Fantástica dirección de Declan Donnellan
Una adaptación muy ágil de 'Los dos hidalgos de Verona' de Shakespeare en el Teatre Grec
'Los dos hidalgos de Verona'
- Autor: William Shakespeare
- Adaptación: Declan Donnellan y Nick Ormerod
- Traducción al español de Josete Corral
- Dirección: Declan Donnellan
- Intérpretes: Jorge Basant, Alberto Gómez, Rebeca Matellán, Prince Ezeanyim, Manuel Moya, Alfredo Noval, Goizalde Núñez, Antonio Prieto e Irene Serrano
- Espectáculo en castellano
Los dos hidalgos de Verona pasa por ser una comedia de juventud de Shakespeare y, como es habitual, no se sabe exactamente cuándo se estrenó. Lo que queda claro para biógrafos como Peter Ackroyd es que se trata de una obra escrita a toda velocidad con las consiguientes incoherencias, inspirada, como viene siendo habitual en Shakespeare, en otros escritos precedentes y al final con el aire satírico del drama romántico de los años ochenta del siglo XVI. Y de ahí el inesperado final que parece burlarse de esas obras, pues a la hora de elegir entre el amor y la amistad Shakespeare se queda con la relación amistosa de Proteus y Valentine dejando con un palmo de nariz a Julia y Silvia, las dos jóvenes en edad de merecer que en la magnífica propuesta de Decla. Es decir, que una amistad forjada con años de aventuras y confidencias no se puede asimilar a un enamoramiento por hermosa que sea la chica.
La propuesta de Donnellan pasa por una adaptación muy ágil (con traducción al castellano de Josete Corral) y una dirección que acelera el ritmo evitando cualquier momento muerto. No tanto en la forma de decir, que fue francamente buena pese a la intromisión sonora de las canciones y la pirotecnia de Aitana (que actuaba en el Estadio Olímpico a la misma hora) —cosas del directo al aire libre como bien saben los de Parking Shakespeare—, como en el movimiento. Proteus hace gimnasia mientras Valentino se despide y el duque de Milán, con chándal rosa, esprinta por las cuatro esquinas del austero y tremendamente funcional espacio escénico de Nick Ormerod. Basta con añadir el humor. Un humor que Donnellan potencia en la conocida escena, que los expertos pretenden añadida a toda prisa pero que es un hallazgo tanto para el intérprete como para la satisfacción del público. Nos referimos a la escena del criado Launce con su perro que Goizalde Núñez no desperdicia erigiéndose en reclamo de la función. Menos extrovertido es el segundo papel cómico, el criado Panthino (Prince Ezeanyim) y muy directos y convincentes los protagonistas Proteus (Alfredo Noval) y Valentine (Manuel Moya). Comedia para reír y entretener muy bien hecha que satisfizo a los espectadores,