Emma Suárez entra en la mente de Carmen Martín Gaite
La actriz protagoniza en el Teatro Goya 'El cuarto de atrás', la adaptación escénica de la novela de la escritora
BarcelonaHacía muchos años que la actriz Emma Suárez no tenía un proyecto teatral entre manos, y más que no pisaba el Teatro Goya. "La última vez fue con Bajarse en el moro, en los años 80. Era una adolescente, ahora soy una señora", recuerda la intérprete. Pese a que en su carrera profesional el cine tiene un peso importante con películas como El esquirol rojo (1993), El gos del hortelano(1996), La próxima piel (2016) yJulieta(2016), Suárez tenía ganas de volver al teatro. Ahora lo hace con la adaptación escénica deEl cuarto de atrás, la novela de Carmen Martín Gaite (1925-2000), coincidiendo con el centenario del nacimiento de la escritora española. "El texto me puso la piel de gallina, me conmovió, me provocó, sentí algo muy poderoso, miedo y vértigo a la vez", explica Suárez. El espectáculo se estrenó en febrero en el Teatro de La Abadía de Madrid y estará en el Teatro Goya hasta el 27 de julio, dentro del Festival Grec.
Adaptado por María Folguera y dirigido por Rakel Camacho, El cuarto de atrás es un viaje al mundo onírico de la escritora deEntre visillos (1957) y La Reina de las Nieves (1994). La protagonista, C. (Emma Suárez), busca la inspiración una noche de víspera. Con la visita de un hombre de negro (Alberto Iglesias), se adentra en una aventura por sus recuerdos de infancia, haciendo emerger a personas y paisajes que había enterrado dentro de la mente. "Carmen Martín Gaite habla de la literatura como refugio y de la importancia de recuperar la memoria. Nos transporta hasta el lugar donde ella se refugiaba recortando mariquitas durante la guerra, recuerda a los helados de limón de cuando era pequeña y conduce hacia la posibilidad de reinventar la memoria como un sueño", resume la actriz.
Para el público catalán, Iglesias lanza un consejo: "Por favor, ven al teatro dejando la parte lógica y analítica en casa. Venid a vivir la experiencia con la valentía de introduciros en los sueños de Carmen Martín Gaite". Su personaje, el hombre de negro, sirve a la escritora de puerta de entrada al mundo más fantasioso y caótico. "Es un personaje que ella inventa pero que se le escapa de las manos. Se convierte en el responsable de este viaje de la protagonista hacia la luz; él enciende la chispa", dice Iglesias. "Él le hace las preguntas adecuadas, la conduce por la propia memoria, le permite adoptar valor, la confronta con sus miedos y le dice que se atreva a perderse por el laberinto. De ahí saldrá una nueva escritora", añade Folguera.
La criba de la ficción
La puesta en escena de una novela tan abstracta e imaginativa ha sido un reto para el equipo. "Hemos hecho un extenso proceso de adaptación para podar el texto y quedarnos con la esencia sin perder las grandes frases del libro", dice Folguera, quien define a Martín Gaite como "una pionera en la autoficción". La escritora, de hecho, decía que "los secretos no se dicen, se relatan" y, aunque buena parte de sus creaciones beben de sus vivencias, siempre las pasaba por la criba de la ficción. Por eso la aproximación que hace Suárez parte de la creación de un personaje nuevo, en vez de intentar encarnar a la autora. "No es una autobiografía y yo no represento a Carmen Martín Gaite, porque eso no era lo que teníamos que hacer", subraya la actriz.
Según Camacho, el espectador saldrá del teatro con "la necesidad imperante de tener un espacio propio para la imaginación". La directora recuerda que, a la escritora, la Guerra Civil le tomó "la infancia y el lugar donde ella daba voladizo a la fantasía", y destaca que, con su literatura, logró transmitir el mensaje de que "es importante no dejarnos tomar este espacio, porque es lo que nos define".