¿Echar a Piqué, Busquets y Alba?
Laporta sorprendió anunciando que se había “acabado un ciclo”. Las quinielas sobre bajas se dispararon, en especial sobre tres futbolistas que han formado parte de la mejor generación de la historia del Barça: Piqué, Busquets y Alba. Messi come aparte.
La decisión es compleja. Los tres tienen mucho fútbol todavía. Seguramente son mejores que la mayoría de futbolistas que habrá el curso que viene. Ahora bien, tener mirada de club implica tomar decisiones impopulares, rehuyendo la inmediatez y apostando por cambios que darán sus frutos en un futuro. Si los tres se quedan y siguen jugando la mayoría de partidos, el nuevo ciclo no arrancará de pleno.
Se tendrían que dar dos circunstancias para que sigan: que adapten su situación contractual a su rendimiento y contexto actual, es decir, asumiendo una notable reducción de la ficha, y a la vez que acepten que su papel ya no será de figura indiscutible. Si se consiguiera este acuerdo, tener a alguno de estos futbolistas sería positivo para el grupo. Yo mantendría a dos –Piqué y Busquets– porque es básico tener a jugadores de la casa que entiendan la dimensión del club, lo que significa el Barça, que den la bienvenida a los nuevos y ayuden a los más jóvenes en la transición. Si se marchan todos, ¿qué veteranos de la casa habrá el año que viene? Prácticamente ninguno. Si el Barça hubiera hecho bien las cosas las últimas temporadas, este dilema no existiría. Podrías prescindir de los tres –como en su día se marcharon Iniesta o Xavi–, porque habría jugadores de La Masia en plena madurez para asumir estos galones. Pero no están.
Ahora bien, este acuerdo no implica solo que ellos acepten su nuevo rol, sino también que haya un entrenador valiente que arriesgue. ¿Y el Barça lo tendrá? Esta es la primera incógnita que hay que resolver: saber ya el técnico y empezar a construir un proyecto de futuro que no caduque este 30 de junio. Koeman era el entrenador ideal para dar una sacudida, ahora hace falta alguien sobre el que pivote una idea para los próximos cuatro o cinco años.