Barça

Los cambios en el entrenamiento que permiten "soñar" en el Barça

Un calendario menos cargado de partidos y un cambio en la motivación de algunos jugadores, elementos clave para entender el buen momento de forma azulgrana

BarcelonaEn pocos meses el estado anímico del Barça se ha vuelto como un calcetín. El balón entró, la defensa es más sólida y el equipo encadena diez partidos sin perder. Ha recuperado la segunda posición en la Liga y regresa a los cuartos de final de la Champions, una empresa que en enero, cuando quedó eliminado de la Copa y perdió estrepitosamente ante el Villarreal, parecía casi una quimera. Aquella derrota contra los amarillos en Montjuïc fue el detonante para que Xavi anunciara su despedida a final de curso, y fue el inicio de una dinámica positiva que, en palabras del propio entrenador, hace posible que el equipo pueda "soñar con tocar metal a final del curso. El egarense siempre ha defendido en las salas de prensa que su decisión supuso un punto de inflexión en positivo. Pero tras esta recuperación casi milagrosa del equipo hay un segundo detalle, no menor, que desvelaba el domingo a Robert Lewandowski: un cambio en el modelo de entrenamiento, al que se ha añadido "más intensidad".

El polaco completó en el campo del Atlético de Madrid una de las mejores actuaciones desde que es jugador del Barça. Ahora bien, las declaraciones posteriores no gustaron demasiado a los responsables de la preparación física azulgrana, que habían estado bajo sospecha por el rendimiento tan bajo que ofrecía el equipo en algunos tramos exigentes de la temporada. En otras circunstancias, sus palabras habrían provocado gran polémica. Pero después de ganar 0-3, con un gol y dos asistencias, todo es más fácil de reconducir. En el cuerpo técnico han querido sacar hierro y las fuentes consultadas por este diario aseguran que el único cambio viene provocado por el calendario: "Estamos en un tramo del curso con menos partidos y, por tanto, se pueden realizar sesiones de entrenamiento más completas en comparación con meses cargados de partidos como enero".

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La preparación física de un club como el Barça tiene en cuenta la acumulación de partidos. Las cargas de trabajo se estructuran para tener un rendimiento estable durante el curso, pero garantizar un pico de forma en momentos que puedan considerarse claves. Una fórmula global que después se analiza de forma individual: la tecnología analiza el estado de fatiga del músculo para anticiparse a posibles lesiones. A partir de aquí se recomienda realizar rotaciones o se establecen planes de recuperación o rehabilitación teniendo en cuenta el análisis de los datos.

Ahora bien, toda la planificación salta por los aires por las lesiones. Y el Barça ha sufrido 24 a lo largo del curso, repartidas en 16 futbolistas. La última, la de Christensen en el calentamiento del Metropolitano. "La plantilla es más corta, hemos tenido que recurrir a canteranos y no hemos podido hacer las rotaciones que queríamos. Esto nos ha condicionado", apuntan desde la Ciudad Deportiva.

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En enero el Barça apenas pudo completar ninguna sesión de entrenamiento normal

En enero fue el más exigente de la temporada, con un total de 9 partidos en 27 días, incluido el desplazamiento a Arabia Saudí para jugar la Supercopa de España. Es decir, un partido cada tres días y medio en promedio. "Apenas podíamos entrenar, como mucho hacer lecciones tácticas en la pizarra", dicen desde el vestuario. Fuentes delstaff lo detallan aún más. "Al día siguiente de jugar un partido los futbolistas van agarrotados y no puedes entrenar. El segundo día entrenas a medias, pero sobre todo haces recuperación. Y el tercero ya estás jugando un nuevo partido, la mayoría de las veces sin haberte recuperado del todo .¿Cómo quieres preparar un partido? Así es imposible. Nos pasaba a nosotros ya todos los grandes". Desde el vestuario explican que algunos días la sesión no llegaba ni a la hora de reloj, precisamente por la fatiga acumulada y por no desgastar más a los futbolistas. "Estábamos adaptando todos los días la intensidad".

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"Ahora hemos tenido semanas limpias, hemos podido recuperar bien y mejorar los entrenamientos", aseguran desde la Ciudad Deportiva. Eliminado de la Copa, en febrero el Barça jugó solo cinco partidos. Este marzo, cuatro. Además, tuvo cuatro semanas limpias, sin ningún compromiso. El calendario también fue benévolo en las designaciones horarias, que regalaron cuatro días de descanso antes y después de la vuelta de Champions con el Nápoles.

Pero más allá de los partidos, en la Ciudad Deportiva aseguran que también han detectado un cambio de actitud en los futbolistas, a los que ven con un punto de motivación extra. Uno de ellos es precisamente Robert Lewandowski. "En Navidad di muchas vueltas, porque las cosas no habían salido bien en comparación con el año pasado. Sabía qué debía mejorar, qué no funcionó y por qué pasó. Sabía que tenía que cambiar un poco el mío entrenamiento, trabajar más individualmente, hacer cosas que me hicieran sentir mejor. No sólo para mí, también todo el equipo se beneficia de ello", dijo con la selección polaca. Como resumen en el vestuario: "Cuando el líder se pone las pilas, todo el mundo se pone las pilas".

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