"Cuando me dijeron que me operarían el corazón pensé que era el final. Jaque mate"
El gran campeón de ciclismo de montaña Josep Betalú se reinventa como jefe de equipo después de sufrir una arritmia en la Titan Desert
Barcelona"He sido siempre muy competitivo, quizás demasiado. Así que lo que me ha pasado últimamente ha sido duro. Parecía que era el final de mi carrera", explica Josep Betalú (Amposta, 1977), uno de los grandes nombres del ciclismo catalán. Este mecánico que sabe hacer lo que haga falta con sus manos se ha hartado de ganar carreras en cuatro continentes diferentes desde que dio el salto al ciclismo de montaña con 30 años cumplidos, en el 2010. Antes había hecho ciclismo en ruta, además de mil trabajos, fuera de DJ o arreglando coches. Gracias al ciclismo, ha rodado por el mundo y ha vivido una temporada en Costa Rica, donde es famoso. "Allí la gente me miraba con los ojos abiertos, porque yo soy tal y como mana y digo lo que pienso", dice.
Campeón en cuatro ocasiones de la Titan Desert de Marruecos, así como de pruebas como la Ruta de los Conquistadores de Costa Rica, Betalú seguía ganando carreras con 45 años. "Con mi edad, en el ciclismo de ruta ya no tienes nada que hacer, pero en el ciclismo de montaña o Titán en el desierto, es diferente", explica el ampostino, que ha llevado su cuerpo siempre al límite. Siempre sin miedo, sea abriendo con un machete él mismo vías en la selva de Costa Rica, o en las dunas del Sáhara, donde tienes el riesgo de quedarte clavado en la arena y "cuesta descansar bien en las jaimas"después de cada etapa". Un estilo de vida que le gusta, por eso seguía compitiendo. Pero en la Titan Desert del 2024 todo cambió. "Venía de una lesión que me tuvo apartado de la competición durante 8 meses. Pero el primer día de Titán me puse líder, fue hermoso. Pero en la segunda escuché un peso en el pecho y me vi obligado a retirar por un problema cardíaco que no esperaba". Los médicos de la carrera no dudaron: no podía seguir y debería ser operado de unas arritmias. "Cuando me dijeron que me operarían el corazón pensé que era el final. Jaque mate. Fue muy duro, en pocas horas pasaba de ser primero y ver que seguía fuerte, a retirarme", recuerda.
La llamada de un gran campeón
Todo ello llevó a Josep a una situación nueva en su vida: no tenía ánimo para seguir compitiendo, veía que había llegado al final de su carrera un año antes de lo previsto. Hasta que recibió una llamada de Melchor Mauri. El de Osona, campeón de la Vuelta a España en 1991 y uno de los mejores ciclistas catalanes de todos los tiempos, es ahora el jefe del equipo KH-7 de ciclismo que participa en diferentes carreras de resistencia. El equipo en el que Betalú suele competir. Melcior me motivó porque no tenía intención de volver a competir nunca más. De hecho, no he vuelto a competir desde el año pasado, desde mi abandono de Titán. Yo estoy acostumbrado a competir siempre por ganar y, de repente, todo cambiaba. esto realmente es lo que me motivó. Tener un nuevo rol, ayudando a los demás", razona.
Durante años, en el KH-7 los ciclistas trabajaban para ayudar a Betalú. Ahora él será la mano derecha de Mauri, y dará consejos a corredores como los debutantes Luis Ángel Maté y Andrey Amador (ex corredores en ruta), Pilar Fernández o Ramona Gabriel, dos veces campeona. "Allí pasan muchas cosas, en el desierto. Y yo las conozco", explica. "Yo tengo otras opciones en la vida y tengo la vida bastante solucionada. Soy una persona que todo lo que hago lo hago al máximo. Y si algo no la puedo hacer al máximo, directamente no la hago. ILa bicicleta me hace sentir feliz. Todos estos meses que he estado sin entrenarme, ostras, han sido un hombre. Me faltaba algo. Será algo. una segunda casa, ya que este equipo une a profesionales que quieren ganar con corredores que van a intentar acabar, como los hermanos Sergio y Javier Torres, cocineros de un restaurante con tres estrellas Michelin, o deportistas que forman parte de proyectos solidarios como el de este año de la Fundación Guttmann o cómo Lester Fernández, el ciclista catalán nacido en Cuba que participa con un 81% de discapacidad. "El primer año que compití con Lester en el equipo tuve un problema mecánico en la primera etapa y estaba pulsado. Aquella noche charlé con él y me ayudó mucho, me hizo sentir afortunado. Al día siguiente gané", recuerda el ampostino. Los profesionales aprenden de Betalú, pero él aprende del Lester.