Un Barça desesperante se queda en blanco en Europa
El equipo de Xavi, sin puntería ni buen juego, cae ante el Shakhtar (1-0) y pierde la oportunidad de cerrar la carpeta de la Champions
Enviado especial a HamburgoQué forma de complicarse la vida, el Barça. Qué forma de perder crédito y ahogarse en sus propias dudas. El partido de Hamburgo debía ser un trámite, uno de esos duelos que poca gente recuerda años más tarde, y acabó con un corte de digestión. No lo consigue, el Barça. No encuentra el camino, un equipo que parece hacerse feo a medida que avanza la temporada. Ante un Shakhtar luchador, perdió la oportunidad de certificar el regreso a los octavos de final. Ahora, en cambio, tendrá que salir enchufado contra el Oporto para evitar perder la primera posición que todo el mundo daba por hecha. El Barça ahora es un nido de nervios, un equipo que vive de discursos vacíos, de buenas intenciones y de saber que tener jugadores con tanta calidad permite muchas veces ganar partidos sin jugar bien. Pero no siempre sale cara. En San Sebastián pasó. En Hamburgo, salió cruz.
No era fácil para el equipo de Xavi concentrarse en el partido de Hamburgo. Todo era un poco raro. El escenario, el frío, la hora. Un rival medio desarraigado, un estadio con aroma de neutralidad. Poco habrían imaginado a los orgullosos aficionados del Hamburgo, en su día uno de los clubs más grandes del continente, que para ver de nuevo partidos de Champions debería estallar una guerra en Ucrania. Con las bufandas azules medio escondidas, un padre y un hijo iban hacia el estadio pensando que, mientras su equipo cruza el desierto de la Segunda División, no era un mal consuelo ver al Barça en directo. El Barça sigue fascinando. A veces necesitas verlo en los ojos de los miles de polacos que llegaron a la ciudad libre y hanseática de Hamburgo para ver a Lewandowski. En la mirada de los ucranianos que se han refugiado de la guerra aquí –más de 40.000 viviendo sólo en Hamburgo–. Pero como el fútbol no entiende de jerarquías, todos los aficionados se encontraron sobre el césped con un Barça apático, errático.
De excusas, las que quieras. ¿El césped? Horrible. ¿El ambiente? No ayudaba. ¿Saber que el equipo ya está medio clasificado por los octavos? Suma. ¿Que todavía faltan algunos jugadores? Cierto. Se pueden construir edificios con excusas, pero al final se necesitan hechos y sensaciones. Y después del sufrimiento de San Sebastián, llegaba la desesperación a Hamburgo. Poco ritmo, pocas ideas, poca pólvora. Si contra la Real Sociedad el Barça había sido peor, ante el Shakhtar no sabía ser superior. Posesiones estériles, carreras de los centrales que terminan en un callejón sin salida y extremos, Ferran y Raphinha, desdibujados. Xavi había sacado a un equipo suficientemente titular, con la excepción de Marcos Alonso. Y el resultado fue un gran añoranza de los jóvenes. Del carácter de Lamine o Fermin López.
El equipo de Xavi vive en una permanente crisis existencial, viviendo una vida totalmente alejada de las palabras de su técnico. Un equipo que parecía despegar cuando debutó en la presente Champions y ahora pierde una sábana en cada colada. Recupera a jugadores, sí, pero también suma dudas. Ni gusta ni parece saber qué debería hacer para salir de ese laberinto en el que se ha puesto, encadenando partidos frustrantes. Y el día que lo hizo bien, contra el Madrid, perdió. Cosas del fútbol. Shakhtar, con cuatro ideas bien claras y mucha solidaridad, siempre sabía qué hacer. Buena defensa, balones largos y forzar situaciones de uno contra uno. Araujo defendió unas cuantas con acierto, pero antes del descanso un largo rondo ucraniano, bajo la mirada apática de sus rivales, acabó con un cambio de juego eléctrico, un buen centro y el cabezazo de Sikar. La mejor jugada del partido la había firmado el Shakhtar. La comunidad ucraniana se emocionaba. Los culés pasaban vergüenza. Los alemanes buscaban palomitas, conscientes de que el partido se animaba con el Barça contra las cuerdas.
El regreso de Pedri
Xavi dio a los titulares una segunda oportunidad para arreglar las cosas en la segunda parte. Tenían 15 minutos. No lo hicieron, así que castigó al equipo con cuatro cambios a la vez. Ferran, Raphinha, Romeu y Marcos Alonso eran enviados al rincón de pensar. No habían tenido el día. En su lugar, Lamine, João Felix, Balde y un Pedri que busca sentirse feliz con un balón en los pies de nuevo. El canario volvía más de un año después a la Champions dejando pequeños detalles. Y el equipo mejoró, cierto. Lamine Yamal y João Felix hicieron en cinco minutos más cosas que Ferran y Raphina, pero Shakhtar no se dejaba asustar. ¿Cómo tienes que asustarte, cuando juegas una liga con refugios antiaéreos? De hecho, Ter Stegen tuvo que evitar el segundo tanto local en dos contras verticales.
El Barça, en cambio, era plano. Pese a mejorar un poco, seguía estrellándose contra el muro naranja, sin alegría en el juego, angustioso, sin conseguir chutar entre los tres palos ni una sola vez antes del minuto 70. Ni uno. En Europa, donde el pan es más caro, es demasiado poco. El empate pudo llegar con intentos de disparos o centros inocentes, con reclamaciones de posibles penaltis, mientras el Shakhtar se iba aculando y perdía tiempo cada dos por tres. No ocurrió. De Hamburgo podía volverse con el expediente europeo terminado, firmado y entregado, y, en cambio, el equipo de Xavi vuelve con dudas y crispación. Son ya muchos partidos sin alegría, sin un equipo reconocible. Y Araujo no siempre puede salvar con un gol de los suyos, trabajo que debería realizar un Lewandowski que vive derrotado por el recuerdo de quien llegó a ser. El partido contra el Oporto, de repente, gana interés. El Barça, si quiere ilusionar, tendrá que enchufarse. Por Hamburgo pasó un equipo errático vestido de blanco, como si fuera un fantasma. No parecía el Barça. Bien, sí lo parecía. El Barça de los últimos días es éste.
Shakhtar Donetsk 1-0 FC Barcelona
- Shakhtar: Riznyk, Gochosolvili, Bondar, Rakitskyy, Matviyenko, Stepanenko (Nazaryna, 70'), Newerton (Shved, 95'), Sudakov, Kryskiv, Zubkov y Sikar (Kelsy, 63').
- FC Barcelona: Ter Stegen, Cancelo, Araujo, Christensen, Marcos Alonso (Balde, 60'), Gündogan, Romeo (Pedri, 60'), Gavi (Fermin López, 81'), Raphinha (Lamine Yamal, 60'), Lewandowski y Ferran Torres (João Félix, 60').
- Goles: 1-0 Sikar (40').
- Árbitro: Irfan Peltjo (Bosnia y Herzegovina).
- Tarjetas amarillas: Araujo (45').
- Tarjetas rojas: ninguna.
- Estadio: Volkparkstadion, Hamburgo.