Tras abandonar Barcelona, la Copa América de vela sigue sin sede

La DANA ha modificado la agenda de Valencia y ha dejado a los organizadores de la Copa sin un puerto donde realizar la edición de 2027

BarcelonaLa Copa América de vela sigue sin puerto de cara al futuro, cuatro meses después de la 37 edición, que se celebró en Barcelona. La competición más antigua de vela parecía destinada a regresar a Valencia, donde ya se celebraron dos ediciones, pero la tragedia de la DANA lo cambió todo. Las autoridades locales han pasado de ver con buenos ojos a la organización del torneo a considerar que no sería una buena idea invertir dinero en esta competición. El CEO del Emirates Team New Zealand, Grant Dalton, anunció tras el divorcio con Barcelona que quería organizar la próxima Copa en un plazo de tres años, es decir, en el 2027, y que se daba de margen ocho meses para encontrar una sede que le permita hacer crecer la competición. Cuatro meses después, sigue sin sede.

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Cuando en 2022 Grant Dalton presentó el contrato que llevaba la Copa por primera vez en Barcelona se hablaba abiertamente de la posibilidad de que se hicieran diferentes ediciones en la capital catalana en caso de triunfo del barco de Nueva Zelanda, ya que el ganador decide dónde se compite. Y efectivamente, el barco de Nueva Zelanda ganó su última edición pero no se llegó a un acuerdo para seguir en Barcelona, ​​ya que los resultados no fueron los esperados. Aparte de la reacción de la población –buena parte de la ciudadanía ignoró la Copa y otra parte se opuso–, las cifras no fueron las esperadas. El Ayuntamiento de Barcelona, ​​que durante meses habló de su voluntad de organizar una segunda edición, acabó cambiando de opinión, lo que provocó cierta tensión entre los empresarios de la ciudad que sí la querían. Al final, ambas partes acordaron que no habría una segunda Copa en Barcelona. Dalton afirmó que quería un puerto que pudiera ofrecer aún más espacio de lo que Barcelona podía ofrecer, y el puerto catalán veía con buenos ojos el cambio de sede tras los debates en la ciudad y las dudas sobre la inversión. Así que todo parecía encaminado a Valencia.

La capital valenciana, que ya organizó las ediciones de 2007 y 2010, se había posicionado como principal aspirante. Tienen las instalaciones hechas de esas citas del pasado y parecían dispuestos a pagar el dinero que Dalton quiere. Pero la tragedia de la DANA ha obligado a las administraciones locales a reorientar sus prioridades. Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat, había llegado a afirmar que era un deber devolver la Copa a Valencia, ya que "es la ciudad que mejor puede organizarla", pero hace meses que tiene otras necesidades. La alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, admite el cambio de parecer: "Teníamos una hoja de ruta hasta el día 29, y desde el 29 tenemos otra". Dentro del PP valenciano se debate si justo después de esa desgracia es idóneo organizar una competición que suele ser vista como elitista. Fuentes cercanas a las negociaciones explican que Dalton ha entendido la situación y explora otras vías, consciente de que llevar la Copa a Valencia en el 2027 parece muy complicado ahora mismo.

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Dalton, pues, ha visto cómo se le caen sus dos mejores opciones: primero fue Barcelona y ahora Valencia. En Barcelona algunos de los actores que llevaron la Copa a la ciudad en el 2024 sondearon la posibilidad de rehacer puentes con Dalton tras ver que Valencia quedaba descartada, pero las autoridades locales han dejado claro que la Copa América ya no es bienvenida después de los resultados de 2024. El patrón de Nueva Zelanda está sondeando opciones en Italia, donde nunca se ha celebrado aunque tiene suficiente seguimiento, a diferencia de España, pero parece una opción sin salida. Italia quiere organizarla el día que gane su barco, no con Nueva Zelanda de anfitrión. De hecho, cuando el puerto sardo de Cagliari estuvo a un paso de acoger regatas previas de la edición de Barcelona, ​​el acuerdo acabó rompiéndose. Dalton, pues, ha recuperado las conversaciones con Málaga, que compitió con Barcelona por ser la sede del 2024. Pero hace unos meses, cuando se supo que Barcelona renunciaba a una segunda edición de la Copa, Málaga prefirió no dar el paso adelante por una cuestión económica. Dalton pide de salida un fondo de aproximadamente 40 millones en la ciudad que quiera ser sede de la competición, una cifra que puede acabar elevándose por encima de los 75 millones de salida en inversiones, cuyo objetivo es tener una Copa todavía con más regatas y barcos participantes que en Barcelona. En los últimos días se había hablado de la posibilidad de hacerlo en Río de Janeiro, una opción que fuentes cercanas a las negociaciones descartan. Arabia Saudí, con el puerto de Yida, sí puede pagar la cifra que Dalton quiere. Y más. Pero Dalton no quiere ir a un puerto saudí por una cuestión de calendario, clima y derechos humanos. El puerto saudí, como ocurrió en el 2024, podría ser sede de carreras preliminares, pero no de la gran final.

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En caso de no conseguir cerrar ningún contrato internacional, Dalton siempre podría volver a casa. Históricamente, los barcos casi siempre han defendido el título en su casa, pero después de la edición del año de la pandemia, cuando el Team Emirates ganó la Copa en la bahía de Auckland, algo se rompió. Las autoridades locales no accedieron a las peticiones económicas de Dalton, que tras ver cómo los números no salían en parte por culpa de la pandemia, decidió buscar un puerto extranjero que le permitiera obtener beneficios económicos. El elegido sería Barcelona, ​​donde las cosas no acabaron de ir lo mejor que esperaban. Ahora Dalton sigue buscando un nuevo puerto donde llevar una Copa que llegó por la puerta grande a Barcelona y se marchó entre debates.