Crítica teatral

'Hermanos de sangre': un muy buen musical con fantásticas coreografías de Ariadna Peya

La propuesta de Daniel Anglès soslaya el realismo original y presenta una buena dirección de los protagonistas

22/12/2025

'Hermanos de sangre' Libreto y música: Willy Russell

  • Director: Daniel Inglés
  • Coreografía: Ariadna Peya
  • Intérpretes: Mariona Castillo, Albert Salazar, Roque Bernardí, Triquell, Lucía Torres, Tai Fati, Toni Vinyals, Cisco Cruz, Xavi Navarro, Aleix Colomer, Elena Escorcia, Juan Mas, Carla Pizan, Guillermo Ripoll, Polo Roselló, Julia Sanz, Ferran Soler, Meritxell Valencia
  • Teatro Condal. Hasta el 8 de febrero

Hermanos de sangre nació a principios de los años 80 del pasado siglo del encargo de una obra de teatro de texto para público juvenil de institutos. Poco después, el autor Willy Russell le reconvirtió en un musical aplaudido en el West End, en Broadway y también en Barcelona en la producción estrenada en 1994 en el Teatre Condal con dirección de Ricard Reguant y con Àngels Gonyalons como coprotagonista. Desde la platea del Condal, Daniel Anglès conoció la historia de los dos gemelos de Dª. Johnstone, separados por la precariedad de su madre. Acto seguido se incorporó al reparto para la gira y ahora ha asumido la dirección de una nueva y exitosa mirada que se distancia voluntariamente tanto del original de Londres como de la Barcelona.

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En primer lugar, porque Inglés rehuye el realismo del original –salvo el guiño del vestuario (Marc Udina)–. Lo hace con un espacio escénico muy funcional (Alessio Meloni) que obvia la arquitectura del Liverpool donde teóricamente se convierte en el drama y remite a un descampado neutral con contenedores marítimos. En segundo lugar, pero no menos importante porque ha potenciado las coreografías de Ariadna Peya hasta convertirlas en el gran bastión de la propuesta. En uno de los trabajos más exitosos de los que recuerdo, Peya sobresale en las enérgicas y trepidantes frases coreográficas y las composiciones gestuales de grupo de una gran plasticidad.

Hay también un trabajo musical de Andreu Gallén muy interesante y una fluida traducción de Albert Mas-Griera. Hay, por supuesto, una buena dirección de los protagonistas y una excelente dicción en las canciones. Mariona Castillo es una muy creíble Dª. Johnstone. Magnífica en la icónica Marilyn Monroe y emocionante con el No puede ser verdad que cierra la tragedia. Uno de los retos de la obra es la credibilidad de los actores que interpretan Mickey y Eddie de pequeños, adolescentes y adultos. Albert Salazar disfruta y hace disfrutar con el vital, juguetón y desgraciado hermano pobre y Roc Bernardi aguanta muy bien un perfil bastante caricaturizado (incluso algo demasiado) del hermano apocado, ingenuo y rico. Tai Fati conecta muy bien con Linda, sobre todo como adulta. Correcto al narrador de Triquell, que puede mejorar en la vocalización. Estos Hermanos de sangre son las mejores propuestas de la actual oferta de teatro musical en Barcelona.