Baloncesto - Liga Endesa

La apatía habitual del tercer cuarto deja al Barça contra las cuerdas

El equipo azulgrana vuelve a perder en el WiZink Center y se sitúa en una derrota de la eliminación

Real Madrid, 104 - Barça, 98

  • Real Madrid: Campazzo (14), Causeur (3), Musa (18), Hezonja (12), Tavares (12) -cinco inicial-; Llull (18), Poirier (4), Yabusele (9), R. Fernández (3), S. Rodríguez (8) y Abalde (3). Entrenador: Chus Mateo
  • Barça: Rubio (4), Laprovittola (12), Kalinic (2), Da Silva (10), Hernangómez (6) -cinco inicial-; Satoransky (15), Parra (9), Abrines (3), Vesely (24) y Parker (13). Entrenador: Roger Grimau.
  • Resultados parciales: 22-24 / 22-16 / 29-22 / 31-36
  • Árbitros: Pérez Pizarro, Calatrava y Sánchez Sixto.
  • Eliminado: Da Silva.
  • Pabellón: WiZink Center. 12.025 espectadores.

El vigente campeón de la Liga Endesa volvió a perder ante el Real Madrid y se situó en una derrota de la eliminación (104-98). Perjudicado por otro tercer cuarto jugado con poca intensidad, el Barça fue incapaz de competir de tú a tú en el WiZink Center.

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"Hemos encadenado pequeños errores. Hemos hecho un buen partido, pero hemos permitido demasiadas acciones que nos han castigado", lamentó Roger Grimau, que acabó muy molesto con el criterio arbitral. El entrenador, que tuvo la baja de James Nnaji y descartó a Oriol Paulí, apostó por una rotación de diez jugadores y dejó sin minutos a Darío Brizuela y Rokas Jokubaitis. Los checos Jan Vesely (21 puntos) y Tomás Satoransky (15 puntos y 10 asistencias) fueron los mejores de un Barça que siempre dio la sensación de estar un escalón por debajo del eterno rival. "Hemos encontrado el ritmo y la energía que queríamos", reconoció Chus Mateo.

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La puesta en escena del Barça fue mejor que la del miércoles. Pese a no utilizar menos la línea de tres puntos que de costumbre, el equipo blaugrana fue capaz de acentuar sus situaciones de transición. Cuando puede correr, el conjunto catalán mejora sus prestaciones. Además, Grimau corrigió algunos aspectos del primer partido para proteger mejor la pintura. Los visitantes se construyeron una diferencia de seis puntos contra el Real Madrid (22-28).

La reacción local llegó de la mano de un Sergi Llull que anotó 13 puntos en un segundo cuarto de inspiración ofensiva. El equipo blanco endureció su defensa y logró rebajar la anotación del Barça y aumentar sus pérdidas de balón para llegar al descanso con ventaja (44-40). "Hemos empezado el partido más centrados y organizados, sin cometer tantos errores", analizó Tomás Satoransky.

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El Madrid volvió a aprovechar el inicio del tercer cuarto para impulsar su ritmo y alejarse en el marcador (55-45). Molesto con el criterio arbitral, el Barça perdió comba. Grimau utilizó una defensa zonal para intentar evitar que el equipo repitiera el descalabro del miércoles. La estrategia sirvió para alterar el ritmo de juego pero no para rebajar la inspiración de Musa. El conjunto blanco anotó 29 puntos en 10 minutos (73-62).

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La renta del Real Madrid creció hasta los 17 puntos (87-70). Durante algunas fases, sólo Parra pareció jugar con la energía que el partido reclamaba. Cuando olió sangre, el equipo blanco apretó el acelerador ante un Barça con demasiadas dudas para competir bien en el WiZink Center. El talento de Laprovittola añadió emoción a un tramo final en el que el equipo azulgrana se reencontró con el acierto desde la línea de 6,75 metros.

El Palau entra en escena

La eliminatoria se traslada ahora al Palau Blaugrana, donde el domingo se disputará el tercer partido de la semifinal. El pabellón se llenará para vivir un clásico que puede marcar el tramo final de la temporada. Con el formato actual, ningún equipo ha logrado levantar un 2-0 en contra en las semifinales.

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