El culé criado en el Bronx que sabe cómo sacar de quicio al Real Madrid
El Barça apuesta por el liderazgo de un jugador acostumbrado a no esconderse en los momentos decisivos
BarcelonaEl Barça intentó fichar a Kevin Punter el pasado verano, pero el escolta estadounidense, que también tenía buenas ofertas de Grecia y Turquía, prefirió continuar en el Partizan. La decisión no fue sencilla. "Todo el mundo hablaba, fue un lío. Para ser sincero, a veces los diferentes escenarios pueden volverte loco. Viví aquella situación desde casa de mis padres, que presenciaron todo el proceso. Literalmente no pude dormir durante cuatro o cinco días", reconoce.
Un año después, Punter acabó firmando con el Barça. “En el baloncesto actual se necesitan jugadores de sus características, con capacidad de generar mucho peligro por sí solos. Tenemos jugadores que ya lo hacen pero sumar otro elemento con estas características está muy bien. Punter ya ha demostrado ser capaz de ser un jugador decisivo en el máximo nivel. Creo que puede ayudarnos a ser un equipo mejor”, analiza Joan Peñarroya, el entrenador del equipo azulgrana.
Kevin Punter, de 31 años, es un escolta versátil que también puede ocupar la posición de director de juego. Es un anotador fiable que destaca especialmente por no esconderse en los momentos decisivos, cuando la pelota quema. En el último curso, con el Partizan, ha acreditado 15 puntos, 2,6 asistencias y un 14,2 de valoración en la Euroliga, en 28 partidos disputados. En el cómputo global de la Euroliga suma un total de 124 partidos, con una media de 14,5 puntos, 2 asistencias y 12,6 de valoración. Roza el 40% de acierto en triples (un 39,3%).
Capitán del Partizan, ha sido un ídolo en Belgrado. Ahora le toca estarlo en el Palau Blaugrana. Los aficionados culés recuerdan su pelea con el Real Madrid durante los cuartos de final de la temporada 2022-23. "El Madrid estaba terminado. Si no llega a ser por esa pelea y mi sanción de dos partidos, el Partizan habría jugado la final four", opina.
El Bronx, escuela de vida
Punter se crió en el Bronx. "Me di cuenta pronto de que, si no estaba concentrado, podía engancharme a las cosas equivocadas. Yo sólo quería jugar al baloncesto y eso me mantuvo alejado de los problemas. No quería disgustar a mis padres, que se esforzaron mucho porque el mío hermano y yo fuéramos por el buen camino. Jugar a baloncesto en la calle fue el mejor aprendizaje. Vi a mucha gente conocida tomando malas decisiones, y yo también tuve dudas", reconoce.
Aparte de su etapa universitaria en Tennessee, Punter ha jugado en cinco países: Grecia, Bélgica, Polonia, Italia y Serbia. El escolta, que tiene pasaporte serbio, empezó su carrera profesional en Grecia, en el modesto Lavrio BC. Allí, con sólo 23 años y en su primera experiencia lejos de Estados Unidos, tuvo un papel testimonial. De hecho, acabó la temporada en Bélgica, en el también modesto Antwert Giants, donde empezó a demostrar su facilidad para anotar.
En julio de ese mismo año, en el 2017, firmó con el conjunto polaco del Rosa Radom, donde ofreció una interesante media de 19,8 puntos por partido. Aquello le supuso un contrato con la AEK de Atenas. En el histórico conjunto griego se hizo un nombre y empezó a llamar la atención de importantes conjuntos europeos. La temporada 2018-19 jugó en el Virtus de Bolonia.
La campaña 2019-20, Kevin Punter firmó por el Olympiacos. Su primera experiencia en la máxima competición continental fue discreta. Tras este primer test al máximo nivel, fichó por la Estrella Roja de Belgrado, donde destacó notablemente. Aquella temporada le proporcionó su primer gran contrato en Europa, con el Olimpia de Milán, equipo con el que llegó a la final four de la Euroliga. Su verdugo fue el Barça de un Cory Higgins que anotó la canasta decisiva.
El último destino de Punter antes del Barça fue el Partizan de Belgrado, donde jugó a las órdenes de Željko Obradović durante tres temporadas.