La revolución que sobrevivió a la Comuna de París
Se cumplen 150 años de una revuelta que duró tan solo 72 días pero que cambió la historia
BarcelonaEl 18 de marzo de 1871, hace 150 años, las mujeres fueron las primeras en salir a la calle para apoderarse de los cañones de Montmartre, en París, después de que las tropas francesas se rindieran ante Prusia. Durante las horas siguientes, una masa anónima llegó al poder y, durante 72 días, se estableció la igualdad de sueldos entre hombres y mujeres, se hicieron guarderías públicas, gratuitas y laicas en todos los barrios y cerca de las fábricas, se aprobaron pensiones para las viudas (independientemente de si se habían casado o no), se anularon las deudas de alquiler, se confiscaron los bienes de la Iglesia, se abolió el ejército, se intentó instaurar la democracia directa y la bandera roja ondeó sobre el Hôtel de Ville (el actual Ayuntamiento de París). Sin embargo, aquella experiencia revolucionaria tuvo una vida breve. El 28 de mayo de 1871 el gobierno de Versalles aniquiló los últimos focos de resistencia de los communards y puso fin a la Comuna de París con una represión salvaje contra 70.000 personas. Han pasado 150 años, pero los communards han persistido en la memoria y están presentes en muchos debates actuales. Dos libros recuerdan como fueron aquellos días y reivindican su ejemplo: La historia de la Comuna de París de 1871 de Prosper-Olivier Lissagaray (Capitan Swing), que ya se puede encontrar en las librerías, y ¡Viva la Comuna! Los 72 días que conmocionaron Europa (Bellaterra Ediciones), coordinado por Miguel Urbán y Jaime Pastor, que se publicará al principio del mes de abril.
La requisa de los pisos vacíos
La Comuna se proclamó oficialmente el 26 de marzo y el primer decreto que aprobó fue eliminar las deudas de alquiler. Poco antes, el 13 de marzo, el gobierno de Versalles había hecho lo contrario y había legislado a favor de los propietarios: "Se requisaron todas las viviendas vacías de París, una medida que suena bastante actual y que está muy presente en muchos debates", destaca Urbán. La Comuna también significó un antes y un después en el movimiento feminista: "Hasta entonces se había centrado mucho en el derecho de voto de las mujeres y las comuneras pusieron el énfasis en la reorganización completa del trabajo y en la igualdad económica", destaca Urbán. Las mujeres pudieron recibir una pensión en caso de separación y la reivindicación tan actual de mismo trabajo, mismo salario, se hizo efectiva.
El periodista Prosper-Olivier Lissagaray (1838-1901) participó en las barricadas mientras continuaba escribiendo en el diario Le Tribun du Peuple. Sobrevivió a la masacre, pero se tuvo que exiliar y reescribió muchas veces su relato sobre los hechos. "Hizo un esfuerzo inmenso para escribir un relato riguroso y con muchas voces, basado en testigos, cartas y documentos oficiales, para desmontar las falsedades del relato de los vencedores", afirma Blanca Gago Domínguez, la traductora de La historia de la Comuna de París de 1871. La obra se prohibió en Francia, pero Lissagaray la pudo publicar en Bruselas. "La traducción inglesa de Eleanor Marx [la hija de Karl Marx] contribuyó a su difusión y prestigio", dice Gago, que defiende que la obra está plenamente vigente. "Creo que actualmente esta época, en general, se conoce poco. Porque la historia francesa y la europea han reproducido, en general, el relato de los vencedores, a pesar de la esperanza que muestra Lissagaray en el epílogo de la obra, escrito en 1896, en que afirma que el pueblo francés está preparado para tomar el poder y atravesar, victorioso, los horizontes rojos que se extienden ante todos nosotros", afirma la traductora.
Para Gago, muchas de las reivindicaciones de aquella primavera de 1871 son actuales: "En muchas sociedades las desigualdades sociales, la corrupción política y la no separación de los poderes son cada vez más evidentes –dice Gago–. Hemos visto grandes retrocesos en el siglo XXI que hacen que este espíritu revolucionario esté todavía muy presente".
El error de no ocupar el Banco de Francia
Aquella primavera de 1871, muchos hombres y mujeres resistieron mientras eran masacrados. "Se calcula que uno de cada diez parisienses, o fueron asesinados o deportados o detenidos", dice Urbán. "La resistencia de los hombres y las mujeres ante la masacre sirvió de ejemplo e inspiración para otras reivindicaciones y luchas posteriores", señala Gago. Algunas ideas han restado y aquella lucha ha inspirado otras revoluciones posteriores, pero son muchos los historiadores que también han analizado los errores que condujeron al fracaso de la Comuna . "Hay quien defiende que uno de los errores fue priorizar la democracia sobre la estrategia militar, y no pusieron fin de una vez por todas al gobierno de Versalles", dice Urbán. Además, aquella experiencia revolucionaria no hacía ninguna gracia a los gobiernos otros países. "Todo el mundo se conjuró contra la Comuna de París, incluso los prusianos, porque temían más los comuneros que a Francia, pero creo que el error más grande fue no asaltar el Banco de Francia", opina Urbán. Se quedaron a las puertas de la entidad, y esta acabó financiando el ejército que aplastó a la Comuna.
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