Crítica de teatro

Un gran equipo de intérpretes para 'El día de la marmota'

Roc Bernadí y Diana Roig sobresalen tanto en la modulación y el fraseo de los temas amorosos como en la actitud de los personajes

Una escena de 'El día de la marmota'.
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'El día de la marmota'

  • Autoría: Danny Rubin (guión) y Tim Minchin (música y letras)
  • Traducción: David Pintó
  • Dirección: Enric Cambray. Dirección musical: Manu Guix.
  • Intérpretes: Roc Bernadí, Diana Roig, Ernest Fuster, Julia Bonjoch, Oriol Burés, Claudia Bravo, Pol Roselló, Paula Pérez, Alexandre Ars, Marc Gómez, Eduard Mauri, Julia Saura y Carles Vallés

El teatro es un baluarte (imprescindible) de la lengua catalana. Según Adetca, la pasada temporada el 39% de los espectadores de los teatros de Barcelona escogieron propuestas en catalán, una cifra ligeramente por debajo de los que fueron a obras en castellano, pero la proporción se desequilibraba en los musicales de gran formato, que venden o se producen mayoritariamente en lengua castellana y que reunieron a 430.036 espectadores. El día de la marmota es la primera producción de Nostromo Live (La gábula de las locas, The producers, Cantando bajo la lluvia) en catalán acogida a una nueva línea de subvenciones de la Generalitat para favorecer el catalán y hacer posible un cambio en esa tendencia. Se trata de una franquicia internacional en la que poco puede haber creatividad autóctona más allá de la calidad de los intérpretes y los aciertos de la dirección en la reproducción de los originales. Y así es en éste El día de la marmota, que me parece que reproduce incluso el vestuario de la producción inglesa del Old Vic con algunos añadidos o adaptaciones escenográficas y unas muy interesantes proyecciones pictóricas que evocan paisajes de Turner y de Edward Hopper.

Otra cosa es el magnífico equipo de intérpretes encabezados por Roc Bernadí y Diana Roig y la dirección musical que sólo con seis músicos, situados en el balcón del tercer piso del teatro, abordan una partitura bastante contaminada por la marmota (repetitiva , quiero decir) y diría que con un exceso de decibelios que golpeaban las primeras filas de la platea embadurnando los grupos corales. Tanto Bernardí como Roig sobresalen tanto en la modulación y fraseo de los temas amorosos como en la actitud de los personajes. La energía del resto de intérpretes y algunos golpes de humor (no muchos) acaban de redondear la versión teatral de la famosa película Atrapado en el tiempo, dirigida por Harlod Ramis en 1993. La dirección de Enric Cambray es frenética en el primer acto y más repuesta en el segundo, y en conjunto alcanza el ritmo necesario para circular amablemente el relato y mantener la atención del público.

En cuanto al libreto, nos resulta un poco esquemático en cuanto a la historia de amor y bastante precipitado en la forma de construir la redención del egocéntrico y maleducado meteorólogo en un ciudadano solidario. Seguramente porque, paradójicamente, el libreto no encuentra el tiempo escénico para hacerlo (pasan años), como sí lo lograba la exitosa película protagonizada por Bill Murray.

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