"Hace mucho 'cringe' cuando los 'boomers' intentan atraer a la gente joven al teatro a la desesperada"
Lua Amat protagoniza una versión de Jordi Oriol de 'El rey Lear' para adolescentes, 'Reiterat rei tarat'
BarcelonaNo existe en el teatro catalán un ejercicio de reescritura de los clásicos con más ingenio lingüístico y escénico que las filigranas que ha hecho Jordi Oriol con Hamlet, La tormenta y Macbeth de Shakespeare, reconvertidas en La caída de Amlet, El apestado y La mala dicción. Por eso el Teatre Lliure le encargó, durante la pandemia, que versionara El rey Lear pero para niños. Lo que se estrena ahora en el Espai Lliure —desde este sábado y hasta el 4 de enero— es la evolución de aquella pieza, un espectáculo en verso titulado Reiterado rey tarado, que está pensado para público adolescente para arriba.
La protagonista de la obra es Cordelia, la hija repudiada por el padre, interpretada por Lua Amat. El propio Jordi Oriol se queda Lear, el rey que no sabe qué es realidad y qué es mentira, al igual que ocurre en el teatro. "Es más fácil asumir cumplidos fingidos que nos halagan que aceptar verdades incómodas que nos duelen", dice Oriol. La obra despliega algunos de los temas del clásico, como el autoengaño y la verdad, además de la traición y la venganza. "Es una tragedia devastadora —dice—. El amor paternofilial es el más fuerte, porque es incondicional, pero por serlo a veces es aún más devastador".
El espectáculo traza "un paralelismo entre la locura que vivimos todos en la adolescencia, cuando todo el mundo nos ve como extraños y nosotros vemos el mundo diferente, con la locura que vive Lear cuando se da cuenta de que también había vivido un engaño con su hija". El título de Reiterado rey tarado viene porque hay dos tramas similares en paralelo, la de Lear y la de Gloucester. Oriol utiliza las palabras de Shakespeare, ese "nada, nada" que Cordelia le dice al padre cuando le pregunta qué puede decir para adularlo, para plantear incluso qué sentido tiene vivir y morir, y si hay algo más allá . Y todo ello en un escenario vacío donde no hay "nada, nada" más que la traza de Shakespeare, la palabra de Oriol y el espacio escénico de Silvia Delagneau.
Nao Albet, que estrenó en el Lliure cuando era menor de edad un rasgado Straighten con Freithen (2007), es el director de este espectáculo que goza con la lengua y con el clásico. Cree que los jóvenes "empatizarán porque tienen a otro adolescente por delante, lo verán como un espejo". Amat, que tiene 20 años, celebra el nivel de la apuesta creativa del Lliure: "Hace mucho cringe cuando los boomeros intentan atraer a la gente joven al teatro a la desesperada, intentando bromear.