Año Català-Roca

Pionero de la modernidad, maestro de un oficio

Sorprende encontrar a tanta gente joven que no sabe quién es Francesc Català-Roca. Demuestra que algo se ha hecho mal en la divulgación de nuestro patrimonio, porque su influencia en la historia del documentalismo gráfico es de tal magnitud que el fotoperiodismo catalán, tal como lo conocemos hoy en día, sería impensable sin su aportación. Es él quien marca los fundamentos sobre los que fotografiamos nuestra historia todos los que hemos venido después. Por eso tiene tanta relevancia la celebración de su centenario con un Año Català-Roca al que nos sumamos desde el ARA dedicándole todo el suplemento del Domingo.

Es cierto, no fue el único. Otros nombres ilustres, como Leopoldo Pomés y Xavier Miserachs, de alguna manera siempre acompañan el de Francesc Català- Roca. Su legado es el excelente retrato de una sociedad, especialmente la de los años 50 y 60, en un formato que ahora conocemos como reporterismo y que en aquella época no era común. Todo el trabajo que ahora los profesionales hacemos en los diarios -los reportajes, los retratos, el documentalismo…-, todo lo hacemos como aquella gente nos mostró. Nos enseñaron un oficio.

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Y Català-Roca es el pionero. Aporta una manera propia de vivir la calle, de retratar la contemporaneidad. Con él llega la modernidad. Suya es la voluntad de entrar en contacto con los protagonistas de las historias, de querer mostrar la realidad sin interrumpir el pulso de la acción.

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Los inicios de lo que ahora denominamos fotodocumentalismo y streetphoto, unidos a una técnica exquisita -solo hay que mirar sus contactos, donde todas las fotos son buenas-, los introdujo este hombre, maestro de maestros, cosmopolita, empático, viajero y profesional. Su legado es, en una producción fotográfica prolífica, un retrato exhaustivo de su tiempo, desde los años treinta hasta entrados los noventa.

Sobre esta sólida base técnica y estética crecemos ahora las fotógrafas y fotógrafos en Catalunya. Sobre este maravilloso legado, más de una vez al hacer una foto he soñado que podría firmarla Català-Roca. Con estos sueños nos hemos hecho mayores.