Arte

Prisión por hacer grafitis en una obra de arte

El Supremo condena a cinco meses de prisión y a pagar los daños al autor de la pintada en una escultura de Chillida

BarcelonaLa escultura La ola de Jorge Oteiza, uno de los símbolos del Macba, es grafiteada semana tras semana. El museo destina una brigada de limpieza y un equipo de restauradores a mantener dignamente una escultura urbana que recibe ataques continuados. Pero ha llegado un punto en el que la pintura antigrafitis que recubre la pieza se deshace con tantos disolventes, y cada dos años la obra tiene que ser restaurada en un taller externo, con un coste extra de 21.900 euros. Esta operación ya se hizo en 2019-2020. Unos metros más allá, entre la Plaça dels Àngels y la Plaça Joan Coromines, el mural del sida de Keith Haring, recuperado en 2014, está intacto. Si bien es cierto que hay una valla por las noches, también lo es que los laterales están llenos de grafitis. Los vigilantes y restauradores del Macba están atentos para que no se abre la veda. La última sentencia del Supremo puede servir de aviso a los grafiteros y de ayuda a los restauradores.

Si bien estaba claro que los grafitis en obras patrimoniales eran punible, como las pintadas en el Pont del Diable, por las cuales la Fiscalía pedía hasta 22 meses de prisión por un delito al patrimonio histórico, a efectos prácticos no estaba tan claro que lo fuera grafitear el arte contemporáneo. El Tribunal Supremo ha creado precedentes con la sentencia que hoy impone cinco meses y la reparación de los daños al autor de las pintadas en una obra de Eduardo Chillida situada en una plaza de Madrid. El Supremo establece que hacer grafitis en el patrimonio histórico-artístico es delito según el artículo 323 del Código Penal si los daños son de entidad y no son tan fáciles de reparar.

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La escultura de Chillida Lugar de encuentros II es propiedad del Estado y está expuesta en la plaza del Rey de Madrid. El acusado la pintó el 31 de marzo del 2017 más tarde de la 1 de la noche con rotuladores de color blanco. Arreglarla costará 1.376 euros. El camino hasta la sentencia del Supremo ha sido larga. El juzgado penal condenó al acusado por un delito de daños al patrimonio, la Audiencia Provincial lo absolvió porque consideraba que no estaba acreditado el deterioro de la escultura más allá de la pintada. La Fiscalía elevó un recurso al Supremo, que ahora confirma la sentencia de prisión y multa que dictaminó el juzgado penal porque la reparación no solo precisó de limpieza sino que requirió un equipo de restauración especializado y el uso de maquinaria específica, como pasa en el caso del Macba, que implica incluso el traslado de la obra.

Si bien la ley protege los bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural, monumental y los yacimientos, no hay tantos precedentes judiciales en el caso de las obras de arte. Asimismo, el Supremo ha aprovechado para recordar que se puede imponer penas de prisión o multas de 12 a 24 meses, en función de la gravedad de los daños y el valor histórico. El Ayuntamiento de Barcelona destina unos 4,5 millones al año a limpiar pintadas y carteles por toda la ciudad.