Todos los caminos llevaban a Xavi
Sergi Barjuan se hace cargo del primer equipo de forma interina a la espera de que la delegación azulgrana cierre la contratación con el técnico de Terrassa en Catar
BarcelonaCuando resuelva todo el papeleo pertinente, Xavi Hernández se convertirá en nuevo entrenador del Barça. La mala dinámica de juego y resultados del equipo azulgrana en la Liga y en la Champions han precipitado los acontecimientos en la planta noble del Camp Nou, donde se ha impuesto la idea de destituir a Ronald Koeman, al que se veía incapaz de revertir la situación actual. El sustituto del técnico neerlandés será el exjugador de Terrassa, el único de la lista de posibles relevos que puede dar el salto a media temporada y en unas condiciones que se ajusten al difícil contexto económico del club.
Pero la llegada de Xavi no será inminente. Antes el egarense tiene que resolver su desvinculación del Al Saad, y eso requiere tiempo. Mientras, quien se hará cargo del primer equipo será Sergi Barjuan. El exfutbolista, que dirige el Barça B desde este verano, ocupará el banquillo del Camp Nou "de forma provisional", según confirmó el club a través de un comunicado. El presidente Joan Laporta presentará a Sergi a la plantilla, esta tarde, en la Ciutat Esportiva, antes del entrenamiento. El viernes al mediodía hará una comparecencia de prensa acompañado del presidente Laporta. "El interinaje de Sergi en el banquillo del primer equipo cerrará en cuanto el club cierre la contratación de un nuevo entrenador", especifica el texto. No dice quién, por protocolo, pero se refiere a Xavi.
Las dudas de Laporta
Xavi cogerá las riendas de la primera plantilla a pesar de las dudas que el presidente Laporta había mostrado hacia él. Según apuntan desde el entorno al mandatario, este reparo no tenía nada que ver con la participación del exjugador en la candidatura electoral del empresario Víctor Font, sino que respondía a argumentos 100% profesionales y a la preferencia del dirigente por la escuela alemana (Tuchel, Nagelsmann, Flick, etc.). Una vez ha asumido que no podrá satisfacer su voluntad, Laporta ha normalizado la relación con Xavi hasta el punto de que lo ha llamado para reflotar al equipo. No le quedaba otra.
El entrenador catalán, que acaba de ganar la Copa del Emir con el Al-Sadd, dejará la aventura en Catar para volver al Barça seis años después de dar el paso al lado como futbolista. No romperá el contrato que tiene con el país árabe de cara al Mundial, pero sí se desvinculará del club que entrena desde hace dos temporadas (con siete títulos en el saco) para intentar ayudar al equipo desde el banquillo. Las negociaciones ya han empezado en esta dirección. Se tiene que definir la duración del acuerdo, el momento de hacerlo efectivo y la magnitud del staff.
La candidatura ya estuvo encima de la mesa a finales de la pasada campaña, cuando Laporta perdió la fe en Koeman debido al pésimo desenlace de la Liga, pero entre la falta de consenso interno y la falta de músculo económico para pagar el despido del neerlandés se optó por el continuismo antes de que el proyecto deportivo viviera el terremoto más grande en años debido al inesperado adiós de Leo Messi. Entre los que dudaban de Xavi estaba el propio Laporta. A diferencia de la mayoría de sus directivos, el mandatario creía que el exjugador tenía que pasar por el filial antes de promocionar, como hicieron Guardiola y Luis Enrique en su día.
En mayo, Laporta resistió a las presiones. "Hicimos lo que pudimos para convencerlo, pero no fue posible", apuntan al ARA fuentes cercanas al presidente del Barça, que ahora no ha tenido más remedio que escuchar a buena parte de sus colaboradores para tomar una decisión que la mayoría del barcelonismo ve con buenos ojos. Porque Xavi, además de conocer la entidad y de ser un técnico prometedor que confía en el juego de posición, es un ídolo de la afición que abrirá un inmenso paraguas de confianza ante la firme posibilidad de que la temporada acabe sin títulos.
De hecho, a pesar de que sabe que vuelve al club en un marco de crisis multisectorial, el vallesano se ve capaz de hacer reavivar a un equipo en el que sobreviven cinco excompañeros: Gerard Piqué, Sergio Busquets, Sergi Roberto, Jordi Alba y Marc-André ter Stegen. También confía en sacar el mejor jugo de jóvenes del nivel de Pedri González, Ansu Fati, Pablo Gavi o Riqui Puig. Otra cosa es que después, a la hora de la verdad, consiga traducir las buenas intenciones en unos resultados mejores que los de Koeman.
Según informó el periodista de TV3 Xavi Torres, muy bien conectado con la junta del Barça, la idea es que el nuevo entrenador tome posesión después de los partidos contra el Alavés, el Dinamo de Kiev y el Celta, en los que un técnico de la casa, o bien Sergi Barjuan o bien Albert Capellas, dirigirán al equipo. El relevo se haría efectivo, pues, durante la parada de selecciones de noviembre.
Un equipo técnico de mínimos
Después de los fracasos con el Granada y el Cádiz en la Liga, Laporta estaba decidido a llamar a Xavi, según reconocen personas de su entorno. Pero dos alternativas fundadas —Andrea Pirlo y Bob Martínez— enfriaron sus intenciones. Los días, los malos resultados y las vicisitudes económicas han acabado con las dudas preexistentes del dirigente respecto al catalán, que ha esperado en Doha el aviso definitivo. Ahora falta pulir las condiciones de su contrato y el staff que irá con él a corto plazo. Lo que es seguro es que accedería a cobrar un sueldo ajustado a la normativa salarial de la Liga (el club continúa excedido) y aceptaría el banquillo sin propiciar el desembarco inmediato de profesionales de su confianza para controlar los servicios médicos o el fútbol formativo. Sus ayudantes para el primer equipo, en principio, sí los traerá. Todos los caminos, en efecto, llevaban a Xavi. Era una cuestión de tiempo y de confianza.