Fotoperiodismo

World Press Photo: las historias invisibles de la pandemia

La exposición llega al CCCB con las imágenes más potentes del 2020 sobre las protestas globales, las crisis humanitarias y el impacto del cambio climático

BarcelonaHasta el 2020, el fotoperiodista neerlandés Jasper Doest estaba acostumbrado a pasar poco por casa. Su trabajo lo había llevado a retratar flamencos caribeños, macacos japoneses domesticados por el turismo, el paso migratorio de las cigüeñas por la península Ibérica y los osos polares del Ártico. Pero el año pasado irrumpió la pandemia y Doest, como la gran mayoría de la población de todo el mundo, se vio obligado a quedarse en el hogar familiar, en la ciudad neerlandesa de Vlaardingen. Especializado en fotografiar fauna salvaje, Doest había aparcado la cámara hasta que un par de palomas aparecieron en el balcón del piso donde vive con su mujer y su hija. "Nos visitaban cada día para recordarnos que los seres humanos no estamos solos en este planeta", dice el fotógrafo, que los inmortalizó en una serie de imágenes en la que los animales protagonizan las situaciones más surrealistas: sobre un tocadiscos, con la cabeza dentro de una papelera y dentro de una cazuela (con el fuego apagado).

La serie de Doest, titulada Pandemic pigeons [Palomas pandémicas], ganó el primer premio del World Press Photo en la categoría de naturaleza y forma parte de la exposición World Press Photo 2021, que se puede ver a partir de este jueves y hasta el 12 de diciembre en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Las imágenes de Doest sirven para explicar la situación que vivieron muchos fotoperiodistas el año pasado. "La perspectiva local se hizo mucho más presente porque no podían volar a otros países. Muchos fotógrafos pusieron el foco en historias personales y en aquello que pasaba cerca de su casa. Esto hace que esta edición del World Press Photo sea especial, más realista con el momento presente", explica la comisaria en jefe de la Fundación World Press Photo, Sanne Schim van der Loeff.

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La pandemia ha marcado inevitablemente esta edición del World Press Photo, que eligió como mejor foto del año la imagen del danés Mads Nissen donde se ve un abrazo de una abuela brasileña y una enfermera rodeadas de plásticos. "La exposición está teñida del covid-19 porque ha afectado a todos los ámbitos. Los fotógrafos se han acercado a sus comunidades y nos enseñan historias de superación y de supervivencia desde el ámbito privado", señala Sílvia Omedes, directora de la fundación Photographic Social Vision, que se encarga de organizar la exposición. Las instantáneas relacionadas con el coronavirus se encuentran en la categoría de temas de actualidad, donde fotógrafos como el indonesio Joshua Irwandi, el suizo Roland Schmid y el francés Laurence Geai han inmortalizado la presión sobre los trabajadores sanitarios, la soledad de los enfermos de covid-19 hospitalizados y las situaciones provocadas por las restricciones sanitarias, con amigos encontrándose a hurtadillas y dejando un metro y medio de distancia entre ellos.

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Semen de contrabando en Palestina

Pero las realidades vividas en 2020 van mucho más allá de la pandemia, y por eso el World Press Photo recoge imágenes que denuncian el cambio climático, reflejan los movimientos sociales y las protestas globales como el Black Lives Matter y muestran guerras y crisis humanitarias; por ejemplo, la del Yemen, que el fotógrafo argentino Pablo Tosco explica a través de la imagen de Fátima, una pescadora de Khor Omeira que se hizo cargo del negocio cuando su marido marchó a la guerra. "Hace más de siete años que Yemen sufre un conflicto armado perpetuado y sostenido por los hombres. Las mujeres son sus principales víctimas; cerca del 30% de casamientos son forzados y con menores. Buscamos testimonios para evidenciar las múltiples opresiones que sufren", subraya Tosco.

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Una de las historias más potentes de la exposición es la de la serie Habibi del italiano Antonio Faccilongo, con la cual ha ganado el primer premio al reportaje gráfico del año. Faccilongo ha seguido un grupo de mujeres palestinas que tienen a sus maridos encarcelados en Israel. Las visitas conyugales en privado están prohibidas y se tienen que ver siempre separados por una mampara de plástico. Solo los hijos menores de 10 años pueden mantener contacto físico con los padres en encuentros de 10 minutos. A través de estas visitas, las mujeres palestinas han conseguido sacar de contrabando semen de sus maridos escondido en bolígrafos, caramelos o envoltorios de barritas de chocolate. De este modo, las mujeres han podido seguir formando una familia a pesar de que sus maridos están condenados a sentencias de 20 años de prisión. "No es una tragedia, es una historia de perseverancia y supervivencia, y así lo ha retratado Faccilongo", destaca Schim van der Loeff.

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Contra todo pronóstico, este año el World Press Photo ha recibido más candidatos que en ediciones anteriores. Han participado 4.315 fotógrafos de 130 países diferentes con más de 74.000 fotos. "El año pasado hubo una caída en picado de los encargos y muchos fotoperiodistas se hicieron freelance ", dice Omedes. La directora del CCCB, Judit Carrera, subraya que la exposición de este año "posa en valor su trabajo y combate la precariedad" en una época "en la que es muy importante enseñar a mirar críticamente, porque el vínculo entre las fake news y los hechos reales es estrecho". La exposición se puede visitar presencialmente y también en visitas guiadas virtuales a través de Filmin.

Cambios en el concurso: competición por regiones y desaparecen las temáticas

Esta edición del World Press Photo será la última con las temáticas actuales del concurso. A partir del año que viene, los fotógrafos competirán por regiones y podrán aspirar a cuatro categorías: fotografía individual, proyecto de largo recorrido, historias y formato abierto. "En una época de ataques constantes a los periodistas, de desinformación y de pérdida de confianza en la prensa, en que cada vez resulta más difícil distinguir la realidad de la ficción, queremos ofrecer voces diferentes y rehuir de la perspectiva occidental", explica Sanne Schim van der Loeff. De este modo, el concurso se dividirá en seis regiones (según el lugar del planeta donde se hayan hecho las fotos) y cada una tendrá un jurado local que, según Schim van der Loeff, permitirá "analizar con más detalle los contextos existentes".