La apuesta por Xavi, la primera gran decisión de Laporta
El exjugador aterriza en Catalunya para pasar las vacaciones y tratar su posible regreso al Barça con el presidente
BarcelonaCon su hijo Dan en brazos y acompañado del resto de su familia, Xavi Hernández aterrizó el lunes a mediodía en Barcelona procedente de Doha, la capital del Qatar. Después de que el ARA informara el sábado de que el Barça ya ha contactado con él para tratar de convertirlo en el técnico del primer equipo a partir de este verano, su llegada a Catalunya generó expectación hasta el punto de que se contaron las maletas que venían con él en el avión. Llevaba más de diez, una cifra más propia de un viaje sin billete de vuelta que del clásico paréntesis de final de curso de un entrenador que trabaja lejos de casa. Con todo, cuando decenas de periodistas y redactores gráficos lo abordaron en la terminal de llegadas del Prat, Xavi se limitó a decir que está "de vacaciones" y que no sabe "nada" en relación con el encuentro que se espera que tenga con Joan Laporta en los próximos días, con el banquillo del Camp Nou y el proyecto deportivo como temas a tratar.
El gesto cuadra con la prudencia que las dos partes quieren dedicar a la negociación que puede ser el inicio de un nuevo ciclo en el Barça. El excapitán, que después de dos años de rodaje en el Al-Sadd ya se ve preparado para asumir el reto de volver a la entidad de su vida, quiere guardar la compostura con el club catarí, con el que firmó una renovación hasta 2023 no hace ni una semana. A pesar de que el acuerdo tiene una cláusula que le facilitaría la salida en caso de llamada azulgrana, Xavi siente que tiene que ser respetuoso con el jeque que apostó por él en 2015, no solo por su calidad futbolística, sino también para que hiciera de embajador del país a las puertas del Mundial de 2022.
Mientras tanto, el Barça, con Laporta al frente, apuesta por el hermetismo y el desmentido sobre todo para cuidar las formas con Ronald Koeman, que todavía tiene un año más de contrato y el sábado disputa en Ipurua contra el Eibar el último partido de la temporada. Aun así, empieza a ser vox populi, con el equipo del todo descartado en la Liga, que al neerlandés no le bastará con la Copa del Rey para mantenerse en el cargo. Tampoco con haber dado la oportunidad a jovencitos como Pedri, Mingueza o Ilaix. En esta línea, horas después de la derrota en casa con el Celta, RAC1 informó de que habrá relevo en el banquillo "en un 99%" de las posibilidades.
Por lo tanto, Laporta y la directiva, sin perder de vista el trabajo económico e institucional que se les echará encima a raíz de la auditoría que encargaron cuando cogieron las riendas del Barça, tienen que tomar la primera gran decisión deportiva de su mandato. A diferencia de Bartomeu, el actual presidente es partidario de buscar el máximo consenso con sus directivos a la hora de escoger la cara visible del proyecto. Por eso tiene muy en cuenta a las voces que, igual que hizo en 2003 y en 2008 con Rijkaard y Guardiola, le piden ahora que haga una apuesta contundente por Xavi.
En este contexto se encuadran los movimientos que ha habido con Xavi por parte de personas vinculadas a la junta y de ejecutivos con poderes como Mateu Alemany, que será el principal encargado de ejecutar los cambios la plantilla del curso que viene. Laporta también considera el criterio de los jugadores, que a principios de 2020, después del despido de Valverde, ya aprobaban tener a Xavi como entrenador y ahora vuelven a estar ilusionados con esta posibilidad. Y por encima de todo no pierde de vista a Messi, que para decidir su continuidad necesita ver que hay el propósito de hacer un equipo competitivo.
Cambio de paradigma
Antes de ejecutar nada, Laporta se tiene que reunir los próximos días con el principal implicado para saber de primera mano en qué consistiría su receta para reconstruir el proyecto. A falta de dinero para hacer fichajes importantes, ilusionar al barcelonismo con Xavi de entrada suena muy bien como alternativa. Pero la apuesta por él, más al detalle, puede suponer un cambio de paradigma, puesto que su intención es contar con su equipo de trabajo y tener control sobre áreas que ahora mismo funcionan en paralelo al cuerpo técnico, como la de metodología y los servicios médicos. Xavi no solo volvería al Barça para entrenar el primer equipo, sino que pediría tener ascendente sobre departamentos que en estos momentos, con Koeman, van por su cuenta.
Y es aquí donde el presidente y sus colaboradores tienen que debatir con todos los condicionantes. Porque, si dan el paso, tendrán que dedicar dinero a la reestructuración de cargos, con los riesgos que esto conlleva, y en el fondo estarían comprando buena parte del esquema que el exjugador tenía trabajado con el excandidato Víctor Font mucho antes de las elecciones del 7 de marzo pasado. Los próximos días serán cruciales para el futuro inmediato del banquillo del primer equipo del Barça.