La Sala Upload y las cooperativas Quesoni y L'Afluent gestionarán la Sala Barts
Han presentado el proyecto mejor valorado en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Barcelona
BarcelonaEl concurso para dirigir Sala Barts de Barcelona a partir del 1 de mayo ya tiene ganador: el proyecto Músiques en Paral·lel, presentado de manera conjunta por Sala Upload y las cooperativas Quesoni y L'Afluent, bajo la coordinación de la gestora cultural Anna Cerdà i Callís. Músiques en Paral·lel ha obtenido la puntuación máxima en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Barcelona para la gestión de la nueva etapa de la Sala Barts, y ha hecho la mejor oferta económica. Según el Ayuntamiento, que es el propietario de la sala, el proyecto ganador también es el que "mejor conviene al nuevo programa de las casas de cultura presentado por la segunda medida del Plan de Derechos Culturales". En el concurso también se había presentado Barcelona Events Musicals, la empresa que organiza el festival Cruïlla. En cambio, no se había presentado The Project, la promotora que ha gestionado la sala desde 2012. La adjudicación definitiva de la nueva concesionaria está pendiente de su aprobación en comisión de gobierno, un trámite previsto para el 31 de marzo.
La unión temporal de empresas (UTE) que gestionará la nueva etapa de la sala del Paral·lel durante cuatro años (prorrogables) reúne L'Afluent, que actualmente gestiona la sala Vol, en el Poblenou, y que desde 2021 lleva la dirección artística del festival BAM; la cooperativa Quesoni, creada en 2016, que combina los servicios técnicos con la organización de festivales como el Say It Loud, que hasta ahora se había celebrado en espacios como el Ateneu de 9 Barris y la Farinera del Clot, y Sala Upload, en el Poble Espanyol, que funciona como espacio de conciertos y discoteca y que promueve festivales como Barcelona Psych Fest y el ciclo de conciertos Picnic Beat. Anna Cerdà fue la codirectora del Festival PopArb y actualmente trabaja en el departamento de exposiciones del Macba, además de formar parte de La Murga, la cooperativa surgida alrededor del proyecto Indigestió.
El propósito del Ayuntamiento es que en esta nueva etapa la sala se convierta en "un centro de programación, producción artística y cultural, apoyo al tejido musical, al entorno de la música, las artes escénicas y la creación de la ciudad", según consta en las bases del concurso. Sin renunciar a ser "una sala donde se programen conciertos y actuaciones del mismo nivel que el resto de salas similares de la ciudad", tiene que ser "un espacio dedicado al tejido local, pero con una vocación nacional e internacional", tiene que incidir "especialmente en los nuevos formatos, los colectivos más emergentes, la innovación y la transculturalidad", "dialogar con el resto de artes escénicas, el audiovisual y las nuevas tecnologías", "trabajar en estrecha coordinación con la Red de Fábricas de Creación de la ciudad de Barcelona y más concretamente con la Fabra i Coats, así como con el tejido de Centros Cívicos y otros espacios de música de titularidad pública como L'Auditori".
Las bases del concurso también especifican que los gestores tendrán que pagar un canon fijo anual de un mínimo de 30.000 euros y otro de variable con porcentajes que escalan en función de los beneficios y que hace falta reinvertir en la equipación. También se prevé la gratuidad de las salas o su alquiler a precios reducidos a grupos de barrios cercanos y determinados festivales. Además, tendrá que destinar 20.000 euros a proyectos vinculados con la enseñanza y 20.000 a proyectos de producción.