario que teme la guerra y la muerte y añora a la madre que está en las antípodas de los musculosos y aguerridos soldados romanos de Hollywood. Hay niños que debaten, una esclava griega erudita que debe dedicarse a tejer y que lamenta que sólo podrá ser libre cuando encuentre la muerte, un senador, una sacerdotisa... "A veces nos ha llegado el relato de una sociedad homogénea, y en la Antigua Roma había mucha más diversidad de lo que pensamos. Había muchos pueblos y muchas maneras de pensar, y depende de las etapas varían mucho los puntos de vista", asegura Mario Cervera, exposición con Arturo de la Oliva. Qué quería decir vivir en el Imperio Romano, pues, puede tener muchas lecturas que el museo intenta debatir.
Las piedras también hablan
En el primer piso del MAC se exponen más de doscientos objetos de época romana y tardoantigua de la colección del museo, la mayoría provenientes de Barcino (Barcelona), Emporiae (Empúries) y Baetulo (Badalona), pero que nadie espere una exposición convencional. Las piedras, herencia de ese imperio, también toman la palabra. No es fácil, por no decir imposible para alguien que no haya estudiado latín, interpretar las inscripciones romanas. A través de técnicas del videomapaje, se revela el contenido completo de las inscripciones, su traducción y las historias que esconden. Así, podemos leer qué pone en el pedestal de Luci Emili Patern y saber que combatió en Dacia y Partia bajo las órdenes del emperador Trajano, o averiguar quién era Favia Paulina, a quien dedicaron un pedestal a Alcudia (Mallorca). No es lo mismo admirar el sarcófago desnudo que representa el rapto de Proserpina, que verlo con los colores que debió tener originalmente y descubrir qué le sucedió a la hija de la diosa Ceres. El sarcófago, que se descubrió a finales del siglo XVIII y posiblemente provenía del yacimiento de Santa Pola (Baix Vinalopó), tiene una gran historia detrás. "Explicamos las tres escenas del rapto que se representan en el sarcófago, pero también el fin de la historia y qué representa el mito", asegura Arturo de la Oliva. Algunas de las piezas han sido restauradas y se muestran con un nuevo rostro con motivo de la exposición.
Una de las piezas más imponentes, por sus dimensiones y por todo lo que explica, es el mosaico que representa una carrera de cuadrigas en el circo que se encontró en el Palau Reial Menor de Barcelona a finales del siglo XIX. "Estamos bastante convencidos de que relata una carrera real porque aparecen los nombres de los caballos y los de sus propietarios", detalla Cervera. Extrañamente, no se menciona en ninguna parte quiénes eran los aurigas, los hombres que conducían las cuadrigas y que acostumbraban a ser muy jóvenes. En la escena se pueden distinguir las cuatro cuadrigas de los equipos tradicionales, el blanco, el azul (que sufre un accidente), el rojo y el verde, que es quien se proclama vencedor. Cervera muestra con orgullo una pieza especial: una catapulta romana desde la que se disparaban flechas cuando Empúries era sitiada y que se ha restaurado en el Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña.
Librarse de la tutela masculina
Las mujeres permanecían bajo la autoridad del padre o del marido, si bien conseguían librarse de la tutela masculina después de haber tenido tres hijos. Era un tópico que la ocupación femenina consistía en hilar la lana. Había diferencias según las clases, pero podían tener una vida profesional como peluqueras, comadronas o dependientas. "No hay muchas referencias a las mujeres a los escritos de los autores clásicos, pero a través de las inscripciones funerarias, que explican a qué se dedicaron, hemos podido comprobar que también las hubo que fueron propietarias de barcos o gestionaron talleres", destaca Oliva.
"Esta es la primera parada de un sueño", asegura Jusép Boya, director del MAC. Con esta exposición, el museo quiere empezar un proceso de renovación de la oferta expositiva estable que continuará en los próximos tres años. "Con Imperivm y las dos exposiciones que la seguirán queremos renovar de forma integral la oferta expositiva", explica. Una renovación que también quiere abarcar el resto de sedes del MAC: Empúries, Girona, Olèrdola y Ullastret. "Queremos ser un museo de referencia nacional y internacional, un museo que enseñe, cuestione, sorprenda y emocione", asegura Boya, que aspira a hacer realidad el proyecto antes del 2032, cuando el MAC cumplirá cien años de una vida que empezó en el yacimiento de Empúries. El director del MAC quiere conectar con las sensibilidades y preocupaciones contemporáneas. Por eso, explica, existe un ámbito importante de la exposición dedicado a la mujer: "Queremos corregir un olvido museográfico de hace muchos años. Es un olvido histórico que actualmente es del todo injustificable", afirma.