Estreno teatral

El Lliure invoca un 'Macbeth' monumental con Ernest Villegas y Laia Marull

Pau Carrió dirige un espectáculo de gran formato con 14 intérpretes de primera línea

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Laia Marull y Ernest Villegas en 'Macbeth''

BarcelonaLa primera rueda de prensa de Julio Manrique como director del Teatre Lliure ha sido, curiosamente, de un espectáculo que él mismo debía protagonizar, pero que al asumir el cargo tuvo que renunciar al papel. Macbeth, de Shakespeare, dirigido por Pau Carrió, es una de las grandes apuestas del Lliure para esta temporada. Tanto en lo que respecta a las dimensiones –es un montaje de gran formato con 14 intérpretes de primer nivel en escena– como también por la ambición de la pieza: Carrió la ha adaptado para trasladarla a un hospital de la Primera Guerra Mundial , con enfermos moribundos en las camas, situación que según el propio director recuerda a la pandemia y le sirve para hablar del miedo, la ambición y el poder propios de la obra de Shakespeare. El espectáculo se estrenará el próximo miércoles de la semana en la Sala Fabià Puigserver de Montjuïc y se podrá ver hasta el 17 de marzo.

Al frente de este texto icónico del bardo británico está Ernest Villegas (en sustitución de Manrique) como Macbeth y Laia Marull como Lady Macbeth, uno de los papeles femeninos más impresionantes de Shakespeare. En el escenario les acompañarán Pep Cruz, Joan Amargós, Julia Truyol, Javier Ricart, Alba Pujol, Mar Ulldemolins, Moha Amazian, Carlos Martínez, Marc Rodríguez, Marco Soler, Pol López y Pepo Blasco. “Es un desfile de talento imparable y una auténtica demostración del valor interpretativo del país, que a veces no se valora lo suficiente”, destaca Carrió.

Macbeth será su cuarto Shakespeare después de Victoria de Enric V (2014), Hamlet (2016) y Noche de Reyes (o lo que quieras) (2017). Para el director y dramaturgo, Shakespeare es "un amigo confortable" que le hace avanzar porque también le supone "un nuevo reto". Al mismo tiempo, dice Carrió, los textos del clásico invitan a ser releídos y representados una y otra vez sin perder su valía, porque resuena lo que configura la humanidad. En el caso de Macbeth, según Villegas, el enlace con la época actual es "vivir con miedo y tener la sensación de que todo se puede volver vulnerable y maquiavélico". El actor subraya que la obra habla, sobre todo, "de duda, de remordimiento y de cómo sobrevivir a tus actos, que son insoportables y que te revientan el cerebro".

La obra más oscura de todas

El montaje de Carrió juega, precisamente, con la oscuridad del texto y la traslada al escenario. "Es la obra de Shakespeare más negra de todas, incluso cuando sale el sol nadie se lo cree", destaca el director. Por eso, para la puesta en escena, ha optado por potenciar el espacio vacío en un gran escenario, con una iluminación sombría de Raimon Rius y una escenografía situada en varios planes a cargo de Sebastià Brosa.

El desencadenante de este universo fantasmagórico fueron una serie de fotografías que Carrió encontró, antes de la pandemia, de hospitales de campaña tanto de la Primera como de la Segunda Guerra Mundial. "Eran grandes salas con camas en batería donde no sabemos si los que están tumbados han muerto, agonizan o se salvarán y que después se han vuelto a reproducir con el coronavirus. Macbeth es una obra de guerra, donde el poder está terriblemente masculinizado, pero que no ocurre en el campo de batalla sino en los castells, donde son las mujeres las que reciben los cuerpos y los cuidan", dice Carrió.

En el texto original, las tres brujas deciden el destino de los protagonistas.En el espectáculo del Lliure, este poder lo alcanzan las enfermeras.” Ellas son las únicas que pueden entrar y salir de una sala de hospital sin necesitar permisos y, muy a menudo, pasan desapercibidas. Las brujas son, además, las médicas expulsadas de la cátedra", explica el director. En el castillo de la Primera Guerra Mundial que hace de escenario de la pieza se conjuga "el mundo militarizado de la guerra" y "el mundo de la naturaleza arrasada por el hombre y también por la guerra”.

El humor de Shakespeare

Macbeth arranca con el deseo del protagonista de alcanzar el trono de Escocia propiciado por tres brujas, que le han dicho que lo va a conseguir. Macbeth mata al rey Duncan y asciende al poder justo después. "Prácticamente no he tenido que ensayar, porque tengo muy poco papel", bromea Pep Cruz, que encarna al monarca asesinado. Pese a su breve paso por la escena, el actor señala que ha construido "un rey divertido, ególatra, que da miedo y que tiene miedo, para explotar el humor de Shakespeare".

Sin embargo, el espectáculo está marcado mayoritariamente por la bajada a los infiernos del protagonista y en este viaje es donde Carrió ha querido profundizar más. "La obra explora las peores posibilidades de la humanidad. Como occidentales privilegiados no somos muy diferentes de Macbeth, intentamos defender nuestro trozo y pensamos que los demás nos lo quitarán. Este miedo se nos come y hace que destruya todo el nuestro entorno, pero revisando Macbeth podemos exorcizarnos", defiende el director.

Pese a que la ambición por el poder es la chispa del espectáculo, Macbeth también habla de la relación de pareja entre dos personajes cegados por el individualismo, y aquí es donde Carrió ha puesto el foco. "Entre ellos comienza una espiral de paranoia, delirio, persecución y la idea de que los demás les quieren tomar el sitio”, señala. Aquí Marull ha tenido que hacer suyo al personaje de Lady Macbeth y luchar contra la carga simbólica que arrastra desde de hace siglos: “Todo el mundo sabe que es la malvada número 1 –dice la actriz–, pero nosotros hemos incidido en el deseo común de la pareja, que no les correspondería pero que sigue vigente, porque consiste en tener el poder y hacer todos los posibles para mantenerse”.

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