'Honestidad', un magnífico psicodrama profesional en torno a un desnudo

No es extraño que lo que en 2022 fue la primera película escrita y dirigida por Francesc Cuéllar, Jusqu'ici tout va, haya terminado en un escenario de teatro. Porque hay mucho teatro, buen teatro, en este atrevido debut cinematográfico. Me parece más teatro que cine, decía, entre otros, un tal #Promont en las valoraciones de la película en Filmin, donde todavía puede verse.

El propio Cuéllar ha adaptado y dirigido esta magnífica dramaturgia de un psicodrama profesional brillantemente defendido por Míriam Iscla y Dafnis Balduz. A partir de la confrontación entre un director de cine y la actriz protagonista que se niega a rodar el desnudo previsto y previamente aceptado, Cuéllar hurga sobre el sentido del trabajo artístico, sobre sus objetivos y la necesaria honestidad. Una reflexión ética y estética en un metafórico espacio escénico en blanco y negro (Lola Belles) en el que incluso las hojas del contrato de la actriz son negras. Una reflexión que cuestiona las herencias patriarcales y el paternalismo, que plantea los límites de la amistad y al fin las raíces del juego capitalista en el cine. Y lo hace con un diálogo fluido que confronta el deseo y la necesidad de la actriz con el deseo y la necesidad del director en un espléndido ir y venir de preguntas, de explicaciones, de reproches, incluso de amenazas, en una intensa y emotiva confrontación a pesar de un exceso de referentes cinéfilos y un psico y el interés del texto. Peccata minuta junto a la exhibición de Míriam Iscla y Dafnis Balduz.

Ella exhibe seguridad en lo que dice y en lo que reclama y él muestra la fragilidad del creador frente al proceso de creación de la obra. Al final cada uno exhibe sus vulnerabilidades. Fantástico. Una propuesta de aquellas que generan debate a la salida del teatro, sobre todo entre los profesionales del sector, pero que resulta muy recomendable para cualquiera que aprecie el teatro de ideas a los que recomendamos los asientos de la grada central para disfrutar plenamente de la función.