"Los actores que tenemos discapacidad también somos profesionales"
El TNC celebra la diversidad funcional con 'Acampada', un espectáculo de la compañía valenciana Pont Flotant
Barcelona“¿Hay algún ciego en la sala? ¿Alguien con miedo escénico? ¿Asmático? ¿Hiperexigente? ¿Y con poca paciencia? ¿Alguien que se duerma en el teatro? ¿Y que se enfade fácilmente?” A medida que avanza la retahíla de preguntas, la platea de la Sala Talleres del Teatro Nacional de Cataluña (TNC) se enriquece cada vez más. “¿Hay alguien que no entienda al euskera?”, pregunta finalmente el actor Jesús Muñoz. Todo el mundo levanta la mano. Unos ochenta adolescentes de entre tercero de ESO y segundo de bachillerato del IES Ridaura de Playa de Aro y el IES Virgen de la Merced de Barcelona están a punto de asistir a la primera función matinal de 'Acampada, el espectáculo de la compañía valenciana Pont Flotante que en 2020 ganó el Premio de las Artes Escénicas Valencianas al Mejor espectáculo de teatro y que ahora, hasta el 25 de febrero, aterriza por primera vez en el TNC.
Con un elenco de ocho intérpretes profesionales, la mitad con diversidad funcional, Acampada cuenta la historia de un grupo de amigos que pasan un fin de semana en la Sierra de Aitana. Álex Cantó, Mónica Lamberti, Itziar Manero, Isabel Gómez, Alberto Romera, Benito Valverde y Jesús Muñoz encarnan a personajes con incapacidades diversas, que deben superar pequeños accidentes en medio de la naturaleza y aprender a encontrar consensos. “Es una metáfora de la organización social. Cuando convivimos, necesitamos ponernos de acuerdo para que todo el mundo se sienta a gusto”, dice Muñoz. Para ejemplificar la situación de las personas con discapacidad, los actores juegan con ciertos recursos escénicos que condicionan la comprensión de la obra, como dejar el telón bajado o combinar el catalán, el castellano y el euskera independientemente del lugar donde actúen. Además, la intérprete de lengua de signos Carmen Golfe se integra en el espectáculo para hacerlo accesible a las personas con discapacidad auditiva.
"Nos hemos encontrado medio Teatro Nacional llorando"
Tras el espectáculo, un chico que se sienta en primera fila se apresura a pedir el turno de palabra: “Me he sentido muy identificado, les doy las gracias por hacer esta obra tan bonita”, dice entre lágrimas. "Cuando tengo un día malo, yo también tengo incapacidades emocionales", añade una compañera del mismo instituto. Poco a poco, los jóvenes espectadores se animan a compartir impresiones: "Soy autista... Hace unos años, era muy introvertido, como algunos personajes de la obra, pero gracias a unos campamentos he logrado abrirme". "El personaje de Mónica me ha recordado a mi abuela, y eso me ha hecho venir ternura". "Me ha gustado que se hablen tres lenguas distintas sin subtitular nada".
"Los actores que tenemos discapacidad también somos profesionales, nos dedicamos al teatro", remarca Mónica Lamberti después de la función. Y añade: "No creo en la inclusión; si debes incluirme, quiere decir que previamente me habías excluido". Itziar Manero, que el año pasado debutó en el cine con Las chicas están bien, critica que las personas con diversidad funcional, "como también las personas racializadas y del colectivo LGTBIQ+", sólo aparezcan en espectáculos que "traten de ese tema".
Según la directora artística del TNC, Carme Portaceli, espectáculos como Acampada sirven para "normalizar lo normal" y "retirar el ego que nos hace pensar que el mundo es de una sola manera". "Lo mismo ocurría con las mujeres; nos parecía extraño ver señoras ocupando espacios y nos hemos acabado acostumbrando", argumenta Portaceli, que se ha mostrado satisfecha con el estreno deAcampada. "Nos hemos encontrado medio Teatro Nacional llorando, y éste es uno de los grandes tesoros de nuestra profesión".