Fútbol - Liga de Campeones

La Champions enseña una de las grandes carencias: los apuntes en caliente del Mónaco-Barça

Pese a jugar con diez futbolistas casi todo el partido, Hansi Flick no mueve el banquillo hasta el final del duelo

BarcelonaHansi Flick ya ha probado el amargo sabor de la derrota en un partido oficial con el Barça (2-1). El estreno en la Liga de Campeones, que empezó torcedura con la expulsión de Eric Garcia en el minuto 10, toca con los pies en el suelo el inicio ilusionado del conjunto azulgrana. A continuación, unos apuntes.

Ter Stegen cuelga la llufa a Eric Garcia. En su estreno como titular desde su regreso al Barça este curso, el futbolsta de Martorell vivió una pesadilla: sólo pudo jugar diez minutos. En una jugada llena de malentendidos entre el defensor y Ter Stegen, que es el gran responsable al enviarle un pase envenenado a Eric cuando éste ya se disponía a abandonar la posición, acabó con el pívot haciendo una falta en la frontal del área y cuya expulsión podría discutirse pero que, con el reglamento en la mano, se puede silbar. Esta acción hizo que el Barça fuera a remolque en un mal estreno en la nueva Champions.

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Hansi Flick se salta Excel y se hacen evidentes las carencias. Pese a jugar más de 80 minutos con inferioridad, el entrenador no movió el banquillo hasta 10 minutos para el final de partido. El cansancio era evidente en las piernas de los jugadores, y aunque hayan intensificado el trabajo físico desde la llegada del alemán, esto es la Champions y los rivales suelen exigirte un ritmo más alto que en las competiciones domésticas . ¿El problema? La falta de profundidad de plantilla en un equipo limitado por fair play financiero y que suerte tiene jugadores de la casa. Pero esto no siempre es suficiente. Sin embargo, incomprensible fue que Flick no cambiara mucho antes un desaparecido Lewandowski por un futbolista fresco como Ferran.

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La picaresca de Lamine Yamal no es suficiente. La joven estrella reintrodujo al equipo en el partido cuando peor estaba: después de quedarse con diez, de haber encajado el primer gol y cuando los monegascos más cómodos estaban en el partido. Con su primer tanto en la Champions, Lamine Yamal lideró la resistencia del Barça hasta que las fuerzas mermaron y los locales se adelantaron de nuevo en el marcador. Una lástima, porque con el gol –un remate ajustado y colocado– el 19 azulgrana había sido muy pícaro haciendo una ligera carga a su defensor antes de llevarse el balón. Al más puro estilo de todo un goleador como Erling Haaland.

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Las incoherencias del VAR. Estaría bien que los colegiados también hicieran una comparecencia de prensa después de los partidos y Allard Lindhout explicara por qué tuvo tanta prisa en silbar un penalti inexistente de Iñigo a finales del duelo. Sus compañeros de la sala de videoarbitraje le avisaron y le hicieron revisar la jugada. Conclusión: penal anulado. ¿Cuál es el problema? Balde y Casadó, que desde un primer momento vieron que la acción en ningún caso era penal, protestaron y ambos vuelven a Barcelona con la tarjeta amarilla. Vale, los árbitros se equivocan y los futbolistas deberían estar más calladitos. Pero al igual que se anula el penalti, ¿no deberían anularse estas tarjetas amarillas?